Capitulo 6: Reencuentro part.2

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Dentro de la habitación se encontraba un señor colgado con un cuerda en el cuello, de su boca escurría sangre y su mandíbula no paraba de moverse al verme, tenía moretones en todo el cuerpo, sus brazos se estiraban hacía donde yo estaba y debajo de él se encontraba una nota doblada; mi curiosidad era más grande que el miedo que tenía, pero sabía que si me acercaba, el señor podría caer encima mío, tome una escoba que se encontraba en el pasillo y con la parte de abajo barrí la nota hacía donde me encontraba; estaba un poco arrugada y con una mancha de sangre, al abrirla y verla está decía:
"De que sirve vivir si la vida cada vez se empeña más en ponernos obstáculos y no lo digo por los no muertos, en el momento que escribo esta carta hay dos hombres forcejeando la puerta, están intentando entrar para matarme, solo piensan en ellos y su seguridad, el mayor problema no son los muertos que aun caminan, si no, la gente que cada vez se vuelve más mierda.
Posiblemente los que estén leyendo esto sean las mierdas de personas que hicieron que me quitara la vida, espero y siempre recuerden esto, también espero que si regreso como una de esas cosas, sea yo quien les arrebate la vida".
Al terminar de leer la nota quede en shock por un momento, no podía creer lo que había pasado hace no más de 24 horas en esa cabaña, no podía creer lo que la gente estaba haciendo solo por sentirse seguros, por sobrevivir, entendía eso, pero esa no era la forma, de pronto reaccione, esos hombres podían regresar en cualquier momento.
Salí corriendo de la habitación y fui a donde Cristopher, le mostré la carta y al igual que yo se desconcertó, y dijo:
–Tenemos que salir lo más rápido posible de aquí, esos hombres pueden volver en cualquier momento y no sabemos de lo que pueden ser capaces–
Vanessa: Pero no podemos irnos así de fácil, no tenemos como defendernos allá afuera ni mucho menos que comer.
Tomé un par de mochilas que había en una habitación y comencé a llenarlas de comida.
–Yo puedo llenarlas, tu ve con tu hermano y busca algo con que defendernos–. Dijo Vanessa.
A lo cual asentí, pero primero tome un hacha que encontré en la cocina cerca de los cubiertos, corrí detrás de Cristopher que iba subiendo las escaleras; le mostré el cuarto en donde se encontraba el señor, solo agachó la cabeza y cerro la habitación, justo en ese momento Vanessa subió corriendo, nos dijo que escucho a dos hombres intentando entrar a la cabaña.
Entramos a la habitación en donde había dormido, Cristopher y Vanessa entraron al armario y yo me quede debajo de la cama que por suerte tenía grandes sabanas que llegaban al suelo y cubrían la parte de abajo de la misma.
–Alguien entró, intentaron robarnos–. Dijo uno de los hombres.
Era difícil estar quieto debajo de la cama, el polvo intentaba hacerme estornudar y una que otra araña se me acercaba, aunque eran pequeñas y no temía de ellas.
–¿Porque alguien guardaría las cosas y no se las llevaría?, ¿Será que se escondieron en cuanto nos escucharon llegar?–. Dijo otra de las voces que se encontraba en la planta baja.
Se escucho un gran silencio por unos segundos, cuando de pronto oí que alguien subía corriendo por las escaleras, en ese momento me sentía realmente nervioso, no sabía como nos defenderíamos, lo único que tenia era esa hacha.
El polvo pudo hacerme estornudar, no pude contenerme, las pisadas comenzaron a acercase cada vez más a la habitación; cuando de pronto se escucho un estruendo al otro lado del pasillo, precisamente en la habitación donde se encontraba el señor con la cuerda.
–Creo que el señor ya se digno en salir Adrian–. Así es como uno de esos hombres nombró a su compañero.
–Creo que si Brayan, yo mismo me encargare de él, nos a echo perder demasiado tiempo ese maldito–. Dijo Adrian.
Las pisadas hacía la habitación cada vez se oían más lejos, era nuestra oportunidad de correr hacía abajo y salir, pero no sería fácil, lo mejor era matar a esos señores, necesitábamos esas provisiones, además estaba más que claro que ellos podrían matarnos a nosotros, salí de la cama, Cristopher a la vez del armario con Vanessa, entre señas le dije que sería mejor que ella nos esperase ahí, teníamos que acabar con ellos.
Cristopher abrió un poco la puerta y se asomó, vio a uno de los hombre con un arma en la mano derecha y con la otra abriendo la puerta de la habitación del señor muerto.
Un par de disparos y un grito de sufrimiento se escuchó en aquella habitación, mi auto reflejo fue correr para ver que había pasado, Cristopher intento tomarme del brazo, pero no lo logro, el otro hombre venía corriendo hacia arriba y entre en una de las habitación que había en el pasillo sin lograr cerrar la puerta; la habitación quedaba entre donde se oyeron los disparos y la donde estaba Cristopher.
–Joder Brian, el señor cumplió con su deseo, te está comiendo tu rostro–. Dijo Adrian.
Al oír eso me quede impactado, su compañero había muerto y el solo se burlaba, de pronto se oyó un par de disparos, era claro que los había matado antes de que les fuesen un problema.
Se oyó un grito de Vanessa, no sabia lo que estaba pasando, me asomé un poco y vi que el hombre se encontraba caminando por el pasillo, con su arma en la mano izquierda, apuntando hacía Cristopher; no sabía que hacer ese hombre era capaz de disparar a cualquiera que se le atravesara.
Tome el hacha y espere a que pasará por la habitación en donde estaba, sujete el mango de la hacha con mis dos manos, la levante a la altura de mi cabeza y espere.
–No debieron entrar aquí, no si querían seguir viviendo, ¿Saben que puedo dispararles en cualquier momento no?, y si llegase a fallar, tengo suficientes balas como para perforarles todo el cuerpo–. Dijo el hombre.
Tenía miedo, no estaba seguro de lo que podría pasar si fallará lo que tenía en mente; Cristopher intento explicarle las cosas pero era en vano, el hombre no era una persona que supiese escuchar.
Llegó el momento en que el hombre pasaría por la habitación tome demasiado aire y coraje, concentre mi fuerza en mis brazos y con gran fuerza deje caer el hacha; logre cortarle la mano donde tenía el arma, justo antes de la muñeca.
El hombre cayo junto a su mano, retorciéndose y con gritos de dolor, intento tomar la pistola con la otra mano, pero la tomé, quise correr hacia donde mi hermano pero me tomó del pie y me tiro al suelo, me estaba estirando hacía él.
Cristopher tomó el arma y le disparo justo en la frente.

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