Baby Baby

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La canción había empezado a sonar y KyuHyun ya estaba derramando sus lágrimas por toda la mesa.

¿Como era posible ponerse de esta manera con la letra de una canción que solo lograba atormentarlo cada vez que la escuchaba?

-Vamos Kyuhyun, podemos bailar un poco. -Susurró Sunny, su mejor amiga, tratando de animarlo- Uno no viene a la fiesta de graduación de la universidad a llorar. -reclamó ella.

-Pues yo... yo sí -remarcó sirviendo un poco más de vino en su copa.

Sunny rodó sus ojos y volvió a recostarse en la silla arrepentida de aceptar venir al baile con él con tal de no verlo aún más de esa manera, pero solo habían ido para ver cuán lamentable podía llegar a ser KyuHyun. Ella quería bailar, no verlo llorar y sinceramente esa canción no ayudaba al chico que bebía de la botella que habían dejado en la mesa hace solo un par de minutos.

-Baby... baby... odio esta noche... -susurro Kyuhyun la letra de la canción que la banda en vivo estaba cantando- ¡Quieren callarse! -gritó hacia estos recibiendo un par de miradas desaprobatorias de un grupo de amigos que se sentaban en la mesa contigua.

Un chico alto se acercó a su mesa y Kyu solo lo vio de reojo antes de dejar caer su frente en la mesa y apretar sus ojos tratando de evitar que las lágrimas salieran debido a esa canción.

-No creí que estuviera tan mál. -dijo el chico que acababa de llegar a la mesa y estiró la mano hacia la chica que lucía aburrida- Hagámosle un favor y dejemos que llore solo -agregó Changmin viendo cómo su mejor amigo se lamentaba en silencio y aprovechó la oportunidad para sacar a bailar a la chica que tenía años volviéndolo loco.

Sunny sonrió y sin protestar se levanto de la mesa dispuesta a bailar aquella balada que alimentaba las lágrimas de KyuHyun.

El castaño no podía sentirse peor.

Ryeowook tenía ya dos años de haberse ido a Japón debido a la beca que había ganado. Este día también sería su baile de graduación en su universidad y justo ahora estaban separados. En ambos extremos de un continente complicado.

Decidieron que una relación a distancia solo terminaría dañándolos y tomaron una fuerte opinión al acordar que les iría mejor separados.

"Mentira, me va peor", pensó el castaño recordando a quien fue su novio y había dejado ese gran vacío en su corazón.

-Bebé... me siento solo esta noche... -susurro por último la letra de la canción que parecía no detenerse.

La banda empezaba a tocar el primer coro.

Kyuhyun apretó fuerte su mano en la corbata que adornaba su cuello.

Esa canción lo mataba de una y millones de maneras.

Cuando regresaba de ir a dejar al aeropuerto a Ryeowook se dijo que no iba a llorar, pero esa fue la primera canción que sonó en el radio una vez hacia su camino a una vida sin el pequeño y las lágrimas que había logrado retener se desataron. Desde entonces la bautizó como su canción de mala suerte.

Cada vez que la escuchaba, su corazón se contraía un poco cada vez más.

Estaba seguro que estando ebrio había llamado muchas veces a Ryeowook cantándole esa canción, pero nunca fue lo suficientemente valiente para llamarlo sobrio y decirle como se sentía de verdad.

Pero esa noche había vuelto a beber y el celular ya estaba en sus manos.

-Ryeowook... contesta... -susurro con el celular pegado a su oreja. El "bip" prolongado era lo único que se podía escuchar.

ONE SHOTS - KYUWOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora