CUATRO DESEOS #PremiosOrange2017

CUATRO DESEOS

Este pequeño cuento, lo escribí en 2008 como regalo a una compañera de clase. Ha pasado mucho tiempo, pero me sigue pareciendo especial. Si... está mal que yo lo diga. Pero lo escribí en media hora y para mí fue como si la mágia sólo eligiera su camino para dejar salir lo que escondían mis musas.Había una vez una chica llamada Mónica, tenía todo lo que una chica de 19 años podía desear: amigos, una familia feliz, una vida alegre, todo le marchaba bien. Pero como todo en esta vida, un día sucedió algo que hizo que todo su mundo se tambaleara: su madre murió. Y con esto pasó de ser una chica alegre y dicharachera a ser solitaria y huraña.Un día, mientras paseaba, conoció a Lestat y no volvió a separarse de él. Lestat era su gato, amarillo, de ojos verdes y muuuuyyy gooordo, de este modo y poco a poco volvió a ser la de antes.Así fue pasando el tiempo y para cuando tenía 21 años, su padre decidió volver a casarse. Para esto eligió a una mujer simpática, un poco más joven que él y con una hija de la misma edad que Mónica, cuyo nombre era Bianca. Nada más conocerse las dos se comenzaron a llevar genial, además las dos compartían su gusto por los animales, Bianca por su ratón, Rasputín, y Mónica por Lestat.Pero pronto comenzaron a ocurrir cosas extrañas, un día toda la porcelana de su madre apareció rota en pedazos, otro las cortinas del salón hechas jirones, al siguiente comenzaron a desaparecer sus objetos personales y más adelante comenzaron los ruidos extraños, voces y pisadas que provenían del desván cuando todos dormían. Fue entonces cuando Mónica pensó que, quizás a su madre, no le gustaba lo que allí estaba pasando y la relación con Bianca y su madre se enturbió.Un día, tras discutir con Bianca, Mónica salió al enorme jardín que rodeaba su casa. Fue cuando vio lo más extraño del mundo. Pudo ver como Rasputín se convertía en un mago, no uno de esos tipos de largas barbas y miradas amistosas. Sino más bien del tipo barba de chivo y ojos color rojizo, un mago del que se puede esperar lo peor. Pudo ver cómo ese mismo mago colocaba en el bebedero de Lestat veneno, y de este modo fue cómo supo quien rompía las cosas y quien provocaba todos esos ruidos, y de ese modo pudo salvar la vida de su gato.No contó nada a nadie, pues... ¿quién la iba a creer? Algunas semanas después de aquello comenzó a tener sueños extraños, siempre en el mismo lugar. Se trataba de un lago, de aguas tranquilas, con cisnes de color blanco y grandes sauces que hundían sus ramas en el agua. Allí fue donde conoció a "su príncipe azul", como ella lo llamaba, ya que desconocía su nombre y hasta dudaba de su existencia. Su Príncipe Azul tenía los ojos color verde y cabellos castaños claros, era alto y fuerte, pero no demasiado musculoso. No del tipo que aparece en los cuentos de hadas, dispuesto a salvar a todos los que se encuentren en peligro, sino más bien el chico con el que todas las chicas quisieran encontrarse: alegre, simpático, comprensivo y de fácil palabra. Más un amigo que un príncipe.Los meses fueron pasando y Rasputín continuó haciendo de las suyas, tanto en forma de ratón como de mago malo. Hasta que un día, harto de Lestat, dejó abierta la puerta para que el gato se marchara. Cuando Mónica se enteró lo comenzó a buscar por todos lados, lo buscó en los tejados, en el parque donde solía pasearlo, en cada una de las calles de la ciudad... y cuando no sabía qué más hacer, comenzó a preguntar a la gente. De este modo fue como encontró a Ana.Ana era una anciana, de aspecto pordiosero, que vivía en la calle. La conoció cuando unos chicos bien se estaban metiendo con ella. Mónica la defendió y ella le regaló un trébol de cuatro hojas, le dijo que era mágico y que concedía deseos cada vez que se arrancaba una de sus hojas. A pesar de no creerlo, Mónica guardó el trébol, era un bonito recuerdo y pensó que le daría suerte para encontrar a su gato.Después de muchas semanas volvió a encontrase con ella, fue entonces cuando se le ocurrió que tenía el trébol y que podía saber si de verdad funcionaba. Su primer deseo fue que aquella anciana fuera feliz. Nada más pedirlo Ana se convirtió en una bella mujer, dejando atrás su disfraz de anciana y dando paso al hada que en verdad ocultaba. Ana le dijo que su madre la enviaba y que siguiera buscando. Todo le hacia pensar que había más de lo que se veía a simple vista. ¿Por qué Rasputín la odiaba tanto? ¿Por qué intentaba hacerle daño y alejarla de los suyos? Había demasiadas respuestas y poco tiempo para pararse a resolverlas.Su siguiente deseo fue que su gato volviera, pero como respuesta sólo consiguió su collar. Ante un resultado tan inusual decidió visitar a Ana, quien le dijo que el trébol sólo podía cumplir de modo completo aquellos deseos pedidos con el corazón, siempre que Rasputín no hubiera lanzado su hechizo maléfico. Si ese era el caso sólo los cumpliría en parte. Sólo le quedaba una oportunidad, seguir al mago y averiguar que era lo que hacía por las noches. Y eso fue lo que hizo, se coló en el desván y se escondió en uno de los armarios que allí había.Cuando el mago entró en el cuarto, todo cambió a su alrededor, las paredes comenzaron a abrirse, el techó se levantó hasta el cielo y el suelo de madera dio paso a la hierva quemada. Entonces Mónica se encontró tras una roca, mirando una basta extensión de tierra y, al fondo, un gran castillo. Una vez dentro Mónica pudo ver que allí no había nada, todo estaba vacío, tan vacío como el corazón del mago malo. Sin embargo, tras subir todas las escaleras, en lo alto de la más alta torre, se encontraba lo verdaderamente importante: su gato, tirado en el suelo, prácticamente muerto.Corrió hacia él, pero no pudo alcanzarlo, era como si una barrera le impidiera pasar. Entonces Rasputín entró en la habitación y con su magia negra hizo aparecer enormes burbujas de cristal que estallaban en pedazos, provocando que la ropa de Mónica se fuera manchando de sangre y que miles de pequeños cristales le cayeran encima. Sólo cuando Rasputín creyó que Mónica estaba muerta, dejó de hacer aparecer aquellas horribles pompas de cristal. Justo cuando Mónica iba a morir recordó las palabras de Ana, "pide los deseos desde tu corazón".¡Eso era! La única manera de hacer que todo eso acabara era pidiendo su tercer deseo: que Rasputín tuviera corazón. Entonces el mago comenzó a llorar desconsoladamente, su lágrimas hicieron que la tierra temblara, que el cielo gris se estremeciera y finalmente, que él mismo estallara en mil pedazos. Después de que la tierra se estremeciera, el cielo gris temblara y el mago hubo desaparecido, Mónica pudo levantarse. Sus heridas habían sanado, el castillo comenzó a llenarse de cosas hermosas que antes no se veían y su gato, comenzó a moverse. Sólo algo no salió como se esperaba, su gato, ya no era su gato, sino el chico con el que se había encontrado cada noche en el lago. Su verdadero nombre era Cristian, le contó que Rasputín lo había convertido en gato y lo había intentado matar para poder hacerse con su reino. Pero que él se había escapado y que el motivo por el que se encontraba con ella en aquel lago era que la amaba. También le dijo que había intentado decirle muchas veces lo que pasaba, pero que a cambio de entrar en sus sueños debía mantener silencio sobre lo que ocurría.Tras recuperar su reino, Cristian convirtió a Mónica en su reina, fueron unos de los mejores reyes que jamás tuvo el reino de la magia, siendo amables y cariñosos con todos sus súbditos y ayudándolos en todo lo que podían.Con respecto a la familia de Mónica, todo se arregló y se fueron a vivir al mundo de la fantasía, donde todo puede ser real con sólo imaginarlo.Como os habreis dado cuenta, aún falta un deseo por pedir. Podeis hacer lo que querais con él, sólo una cosa, pedidlo realmente desde vuestro corazón. Podeis regalarlo, seguir guardándolo o no usarlo nunca. Pero no olvideis una cosa, todo puede ser cierto con sólo desearlo sinceramente. Espero que os haya gustado mi historia, porque a mi me encantó crearla para vosotros.

JessyKiller

Ey! Tú! Si, tú... quien está leyendo ésto! Deja de mirar como sino supieras de quien hablo!! :) Una opinión no hace daño, sabes? ;) Gracias!!