Capítulo 27.

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Observo el caminar tan tranquilo de la rubia, ese vestido negro con flores rojas le sienta demasiado bien, sin echar de menos la camisa de mezclilla que lleva sobrepuesta.

<<Me encanta de una manera sobrenatural >>

Ha pasado casi un mes desde que me operaron, han sido más de tres semanas dejándome consentir y tratando de adaptarme a las reacciones secundarias después de la cirugía. Hay días en los que me duele la cabeza bastante, incluso las náuseas siguen estando presentes, pero el doctor dijo que es normal debido a que mi cuerpo aún no se acostumbra totalmente a estar sin esa masa extra. Pero me siento bien.

-Mami, ¿vamo a subil a lol cabalitos? - pregunta el pequeño entre mis brazos.

Suelto una risa, nunca me va dejar de parecer graciosa la pronunciación de Jax. Paula asiente y señala la larga fila que nos espera para que nos dejen entrar al parque de diversiones.

-Sí, mi amor, ya falta poco para que entremos - sonrío.

-¡Ti! - aplaude efusivamente.

La chica entrelaza su antebrazo con el mío mientras las demás personas delante de nosotros avanzan, luego nos adentramos también al gran lugar. Si bien, pocas veces he venido, creo que sólo ha sido una vez hace varios años en que Grace me obligó a venir. Espero que la experiencia sea más agradable ahora que tengo compañía especial.

-Hay que empezar a caminar por allá y luego de darle toda la vuelta al lugar salimos aquí, ¿vale? - asiento sin entender una sola palabra, que explicación más rara.

La sigo, recibiendo algunas protestas por parte del enano que quiere que vayamos a todos los juegos.

-Vamo Den, pol favol - hago una mueca de ternura.

-Pequeñajo, no tenemos tanta plata para subir a todos, entiende - alargo la última palabra.

Sus enormes ojos azules se llenan de lágrimas y su labio inferior empieza a temblar, lo detengo antes de que se largue a llorar.

-¡Está bien, subiremos a todos lo que quieras, enano caprichoso! - Paula suelta una carcajada al vernos.

-Eso es un buen chantaje, hijo - chocan sus puños.

-Aprendió de la mejor, ¿no es así? - me guiña un ojo con diversión.

Jax señala la casa del terror, así que por molestar a la chica le asiento para que entremos. Ella niega antes de poner un pie dentro del espeluznante lugar.

-Entren ustedes, yo esperaré aquí.

Niego, con una sonrisa ladina en mis labios.

-Usted, señorita Davis, vendrá con nosotros. No me importa tener que llevarla arrastrando, pero nos acompañará de igual forma.

Luego de fulminarme con la mirada se abraza a mi espalda, de modo que siento su calor corporal a la altura de mis omoplatos. Trato de poder avanzar con Jax a cuestas y con Paula aferrada a mí como sanguijuela, aunque me resulta algo complicado hacerlo debido a la oscuridad. Alcanzo a ver entre la penumbra a un chico vestido de zombie, así que disimuladamente le hago señas para que asuste a la rubia.

-¡Ahhhhhhh! - grita el chico casi en mi oído, pego un repentino salto en mi lugar a pesar de que no he sido yo el asustado.

-¡HIJO DE FRUTA! - grita Paula de vuelta, rompiendo ahora sí mi tímpano.

Tentación mortal #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora