Me desperté al siguiente día temprano, Kendall había planeado una tarde en grupo donde podríamos ir a al centro comercial a pasar el rato todos juntos. No es que tenga muchas ganas de ir de compras, pero se lo debía. Anoche la había dejado abandonada, después de que habían viajado varios kilómetros solo para verme.
Estaba casi lista, solo me faltaba arreglar el desastre que tenía de cabello en este momento. Cuando terminé de alisarlo completamente, recogí mi bolso de mi cama y salí de mi habitación.
Jordan estaba sentado en el sofá de la sala, viendo la televisión.
—Hey—saludé, sentándome a su lado. — ¿Cómo la pasaste ayer?
—Bien, muy bien. ¿Vas a salir?—pregunta, poniendo el televisor en modo silencio.
—Sí—afirmé.
—Necesito que hablemos de algunas cosas, _________. ¿Me das un segundo?
Asentí con la cabeza y me acomodé mejor en el sofá blanco. Durante varios segundos, Jordan se quedó sin decir absolutamente nada.
—Bien, eh…nunca s eme pasó por la cabeza la idea de formar una familia, __________, nunca. Y llegaste tú, fingiendo venir por una entrevista y sacudiste todo mi mundo con tres palabras: “Soy tu hija”. Cambiaste algo en mí, y no sé qué fue, peor de pronto quería más. Quería formar una familia, tener una verdadera y no como la mía que estuvo destruida desde antes que terminara de formarse.
—Sabes que te amo, y aprecio cada cosa pequeña que has hecho por mí, papá—este era uno de esos pocos momentos que le decía “Papá”.
—Lo sé. Y te estoy diciendo todo esto por una razón. —Tomó una larga respiración para después decir, —Ana está embarazada.
Me quedé sin palabras.
Ana era su amiga, con la cual yo lo molestaba siempre. Pasaba mucho tiempo con nosotros y sabía que entre ellos dos pasaba algo, pero, ¿algo tan grande como un embarazo? Esto era mucho para mí.
— ¿Esta bien para ti?
— ¿Bromeas?—pregunto sonriente. —Siempre he querido una hermana o hermano. Es perfecto, ¿si puedo decir hermano o hermana no? ¿A Ana no le molesta?
—Claro que no, ella te ama, _____________.
Me levanté del sillón y lo abracé fuertemente. Estaba tan feliz por él. Jordan era una buena persona después de todo, y él merecía ser feliz. Y estaba segura que Ana era la mujer perfecta para él.
— ¿Cuánto tiempo tiene?—preguntó.
—Como dos meses.
— ¿Puedo verla mañana? Quiero felicitarla en persona.
—Por supuesto.
—Oh, papá. Estoy tan feliz por ti. —le digo, siendo realmente sincera.
— ¿Me acabas de llamar “papá”?
Asentí con la cabeza, al parecer no había escuchado el primer “papá” de hace un rato.
—Eso suena…jodidamente perfecto. —Dijo estrechándome más a él—Casi nunca me dices así.
—Lo sé. Estoy tan emocionada por esto, ese bebé va a ser hermoso. Ana es muy bonita y tu bueno ya sabes, va a ser el bebé más lindo del mundo.
—Y el más consentido también, ni siquiera ha nacido aun y ya lo están engriendo. —comentó él, sin dejar de reír.
Lo ignoré y me imaginaba a mí misma en mi mente con un hermano o hermana. Siempre he querido tener uno. Saber que eres la mayor, que eres como el ejemplo de otra persona es lo mejor para mí.
Mi teléfono vibró en mi bolsillo. Era un mensaje de Kendall.
“La película comienza en diez, ¿EN DONDE DEMONIOS ESTAS?”
Sí, bueno, estaba en problemas.
