-Maldita sea -gritó christian golpeando su escritorio- Por que me tuviste que condenar a la infelicidad papá. Yo la amo, no puedo concebir estar sin ella, no quiero pertenecer a nadie más.
Mientras christian se lamentaba, fredrick entró al despacho, tratando que contener a su hermano para que no terminara destruyendo la casa por completo Lo tomó por la espalda y apretó fuerte sus brazos contra su cuerpo.
-Ya para hermano, que sucede -le decía- si la quieres ve por ella y no la pierdas
-No puedo fredrick - dijo cayendo arrodillado- por más que la quiera conmigo no puedo gracias a mi padre
-No te entiendo, christian, mi padre estaría feliz de que te casar con victoria, peor él no está. Que tiene que ver papá
-Mi padre me arruinó la vida fredrick, y no sé si pueda perdonarle eso, me ha condenado a una vida que nunca quise.
-Pero de que hablas, no logro comprender lo que dices, y por favor levántate y bebe un poco de agua, no es bueno que te vean así -le dijo su hermano ayudándolo a incorporaras nuevamente-
Un poco más calmado christian sacó de un pequeño baúl, una carta dejada por su padre antes de morir y se la entregó a fredrick
-Que es esto? -preguntó el hermano-
-No sé si recuerdas que tiempo después de que nuestros padres murieron , la tía emily y yo decidimos escudriñar los papeles de papá, sus negocios y demás asuntos que tenía él. En medio de tanta papelería la tía encontró eso, es una carta en la que me dice que a partir de esa fecha, estoy comprometido con la hija de un conde francés. Que gracias a él los negocios de la familia se habían salvado y había tenido lo suficiente como para sacar a la familia adelante. Claramente esto fue un acuerdo secreto, nadie más que ellos lo sabían. En la carta está especificada la fecha en la que debo hacer oficial mi compromiso con aurora, la hija del conde. Mi tía intentó impedirlo, pero el conde amenazó con decirlo todo y hacerme perder la fortuna que hemos conseguido.
-Christian, no sabía de la existencia de esto, eso quiere decir que no podrás casarte con victoria por más que quieras. Por eso es el viaje que tienes que hacer, pensé que era algo de negocios
-Si lo miras bien, es un asunto de negocios, los negocios de mi padre. No sabes cuanto daría por suspender todo esto, amo a victoria fredrick -dijo christian un poco más calmado-
-Debe haber un modo de solucionarlo, no puedes casarte con alguien a quien no amas, ¿al menos la has visto, sabes quien es tu futura esposa?
-No la conozco, sé que se llama aurora porque mi tía emily me lo dijo, pero no la he visto nunca.
-¿Y victoria, que piensas hacer con ella, que le vas a decir? no quiero ni imaginarme su reacción, ella de verdad te ama christian, y he visto como la miras, no puede ser que su felicidad sea imposible.
-Fredrick, yo debo cumplir con lo que ha dicho mi padre, es necesario por el bien de nuestra familia, y por el bien de victoria. No quiero ni pensar lo que podría hacerle el conde si se entera del amor que siento por ella, sería capaz de matarla.
-Callate hermano, no digas barbaridades, tenemos que buscar la solución, o ¿te vas a resignar tan fácil?
-No puedo hacer nada fredrick, por qué no entiendes eso.
-Porque quiero tu felicidad, por eso soy capaz de hacer cualquier cosa para ayudarte. Hermano, no vas a ser infeliz, te lo prometo.
-Y que piensas hacer, yo he intentado todo, pero no veo como salir de esto
-Lo primero es buscar nuevamente los documentos que mi padre dejó, seguro firmaron algún acuerdo, y ese acuerdo debe tener algunas condiciones, quizá en una de ella esté tu salvación.
- Puede ser, pero muchos de esos documentos se destruyeron, algunos, solo unos pocos están guardados bajo llave en la caja fuerte, busquemos ahí.
Los hermanos procedieron con la búsqueda, lo que les llevó todo el día. ninguno había salido del despacho en toda la tarde. Por su parte, victoria había decidido continuar con su plan y hacer que christian sintiera lo mismo que ella sentía ahora. La noche cayó y la joven muy temprano se fue a su cuarto, tratando a toda costa de evitar al marqués, los hermanos en cambio, continuaron casi hasta la media noche buscando alguna frase, algún papel que evitara la desgracia para christian. Después de no buscar y buscar y no encontrar nada, ambos se fueron a sus dormitorios. Rosaline al ver entrar a su esposo no tardó en insagarlo
-No te vi en el almuerzo esposo, ¿donde te metiste? tu hijo y yo te extrañamos -dijo sobando su vientre con una enorme sonrisa-
-Querida mía, no te preocupes, estaba con christian en el despacho solucionando algunos asuntos de la mansión
-Hay algún problema? -preguntó inquieta-
-No es nada, solo negocios. Ahora a dormir, la noche está muy fría y he extrañado tu calor -le dijo fredrick haciéndose espacio en la cama junto a los brazos de rosaline-
Tal y como él había dicho, la noche pintaba tempestuosa, fría, amenazante. Eran exactamente las mismas noches que christian y victoria odiaban con toda gana, pero esta vez ninguno de los dos bajó por su vaso de leche tibia, esa noche fue diferente. Para victoria fue inquieta, entre dormida y despierta escuchaba voces, llantos, gritos de toda su familia, constantemente abría sus ojos sobresaltada, trataba de calmarse y volvía nuevamente a repetir lo mismo. Para christian no había sido tan diferente, soñó toda la noche con victoria, pero no precisamente algo bello, la soñaba envuelta en llanto, tirada en el suelo, golpeada, y para completar esta serie de pesadillas, la veía consolándose con thomas, desconociendolo a él, llorando en el hombro de su enemigo.
Una noche diferente para ambos por los terribles sueños que habían tenido, una muy mala noche. Y eso sería notorio al amanecer.
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VICTORIA (¿Y si te quedas qué? 1)
Ficción históricaDespeinada, loca y a toda risa; así era la vida de victoria collingwood, una chica de 20 años a la que no se le hacía fácil guardar compostura. Tenía un serio problema a la hora de comportarse, le costaba seguir las reglas implantadas por la estr...