|Capítulo único|
YiXing suspiró, una risa bailando en sus labios era lo que marcaba el inicio de una espera interminable. Recargó su cuerpo en el cofre del auto y miró mucho más allá donde podía. El cielo naranja le saludaba junto con un mar azul, haciendo ruido al chocar su agua en la orilla. Al fondo reconoció cierta figura emerger, maravillándose de como esa piel canela brillaba junto con los últimos rayos del sol que basaban su cuerpo.
Kim JongIn era como una figura tallada a mano, sin imperfecciones, correcto, bien hecho y articulado. Tal vez cada que le decía que exageraba, el chico robaba entre letras algunos cumplidos, porque alentaba mucho su cuerpo en mejorarlo siendo modesto.
El sol se fue cuando JongIn salió del agua, mostrándose sólo con una bermuda azulada. El agua causó que la pequeña prenda se pegase a su cuerpo, robándole un jadeo al chino que recargó sus palmas abiertas sobre el aluminio. JongIn llegó a su lado, sonriendo, maldita sea ¿por qué estaba sonriendo? Tan coqueto, tan sexy, tan...
—Hermoso.
—¿Eh?
JongIn no dejó de sonreír, ni siquiera cuando el chino le dio tremendo cumplido. Vamos, jamás nada que viniera del mayor le disgustaba. Sólo el sonido del mar se encargó de llenar su silencio, la distancia que, aunque no era mucha, se sentía fría e inalcanzable.
—Cada que dices eso...
—JongIn ¿Por qué me trajiste aquí?
—Quería ver el mar —señaló JongIn como si fuera lo más obvio en el mundo.
—¿Sólo eso?
—Y estar contigo ¿no puedo?
—Puedes.
Sonrieron, callaron otra vez y las comisuras de sus labios ya hacían cosquillas por todos lados. Muerto de nerviosismo YiXing pensó, que nada, absolutamente nada en el mundo, era más perfecto que sus momentos a solas.
Pero YiXing no quería sólo decir un par de palabras y callarse, no quería sólo sonreír tímido y a la vez con la destreza obvia de su coquetería. El chino tomó aire, pensó enseguida y JongIn lo notó, vamos, sabía leer su mirada en todas la maneras incluso con letras en descripción de algo, por ello mostró sus dientes en una sonrisa y mirando a la arena y luego al chino, sorprendiéndose porque la verdad no esperaba aquello.
YiXing recostó un poco su cuerpo en el cofre del auto, colocó sus codos como soporte para levantar lo suficiente su cuerpo e inclinó la cabeza, preparándose para hablar frente al atónito hombre.
—Siempre dices que quieres estar juntos, pero nunca haces algo para mostrarme que es así —suspiró alto, cansado de voluntad pero ardiente en deseo de lo que viniese con sus palabras para motivar—. Sólo me queda observar de lejos, esperar a que regreses y a que digas "hola".
JongIn tomó de incentivo todo, miró a la arena bajo su pies con pena, autolamentándose de que YiXing sintiera sólo una atracción física y no amorosa como él. Cuando regresó su mirada a los ojos almendrados de su amor platónico, encontró entre ellos restos de algo que podía calificar con felicidad y melancolía. El moreno, ahora sólo húmedo, acortó distancia, se pegó al cofre del auto y colocó sus manos a los costados de ese hombre, haciendo un radical constraste de pieles, incluso de temperaturas. JongIn humedeció sus labios, imitó al otro moviendo su cabeza al costado y mostró una genuina sonrisa sin dejar ver sus dientes. YiXing tembló.
—Zhang YiXing ¿Es tan difícil que volvamos a estar juntos?
Entonces todo, hasta el sonido del mar se fue. Parecían sólo escuchar sus respiraciones y algo parecido a latidos desesperados golpeando el pecho para salir.
Meses atrás dejaron su relación, parte de culpa recaía en YiXing por meterse con otro hombre, para ser precisos el amigo del menor. La otra parte en JongIn, por besar a una chica desconocida en un bar sólo porque sí. La causa y el efecto, JongIn iniciando una línea irrespetuosa, YiXing insultando a su amor entre sábanas y besos que no sabían más que a azufre rasgado la garganta.
KyungSoo para los dos, era un parásito instalándose hasta hacerse enfermedad y terminar en metástasis para pudrir eso que llamaban relación. YiXing encontró en los ojos del moreno verdad, sinceridad que no encontraba desde hace mucho en otras personas. Y es que honestamente, lo único que quería hacer era tener al mas joven entre sus brazos, amándolo nuevamente.
El chino tomó de nuevo su postura, se sentó y con ello tocó el pecho de JongIn con el suyo, maravillándose de aún encajar como un puzzle de miel. Rostros cerca, calientes, respiraciones agitadas de excitación contenida, de besos marcados sólo con miradas que no podían estar quietas. JongIn le tomó las manos, besó sus nudillos y sonrió cerrando sus bellos ojos, YiXing dejando dos besos en sus párpados.
—Lo siento.
La primera disculpa en meses que sonaba de verdad sincera, dos palabras que no estaban echadas al aire como antes. JongIn pegó despacito sus labios a los del otro y luego habló.
—¿Sabes que siento yo? —preguntó respondiéndose solo— estoy sintiendo una gran pena.
—¿Por qué? —Murmuró YiXing con pesadez pretenciosa.
—Porque te regalé una playa, una puesta de sol, tu auto con capó que tanto deseabas, pero no algo muy importante. Mi corazón.
YiXing tocó su propio pecho, batiendo un poco las pestañas al moreno para explicar.
—Te equivocas, debería darte pena no besarme, porque tu corazón ya había estado aquí por todo este tiempo.
Se besaron sí, vaya que lo hicieron aprovechando todo lo contenido. Tocaron cuanto pudieron pero no llegaron más allá de lo que las palabras no alcanzan a decir, sino a nivel espiritual perdonando y remendando todo. YiXing hirvió entre sus abrazos, en las promesas del futuro que sonaban una más encantadora a la otra ¿Qué importaba ya el pasado? Era más importante poder calentar cada músculo de ese hombre que había dejado las gotas saladas en otro lado, quizá entre los labios de YiXing que insatisfechos probaron tanto como pudieron de piel. Se embriagaron y se declararon adictos sin remedio, estaban aun más enamorados que antes.
Horas después, cuando la luna cantaba alguna lullaby al mar, y lo tranquilizaba con una marea medianamente alta, JongIn retiró el capó, dejando el montón de estrellas picaran en su cara, justo para decorar sus mejillas abusadas de besos para convertirlas en pecas.
JongIn apretó el cuerpo que protegía en sus brazos, agradeciendo la desnudez de los dos para tomar del elixir que no quería cambiar. YiXing abrió sus ojos, lo miró y sintió de nuevo su disculpa y su perdón.
—¿Sabes? —habló de la nada el moreno, obteniendo rápido la atención de YiXing que respondió.
—¿Qué cosa?
El más joven sonrió, su imperfección en la mejilla asomándose como hoyuelo, saludando, mostrando su felicidad. Le besó, suspiró y se decidió a seguir.
—Nadie sabe lo grande que puede ser el amor, hasta que se enamora de alguien como tú.
Y JongIn jura que jamás encontró más hermosa otra luna, que el de los labios de YiXing curvándose en una sonrisa.
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Lullaby al mar »KaiXing
FanfictionDonde JongIn no sabe amarse si YiXing no lo ama. ❁ Fluff ❁ M +16 ❁ KaiXing [Kai y Lay] ❁ Drabble