Parte única.

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Un típico y muy holgazán domingo se hacía presente en la vida de Do KyungSoo, quien se encontraba aún enredado con las sábanas de su cama tamaño matrimonial a pesar de ya ser pasado el medio día.

Sin embargo, nadie podía culparlo de encontrarse en aquella situación. Había acabado su mudanza alrededor de las cuatro de la mañana y ahora todo el lugar se encontraba como una perfecta casa modelo, aunque el dueño se sintiera medio muerto debido al cansancio.

El de ojos grandes soltó palabras ininteligibles entre sueños, seguramente llamando a su muy gordo y bonito gato que siempre se desaparecía por las noches, pero volvía a su lado para despedir a su amo puntualmente en las mañanas cuando este se dirigía al trabajo. Luego rodó, como de costumbre, y volvió a rodar hasta acabar de trasero en suelo.

— Mierda. — soltó enfuruñandose desde ya y removiéndose como gusano hasta acabar sentado. — Nueva casa, primera caída. — agregó para sí mismo en medio de un bostezo, estirando sus brazos primero a los lados y luego hacia arriba antes de ponerse de pie y dirigirse a la ducha, deshaciéndose de sus prendas en el camino e ignorando que alguien pudiera verlo cuando salió al balcón solo en ropa interior por un par de minutos antes de regresar rápidamente al interior de la habitación. Dejando así un muy particular rastro de un aroma a manzanas verdes.

Cada gota recorría su cuerpo de manera relajante y deliciosa, volviendo al hombre de veintitrés años casi un pequeño minino que se pondría a ronronear de gusto ahí mismo. Obvio que ignorando el hecho de que estemos hablando de agua.

La mayoría de los gatos odia el agua y detestan a morir ser mojados por esta, incluido WuFan, el pequeño compañero de KyungSoo desde hace un año y medio.

Este animalito había estado con él cuando su madre falleció, la vez que lo ascendieron a gerente de ventas en la empresa para la cual trabajaba y también estuvo ahí cuando BaekHyun tuvo problemas estomacales e ignoró que se encerró en el baño junto con el amigo peludo de KyungSoo y en venganza, este desperdició todo el papel higiénico jugando inocentemente.

El de ojos grandes aún suele estallar en carcajadas cada que recuerda ese episodio y lo sigue contando en sus reuniones a pesar de todos los golpes que BaekHyun le diera para que cerrara la boca. Es que la historia era simplemente hilarante.

Ya vestido de pies a cabeza y con una tolla alrededor de su cuello como evidencia de que aún estaba secando su cabello, salió a la cocina para preparar un desayuno rápido.

No tenía ganas de hacer algo elaborado, tampoco era que pudiera ya que al abrir la refrigeradora, esta se encontraba completamente vacía.

— Supongo que debo hacer las compras ahora. — se dijo así mismo mientras cerraba la puerta del electrodoméstico y se alejaba para llenar el plato de comida de WuFan.

Aún no lo había visto, pero sabía que debía estar cerca. Probablemente su gordo gato ya había recorrido las calles cercanas, orientándose a su nuevo hogar, y él ni siquiera había logrado salir del departamento.

Una vez que la comida del felino estuvo lista y había terminado de secar su cabello, tomó sus llaves y salió del departamento justo a tiempo para ver salir a su vecino de al lado, quien al estar estornudando tanto ni siquiera se percató del saludo que el bajo le dio.

El primer día luego de haberse instalado había sido aquel y los días siguientes del mes no habían variado demasiado.

WuFan escapaba en las noches y regresaba a tiempo para despedir a su amo, quien siempre intentaba saludar a su rubio vecino, pero solo era respondido con aquellos estornudos estruendosos que le eran prácticamente incontrolables.

WuFan. [KriSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora