Todas las miradas estaban centradas en él, realmente no quería que ninguno de ellos se tirara encima de él, e iniciaran una pelea, porque se arruinaría la noche completamente, si nos echaban de la fiesta.
No podía creer lo que acababa de decir. Acababa de tratarme como una puta, y realmente dolió haberlo escuchado de él.
Me levanté del asiento, y me fui de la mesa. Porque no estaba lista para ver cómo iba a terminar eso. Simplemente huí, como si fuera una completa cobarde, y me encerré en el baño. Miré mi reflejo en el espejo, y lo acomodé, evitando que ocasionara que comience a sudar. Supongo que tendría que agradecerle después a Carisa por el cabello, me hacía ver más madura y estilizaba mi rostro.
Lavé mis manos, solo con intención de hacer cualquier cosa para evitar pensar.
Thom entró en el baño, y se sentó sobre el lavamanos de un solo salto.
— ¿Qué haces aquí?—le pregunté. —Es el baño de chicas—dije señalando la puerta.
—Aquí no hay baño de chicas, genia. —Dijo riéndose. —Los baños son mixtos, ya sabes para poder tener sexo con alguien en el asqueroso suelo.
Asentí con la cabeza y me reí.
—Sabía que ibas a estar aquí. ¿Estas enojada con él?
—Debería estarlo, ¿no? Me acababa de llamar puta, técnicamente, enfrente de todos. Pero…lo entiendo. Él está herido…y borracho. Lo he lastimado, y entiendo que me odie. Pero sé que debajo de ese caparazón donde se está escondiendo, sé que aun esta mi Justin.
— ¿Sabes? Sigo tratando de conocer al Justin de que me hablabas. Pero no logró hacerlo. —se quejó—Solo he visto al estúpido, idiota, y adicto al cigarro y se...
— ¿Se…?
—Nada—dijo evitando mi mirada.
— ¿Qué paso? Dime—le dije sacudiéndolo.
—Digamos que Justin se ha encargado de darnos un buen espectáculo todas las noches, ¿de acuerdo?
No es como si no supiera que Justin estaba acostándose con Theresa. Porque lo sabía. Pero escuchar a Thom confirmarlo era muy diferente.
—Sabes que te amo, ¿verdad?—asentí con la cabeza. —Y desearía con todo mi corazón, que puedas olvidarte de él. Superarlo y buscar a alguien que te haga feliz.
—No puedo. Simplemente no puedo, simplemente…olvidarlo.
Se bajó del lavamanos de un salto y me abrazó fuertemente. No quería llorar, Kendall me mataría, si me veía, y se daba cuenta de que estaba llorando.
Una chica ebria entró en el baño, le dio una sonrisa coqueta a Thom, antes de irse corriendo a uno de los cubículos y vomitar todo lo que tenía en el retrete.
— ¿Vas a estar bien?—pregunta—Podemos ir a casa, y preparar algo para cenar si quieres.
Negué con la cabeza.
—Voy a estar bien. —le dije, —solo dame un minuto a solas.
Me dio un último beso en mi frente y salió del baño.
Después de unos minutos, yo también salí. Me estaba dirigiendo a la mesa donde estábamos cuando la imagen de Justin, sentado en una de las mesas del otro lado de la nuestra, solo, y tomando de una botella de vodka me paralizó.
Simplemente no podía evitar no ir. Así que antes de darme cuenta ya estaba enfrente de él.
Me dio una mirada, antes de darle un largo sorbo a su botella de vodka nuevamente.
— ¿Podemos hablar?—le pregunté.
— ¿Otra vez?—se quejó. Asentí con la cabeza. —Seguro.
Se levantó de la mesa, sosteniendo su botella de vodka y apoyando su brazo por encima de mi hombro. Sentía que estaba a punto de caerse, así sostuve su mano del brazo que estaba encima mío, para poder sostenerlo a él.
Llegamos a la salida de la fiesta. Hasta el estacionamiento del hotel. Justin se sentó en la acera, yo lo imité.
— ¿De qué quieres hablar?—dijo, sacando de su bolsillo un paquete de cigarros. Sacó uno de ellos y lo encendió con su encendedor y se lo llevó a la boca.
Fruncí el ceño cuando sentí el olor.
—No lo sé…supongo que solo quería…—un suspiro salió de mis labios.
— ¿Dónde está tu novio?—pregunta, sacando el cigarrillo para poder tomar el licor.
—Thom no es mi novio, ¿de acuerdo? ¿Pero dónde está la tuya?
—Buscando a alguien con quien acostarse esta noche, probablemente
— ¿No te molesta eso?—pregunté confundida.
—No tenemos una relación. Es algo más libre.
—Hacen el amor con quien sea, y listo. —afirmé.
—No—dijo él, volteando a verme—Solo…tenemos sexo.
Justin dejó la botella a un lado, y botó el cigarrillo al suelo. Agachó su cabeza y la escondió entre sus piernas, a la altura de sus rodillas. A pesar de la oscuridad de la noche, podía ver que se estaba tornando pálido.
—Creo que…—se levantó corriendo del suelo, y se dirigió hacia el tacho de basura.
Lo seguí, y me paré a su costado. Acaricié su cuello mientras él seguía botando todo lo que había consumido al tacho de basura del estacionamiento. Cuando acabó, tenía el ceño fruncido, pero el color había vuelto a su rostro. Saqué un trozo de goma de mascar de mi bolsillo, y se lo di. Lo recibió y se lo metió a la boca automáticamente.
—Creo que debería de irme al departamento. —me dijo.
— ¿Tienes que irte?—pregunto.
— ¿Por qué?
—Quiero mostrarte un lugar.
{…}
— ¿Dónde estamos yendo?—pregunta, mientras yo sostengo su mano ayudándolo a seguir subiendo.
—Solo sígueme.
Cuando llegamos a la punta, se quedó pasmada. Observando el hermoso paisaje, donde se podían observar la mayoría de edificios de la ciudad desde un mirador. Seguí tirando de su mano hasta llegar al jardín, iba a liberar su mano, pero él no me lo permitió. Así que solo me recosté en el suelo, y él me imitó.
—He vivido en Nueva York mucho tiempo, y nunca he visto esto—dijo, teniendo su vista fija en el cielo.
—Es hermoso.
—Escucha, siento lo de allí, ¿de acuerdo? Soy un idiota, y antes de que pudiera pensarlo ya lo había dicho. Lo siento, no quise decir lo que dije.
—Lo sé.
—Supongo que solo estaba…celoso—confesó. —Es horrible, ¿sabes? Con Thomas podía soportarlo, pero era como tener celos pero ahora multiplicados por cuatro. Un desastre total.
— ¿Celoso de qué?—pregunto, sin poder separar la vista de nuestras manos entrelazadas, apoyadas en el pasto.
—Ellos tenían toda la atención de mi chica, haciéndola reír, mientras que yo solo recibía…su odio.