Ecos del Pasado

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Seokjin es un tigre elegante, una pareja dedicada, tanto a su Alfa como con sus cachorros pero sobre todo, como omega del líder, cumplía lo mejor que podía el deber de velar por el bienestar de cada tigre de su grupo, haría lo que fuera por el bienestar colectivo, hasta renunciar a sí mismo, a su alma gemela y a sus crías, aunque eso le haya acarreado una inmensa infelicidad, no se escatimaría en sacrificios.


Por eso estaba allí, recorriendo un túnel subterráneo, aquel pasaje prohibido que en su juventud, fue el único testigo de sus encuentros furtivos con un León amante. Había pasado una buena cantidad de ciclos lunares desde esos acontecimientos, tanto su amante como él, renunciaron a su amor, cortaron cualquier contacto y se centraron en sus respectivos grupos, asumiendo sus roles, Namjoon como el líder de los leones y él, formando un lazo y teniendo crías con el Alfa que sus padres le impusieron, Hoseok, el actual líder de los tigres.


Llego por fin a la salida, encontrándose con la imponente figura de un León, tan negro como una noche sin luna, como la obsidiana, duro pero con el calor suficiente, se derretía como el lindo minino que era. Su mente lo traiciono preguntándole, ¿Si las omegas de su harem conocerían esa tierna faceta? ¿Si se comportaría como el devoto amante con otras? Cuestiones que no eran de su incumbencia, no venía re vivir el pasado o encender las cenizas de una pasión ya olvidada.


Namjoon lo miro fijamente, estudiándolo, tratando de llegar a su alma, como en el pasado, era tan difícil volver a ver al omega, al hermoso tigre que robo su corazón, pero más importante su razón y sentido del deber, había estado dispuesto a escapar para forma una vida juntos, en la capital, lejos de las leyes salvajes que los separaban, que condenaban su unión y a los cachorros producto de ella. Pero al final no funciono, ambos se acobardaron o entraron en razón, asumieron las responsabilidades y lo terminaron todo.


-Te saludo distinguido cónyuge de la manada Jung- Trato de sonar cordial, pero era obvio para ambos que lo decía con desprecio, que odiaba cada día en que aquel tigre reclamaba a SU omega, sonaría egoísta, inmaduro y toxico pero Seokjin siempre sería suyo, más allá de los grupos, de las marcas, sus almas felinas estaba unidas.


-Muchas gracias, lamento las molestias de esta inoportuna y apresurada reunión- El omega también podía jugar a ser desconocidos, acicalo su pelaje mimoso, odiando el polvo y las telarañas que se le habían pegado.


-No se preocupe por esos detalles, entiendo la emergencia y confidencialidad- El Alfa se echó de nuevo sobre una roca, esperando la información de vida o muerte, según la carta del Tigre, hace tiempo no recibía correspondencia de ese secreto sistema; las hienas eran rastreras, podían moverse entre cualquier territorio por lo que por la suma adecuada, entregaban paquetes discretamente.


-Seré breve, el hermano mayor de Hoseok, volvió después de años de su rehabilitación, sus huesos no sanaran nunca completamente, por lo que ya es un hecho que no volverá ni a trasmutar ni a ocupar el puesto de líder. Su ira lo ha cambiado, se siente inútil, por más que todos le hemos ayudado, no deja de culpar a los leones por su discapacidad y quiere venganza- Namjoon se llevó una pata a la cara, frotándosela, no necesitaba más problemas; la llegada del Alfa de Jimin, la inexplicable ausencia de Taehyung, todo estaba sobre sus hombros.


-No busco una contienda o riñas entre grupos, pronto será el día de solsticio de verano, debemos prepararnos para las correspondientes ofrendas, no en evitar que un rencoroso tigre perturbe nuestra paz- Jin sonrió, de verdad trato de no recordarlo, que Namjoon era tan bueno, tan centrado y lógico, al mismo tiempo que...no, solo se estaba lastimando, debía poner distancia y barreras.

El Rugido Salvaje[1] /Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora