Frente al espejo la tristeza desterra el desamor de mis palabras,
De mis fríos ojos perplejados de tal hazaña crecen ríos de lamento a tu despido,
Largas aguas de sal incitan el carmín de mi infalible dolor,
Mientras que el sombrío vacío que dejaste en mi amor, funde las luces de mi fortaleza,
Tú, digna del lamento, de la sinceridad, te marchaste sin piedad.