No hay salida, no hay salvación, solo hay sangre y desesperación. Trozos de cuerpo tirados por el suelo, pudriendose lentamente en la habitación.
Sentia que estaba al borde de la locura, que en cualquier momento me convertiría en el monstruo que ella era y estaría condenado a saciar mi hambre con carne humana para sobrevivir mientras me mantenían es este pequeño cuarto, con implementó necesario.
No soy el único, a veces, cuando no esta cerca, mis amigos vienen y me hacen compañia. Me consuelan e intentan animarme a comer un poco de carne, pero yo no quiero. No puedo ser así, ellos no lo merecen.
Tengo tres amigos, NamJoon, TaeHyung y Jimin. Yo soy el menor, JungKook. Namjoon es moreno, es un tanto serio a veces, más cuanto le preguntas por que le falta en lado izquierdo de su torso. No le gustan hablar de ello, se pone de mal genio. TaeHyung y Jimin son uno solo, tienen partes de cada uno y hacen un cuerpo completo. Suelen ser juguetones y molestar a NamJoon por la parte que le falta. El dice que pronto la recuperará, Solo hay que esperar.
No siempre están conmigo. A veces se desaparecen y me dejan solo con ella. Al principio era poco frecuente, no me llevaba bien, pero luego los comprendí.
Cuando llegue aquí no era el único. Había dos chicos conmigo Hoseok y Jin. Cuando llegaba, iba al cuarto para llevarse a uno, que luego volvían sin una extremidad y olían a carne quemada. No fue asi en el caso de Jin. Parece que tuvo una cena familiar y jamás volvió. Desde el cuarto oímos gritos de agonía. Era escalofriante saber que eso me esperaba a mi.
- ¿Como sigue tu pierna?
- A dejado de sangrar, pero me duele.
Dije entre sollozos a Jimin que me miraba. Sabía que era su ojo porque TaeHyung los había perdido, ambos habían sido comidos por ella junto con el ojo izquierdo de Jimin.
- Solo esta comenzando. Los dolores serán peores.
- No seas malo.
La mano de TaeHyung golpeó a NamJoon. Los tres casi siempre peleaban. Se me hacia una tortura a veces oírlos, siempre hablaban de la forma en la que ella los descuartizaba y comía frente a sus ojos. Como el cerrucho sonaba al momento de cortar sus huesos y la sangre brotaba con tanta libertad que parecia que jamás se acabaría. Eran horribles relatos, relatos que hace tres días comencé a vivir. Lo primero había sido mi pierna, me sorprendia ver como hacia las láminas de carne para un pastel que comerian sus visitas. Yo si apenas podía reaccionar, el shock y el dolor eran lo que me tenian ocupado con la escena de mi carne siendo rebanada como si fueran láminas de cecina que comprarías en un mercado. Cuando tuvo láminas suficientes. Tomo la lata caliente que mantenía a fuego ya hace varios minutos y la presionó contra la herida para no seguir sangrando. La sangre para ella era su jugo y no desperdiciada gota. Todo era reunido en un tarro donde luego las embotellaba y refrigeraba para mantenerla, a veces separaba el plasma para beberlo cual vino blanco.
El segundo día fue mis dedos, que le sirvieron como buen acompañante para una sopa. Lastima que no tenían mucha carne, así aun tendría algunos.
El tercer día me dejo recuperarme. Intentaba evitar posibles transfusiones para no ensuciar mi sangre. Pero el quinto día no tuvo opción, si me quería con vida debía hacerlo. Me cuido como si en verdad me quisiera, en sus ojos veía preocupación. NamJoon, TaeHyung y Jimin estaban celosos, yo conseguía más que ellos.- Eres un débil. Niñito de mami
- No me gusta que me digas así.
- El bebé necesita cuidados. Traigan la mamadera.
No lo soportaba. Se reían por cada cosa que hacia. Me daba papillas y me servía con bombilla los líquidos. Solo asi pude mejorarme en uno días y volver al mismo infierno de donde habia querido salir.
- Por favor, ya no sigas. Estabamos bien hace unos días. Por favor.
Lloraba y gritaba mientras el cerrucho rasgada mi piel desprendiendo mi brazo y luego extirpando un trozo de mi hígado para cocinarlo. Fue en ese momento en el que me dio a probar un trozo de mi brazo cuando me percaté del sabor, era el mismo que hace unos días se me daba como papilla. Me habia dado de mi propia carne para alimentarme. Había sido capaz de comerme a mi mismo.
Ante mis súplicas se aburrió. Con un químico quemo mis cuerdas vocales. Fue la peor sensación de todas, estar ahí tirado en el suelo, sin poder decirle nada a mis amigos que me miraban y hablaban intentando animarme. Quería acabar, en este punto comencé a dejar de pelear o sentir dolor, fue casi mínimo en dolor cuando quito mi ojo izquierdo o cuando corto mi otra pierna junto con lo mi masculinidad.
Ya llevaba dos semanas y me comía con tanta rapidez. Aun que ahora parecía tener otro juguete. Un chico nuevo había llegado a la habitación. Al verme estuvo en shock por varias horas. Los chicos solo lo miraban y se reían. Yo ni eso podía. Casi no tenía emociones, solo me sentía en el suelo y algunas pocas veces llegaba a sentir dolor porque Jimin me tocaba para saber si seguía vivo.
Esto en si parecía tener poco sentido. Me habia dejado de lado para comerse a YoonGi quien día a día tenía menos del 30% de su cuerpo.
Paso quizás unas semanas cuando encontraron los cuerpos pudriendose en la casa completamente abandonada. Resulta ser que no los comían completamente. Encontraron extremidades en el refrigerador y cuerpos incompletos en habitaciones. Ahí estaban los cuerpos de Jimin, TaeHyung y NamJoon que según investigaciones llevaban muertos ya muchos meses. De Jin, Hoseok y YoonGi encontraron solo la cabeza y el torso vacío, sin ningún organo.
Se decía que las extremidades que faltaban podrían haber sido enterradas o en el caso de los órganos vendidos. Eran ilusos creyendo eso. Lo que faltaba era lo que una vez estuvo en su estomago o en el de sus amigos. Yo lo vi.
Con nuestros cuerpos tan descompuestos no pudo hacerse mucho. Pero algo si nos salvo. Y fue el diario de ella en la mesita de noche que había junto a su cama. Había relatos de comidas con órganos opiniones y narraciones de como cortaba parte por parte de nosotros. Así pudieron saber nuestras identidades. Pues tenía nombre de cada una de las víctimas que comía y luego botaba a la basura.
Uno de los policías que había encontrado el cuerpo de Namjoon, leía el diario con concentración. Solo le quedaba un capítulo y ya.
Me he considerado una persona normal, hasta que mamá me obligo a comerme los ojos de papá. No he sido yo. Ha sido ella la culpable,
Estaban tan buenos mojados en sangre.
Ahora disfruto todas mis comidas con una buena carne. Mamá me enseñó muchos trucos para hacerlas deliciosas y que mantuvieran sus jugos solo así sería una comida agradable.
Como solo chicos, suelen tener más carne que las mujeres, son menos chillones. Pero se como callarlos sin matarlos.Cerro el diario y lo volvió a dejar en evidencias dentro de una caja. Se veía tan aterrado como yo cuando vi el cerrucho acercarse a mi pierna.
Aun podía recordar mi torso intacto y mi rostro con la ausencia de uno de mis ojos. No encontraría en resto de mis extremidades. A ella le gustaba que yo viera como se la comía. Ella tenía una mente tan perversa para su imagen tan angelical.
Solo ahora puedo dejar de lado el sufrimiento, pero estoy condenado a siempre estar en esa casa escuchando los gritos de sufrimiento de las nuevas víctimas que trae cada noche...