Estoy en mi cama tumbada, sin saber en que pensar, lo que ha pasado hoy ha estado bien, pero se que no puedo. Todavía no me he olvidado de Aron, mi ex-novio. Él era mi vecino en el lugar en el que yo vivía antes, estuvimos más de un año juntos y no sé, le sigo queriendo.
Suena mi puerta y aparece Mike, tan oportuno como siempre.
-¡Eh! ¿Qué es eso de llegar y no avisar?-dice sonriendo
Río mientras él se sienta en mi cama.
-¿Qué tal?-digo
-He conocido a un par de chicos y he comido con ellos, ¿y tú?
-Pues igual que tú-digo mostrando indiferencia.
-Alice, ya verás como pronto todo es como antes.
-No, como antes no.
-¿Es por Aron?
Mi hermano lo sabía todo, absolutamente todo sobre mi, no podía olcultarle nada.
-No solo por eso. He conocido a un chico.
-¿Y qué tiene de malo?
-Que es un pesado, no me ha dejado en toda la noche y yo... yo sigo queriendo a Aron. Si no nos hubieramos venido a esta horrible ciudad, así todo sería como antes.
-Alice eso lo eliges tú.
Mi hermano no dice nada más se levanta de la cama y se va a su habitación. Yo me acuesto.
El horrible sonido del teléfono me despierta de un salto.
-¿Si?
-Fea, ¿todavía estabas dormida?- es Eric, como no.
-A ti no te interesa lo que yo estubiera haciendo.
-Tan temprano y ya estás enfadada.
-Déjame en paz en serio.
-Anoche no me hablabas así.
-Porque no era consciente de lo pesado que puedes llegar a ser.
-¿Y esa sonrisa? ¿Y ese idiota?- vaciló.
-No necesito darte explicaciones de todo lo que hago.
el silencio se apodera del teléfono por un instante.
-No tenía intención de que te enfadaras conmigo.
-Ni yo de que me llamaras.
-Solo quería hablar contigo- dice cariñosamente.
-Pero yo no.
-Pensaba que...
-Pues ya lo sabes- digo decidida.
Cuelgo el teléfono, no quiero seguir hablando con él.
Comienzo a pensar en todo y en nada, porque entre él y yo no hay nada, o al menos eso quiero creer.