Two days | One-Shot

Days

[Day one]

YoonGi se cubrió la boca al toser con dificultad, recientemente había salido del médico.

—(Solamente me quedan dos días. .)— Pensaba haciendo una mueca, por mi lado sería lo mejor morir y dejar de sufrir, pero por el otro lado, mis amigos irán a sufrir por mi pérdida seguramente.

—No le diré nada a JiMin por ahora.—Murmuró y me fui al parque donde suponía que debe estar su amado sentado o sacando fotos al lugar. Caminaba tranquilamente, jamás le había mencionado a JiMin que tengo un cáncer en el corazón, tampoco le diré que me iré a morir en dos días.. solamente quiero pasarla bien.. quiero morir feliz.. Quiero morir viéndole la cara y decirle mi última palabra cerca del oído antes de caer sin vida.

— (Jiminnie..)—Suspire tristemente con tan solo pensar como decírselo. Sin más que darme cuenta, estaba en el parque en donde suele venir frecuentemente JiMin, así que busque al menor con la vista, en corrección, él estaba sacándole fotos a los paisajes que tenía frente a él.
Me acerco silenciosamente a mí hermoso y le abracé su hombro.

—Hola, enano.— Hablé tratando de normalizar la voz. Estaba más grave de lo normal debido a la cantidad de tos.

Al parecer el pequeño se había tomado por sorpresa, por lo que sobresaltó justo cuando estaba por sacar una foto a una mariposa. Una simple mariposa es, podrá sacarle más fotos a ésa mariposa otro día.

—¡Hyung, me haz arruinado la foto!— Exclamó con un puchero en sus pequeños y rosados labios. Tan tierno se veía que no pude evitar depositar un castro beso en ellos.

—Las mariposas seguirán vivas, hazlo otro día.— Sin dudar, le doy otro beso, solo que en diferente lugar, el cuello.

—Ésto no me gusta, se te están yendo las marcas que te dejé el otro día... Te haré más.— Abro la boca justamente para dejar lo que he dicho. Pero una diminuta mano hizo fuerza para que no lo haga.

—Estamos en público, Hyung.—

—¿Y qué? Los niños algún día tendrán que tener pareja y garchar, ¿No? Que aprendan de nosotros.—

Esa risilla del contrario me había hecho el día, es lo más hermoso que podré escuchar. Espero que nunca le haga de esa manera a otra persona que no sea yo. Bah, si él es feliz, podré aceptarlo con un tanto de dolor.

—Hyung~.— JiMin formó un puchero. Algo iba a pedir, siempre lo hace cuando quiere algo. Porque justamente me conquista.

—¿Qué me vas a manguear, amor?— Lo miré sonriente.

—Allá hay helado, cómprame, por favor~.— Su tono cambió a uno muchísimo más dulce y tierno, ¿Cómo no comprarle eso? Él sabe usar bien su arma secreta.

—Te lo compro y vamos para mí hogar. Allí comeré mí hermoso helado.— Sonrío maliciosamente.

JiMin inocentemente asintió con la cabeza. Y allí nos acercamos a el carrito en donde vendían helado. Compré de frutilla, el favorito.
Aún estoy pensando cómo hacer los dos días éstos. Literalmente no quería ver al menor con la cara colorada, la respiración agitada y lágrimas cayendo.. Al menos que sea cuando hacemos eso de casi todas las noches.
En fin, agarrados de las manos, caminamos para mi hogar. Como no podía faltar con hijos de puta que nos gritaba.

—¡Pedazos de trolos!—

—¡Putos!—

—¿¡Acaso no les da vergüenza!?—