Un Día Caluroso

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ADVERTENCIA:

El siguiente fanfiction tiene un contenido sexual muy, muy, MUY explícito.

No me hago responsable de calenturas inesperadas.

No mamen! Me siento sucia e impura!

Creo que me gané el infierno por haber escrito esta cochinada 🙀

Bueno, ya qué. Están advertidos.

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Una tarde de calor inclemente en Zootopia. Los animales caminaban sin cesar de un lado al otro buscando por cualquier medio huir de los implacables rayos del sol que ese día se acentuaban más que nunca, quizás por algún evento meteorológico extraño que estuviera pasando el planeta en ese mismo instante o sólo porque estaban en pleno verano.

Sin embargo, aunque las vacaciones para muchos hubieran llegado en ese momento, había una institución pública en la cual el trabajo jamás descansaba. El ZPD. El incansable e inparable emblema de justicia y ley que se encargaba de mantener el orden en las calles y preservar la paz y la seguridad de todos los habitantes. Sólo gracias al trabajo que estos defensores sacrificados y abnegados de la justicia era posible el que los civiles pudieran disfrutar en tranquilidad absoluta de un apacible y, aunque caluroso, agradable día de verano.

Dentro de uno de los muchos departamentos del edificio, había uno en especial en el cual se encontraba un emblemático personaje, quizás una de los dos oficiales más populares y queridos de la ciudad, por los momentos dedicada a un exhaustivo trabajo de oficina.

Judy, la hermosa coneja de pelaje plateado y brillantes ojos violáceos se estiró perezosamente sobre su silla, elevando los brazos hasta donde pudieran alcanzar, al igual que sus patas y orejas, relajando cada músculo de su entumecido cuerpo.

- Calooooor...- exclamó cansada la hembra dejando escapar un bostezo de sueño- mucho calor... de-ma-siado... ¡¡¡caloooor!!!- volvió a quejarse saltando de la silla y resoplando fuertemente.

Judy estiró los hombros y el cuello atreviéndose a desacomodar un poco su nuevo uniforme, sacándose la corbata y abriendo dos o tres botones de su camisa. Volvió a sentarse luego de estirar las piernas un poco, tomó un folder entre sus peludas manos y se abanicó con él por dentro de su camisa.

De pronto la puerta se abrió sin previo aviso.

- Teniente Hopps...- hablaron desde fuera. Nick abrió los ojos como platos al ver como tan descaradamente la oficial "ejemplar" estaba incumpliendo las normas de vestimenta del plantel. De inmediato Judy saltó alarmada y se cubrió con algo de vergüenza. Nick sonrió y fingió no haber visto nada.

- ¡Ah! ¡Wilde! ¡L-le he dicho que no entre sin haber tocado la puerta primero!- reclamó nerviosa la coneja abochornada, Nick entró como si nada cerrando la puerta.

- Lo siento, jefa. Aunque... no es como que ya no haya visto ese lindo brassier rosado un millón de veces- sonrió con malicia el vulpino de ojos verdes.

- ¡Cállate! ¿Qué es lo que quieres?- preguntó la chica poniéndose seria. El oficial se acercó al escritorio y le entregó un expediente.

- El jefe Bogo me envió a entregarle todo lo relacionado con el caso de las marmotas. Dijo que estaba seguro que podría lidiar con ello como si fuera un paseo por el parque. Y también...
- También... ¿qué?- preguntó la coneja impaciente, Nick le sonrió tranquilamente y apuntó al reloj en la pared con su garra.

Break Time [ONE-SHOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora