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La primera vez que le vi estaba sentado en un tren mirando hacia el vacío, o al menos eso me dijo. Desde entonces me ha dicho muchas cosas,  cosas como que me quiere, como que me odia, me ha hablado sobre los paisajes, de los poemas y las canciones, del cine y de todo un poco. Le gusta mucho llorar, pero mas reír, también lamentarse, pero mucho mas alimentarse. Aborrece a los humanos aunque sean de la misma especie y llora a cantaros cuando le leo estos versos. Me mira, lo miro y acabamos mirándonos. Le gusta escurrirse por mi cuello con el cuidado del aire tan solo para besarlo. Es hermoso y su piel es como la porcelana, tan blanquecina, y le gustan los suéteres de lana. 

Hay algo precioso en su mirada, algo intrépido y fugaz que por mas que intente no logro descifrar. Algunas veces su mirada destila lascivia y locura, a veces pureza y en otras simple cordura. Me ha dicho que le gustan mis ojos y yo le he dicho que me gustan los suyos. Sus pensamientos no tienen titular y me ha dicho que me va a matar. Se me ha roto el corazón al escucharlo pues he llegado firmemente a amarlo.

Me han dicho que estoy loca, he respondido que tienen razón, porque también han dicho que si no me alejo el podría romperme el corazón. Y es verdad, y la verdad duele porque sino no seria verdad.

Y si, me gustan sus ojos y sus besos, pero me ha roto y por eso ahora camino sola por el mismo tren mientras el desiste solo en otro gris a amanecer. Porque a el le gusta el verso y a mi la prosa, porque el es rojo y yo azul, porque éramos hermosos a nuestra manera. Éramos.

Ya no le veo y he decidido seguir con mi vida y amarle en silencio. Pero eso ya es una vieja historia, de cuando yo sabia amar, pero ya no lo hago ni lo pienso recordar. Sus ojos grises de vez en cuando son un destello en mi memoria mientras empuño una navaja contra mis muñecas o las de otra persona. A veces soy cruel y me gusta el dolor.

Soy una mentira.

Ya no le sigo y tampoco lo recuerdo. He decido conocer a alguien mas, alguien que tal vez me enseñe lo que significa amar y yo lo que significa odiar. Yo le cortare el pecho y el me romperá el corazón, o ella, o eso, o algo.

Me he desangrado en mis pensamientos, he sufrido una hemorragia. Mi madre me ha dicho que fue por caminar sin rumbo hasta una historia encontrar. Yo le dije que es poesía y que es mentira, que es lo mismo.

He conocido a miles de personas en la hora de camino a la estación. No tengo inicio ni final, no soy una ecuación, eso si, tengo un par de ceros y unos grabados con tinta en la espalda, aunque podrás encontrar algunas cosas mas interesantes si buscas debajo de mi falda. No soy nadie, o tal vez sea demasiadas personas. No recuerdo. Se mentir con convicción, supongo que Dios no planeo eso en esta hermosa creación, pero también actúo con parsimonia y apaciguo el llanto de un bebe en una cortada.

Le he vuelto a ver, me ha mirado y ha vuelto a desaparecer.

Porque así es la gente conmigo, así sin mas. Trato de ser sincera, pero al final siempre me tratan mal. No se si tengo algo en la cara o simplemente no me quieren hablar, pero cuando reposo en hombros ajenos la tensión de sus cuerpos me dejan sin respirar. Quizá no les agrade porque mato cosas que ellos aman ver respirar, y ellos no pueden hacer nada al respecto. Mato aves, sueños y amistades, es que soy una especialista en contar las verdades. Mi sueño mas grande es dormir en paz, pero como no puedo hacerlo acoso a otros hasta que los haga explotar. Tal vez simplemente no les agrado, porque tengo cortes en mis muñecas y mis padres están divorciados. Tal vez y solo tal vez.

En realidad escribo esto sin propósito, lo que sucede es que no tengo a nadie con quien hablar. Me marginan en las aulas aunque por ahí dicen que soy difícil de ignorar. Uso tacones con espinos y faldas ajustadas a mi cintura, tengo muchos desordenes y aveces se me va la cordura. Por eso rara vez me olvidan. Como escribía, no escribo esto con ningún propósito, tal vez para decir que a el si le extraño y que su ausencia me hace daño y que aunque me digan que suba el peldaño me quedo atascada y sin respirar, porque sin el siento que no puedo estar. Pero el no esta, y yo estoy.

Al final todos se van, si incluso mi gato se ha ido, a nadie debe de importarle lo que sucede conmigo. Aunque la doctora diga que tengo un grave trastorno de personalidad, le enseño mi dedo medio con ganas de hacérselo tragar.

Al final todo el mundo se va y no queda mas que nada y el vestigio de un perfume que algún día reconoces en la calle sin saber siquiera de donde proviene.


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⏰ Última actualización: Nov 19, 2017 ⏰

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