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- No puedes llegar aquí y decir eso, Steve.- escuché gritos en el comedor.

- Hillary, guarda silencio.- reclamó mi abuela.

Miré hacía el reloj, eran exactamente las dos de la tarde. Abrí un poco la puerta sin hacer ruido porque quería escuchar lo que decían abajo.

- Rose fue una maldita estúpida, descuidó a su hija, A SU HIJA.- reclamó el único hombre que estaba hablando y se escuchó un fuerte golpe.

Al parecer en esta casa el tema de mi mamá, sigue en pie.

- No vuelvas a hablar así de tu hermana.- le dijo mi abuela de nuevo.

- Todavía no entienden, ninguna de las dos entiende. No pueden tenerla aquí, sólo va a ser una carga. Sobretodo para ti, mamá.- dijo Steve ya tranquilo.

- Cierra la boca Steve, en cualquier momento ella va a despertar.- dijo Hillary molesta.

- Es que no pueden tenerla aquí, entiendan.- contestó Steve.

- Entiende tú.- guardo silencio Hillary.- No sabes lo que ella ha sufrido en toda su vida. Tal vez Rose no le dio la mejor vida pero un tiempo si lo hizo, Drew no es una carga, no la conoces. Ni siquiera la has visto, ni cuando nació, ni cuando era niña, NO la conoces.- dijo ella recalcando el no. Y es cierto yo no sabía que tenía un tío llamado Steve.

- No sé a que has venido Steve y será mejor que te vayas ahora.- por primera vez he de admitir que había escuchado a mi abuela molesta.- Y si vas a regresar que no sea para hablar mal de Rose o de que Drew es una carga.-

Yo no sabía como me sentía, era confuso, ni siquiera sabía porque había comenzado la discusión o porque mi abuela estaba tan molesta o de porque Steve decía que era una carga. No entiendo nada de lo que decían, sólo pensaba en si Steve y mi mamá eran unidos o si no lo eran.
Mamá nunca me había hablado de su familia o de mi papá. Eran temas que evitaba a toda costa, toda mi vida me había preguntado la razón por la cual vivíamos lejos de mi familia.

El golpe de la puerta me había sacado de mi trance, tenía demasiadas cosas en que pensar pero ya no era necesario, mi mamá murió, ya no hay nada en que pensar además de que todo era malditamente confuso.

- Iré a ver si Drew sigue dormida.- se escuchó en toda la casa la voz de mi abuela. Cerré rápidamente la puerta y regresé a la cama fingiendo estar dormida.

- No, mamá. Será mejor que vayas a ver al médico, te dará tus medicamentos.- le dijo Hillary afuera de su puerta.- A mi no me los dieron, me dijeron que tienes que ir por ellos.-

Se escuchó un sollozo, y yo no sabía quien estaba llorando. Esto se está volviendo aún más confuso, no sé que está pasando y es agobiante pensar que tal vez están ocultando algo.

- Mamá, por favor. Sabes que no puedes, que no puedes, que no puedes.- decía Hillary rompiendo en llanto.

- Regreso en la tarde, voy a visitar a Louis.- dijo mi abuela decaída.

- Ve con cuidado.- dijo cansada.

*

- Escoge, tenemos la tarde para comprarte cosas.- dijo Hillary emocionada.

- Hillary.- murmure.

- Mañana entras a la escuela.- dijo aún más emocionada.

- Hillary, gracias, pero no es necesario que me compres cosas nuevas.- le dije apenada.

- Drew, te dije que soy tu tutora. La persona que está a cargo de ti.- dijo aún con esa sonrisa.

- Si, pero es mucho, yo no quiero que gastes.- le dije mirando las bolsas que traíamos en las manos.

Después de que mi abuela se haya ido, Hillary me dijo que teníamos que comprar cosas para la escuela. No estoy segura de que "cosas" tiene que comprar, porque ya teníamos a mano muchas bolsas con ropa dentro.

- No quiero repetirlo, pero tengo que hacerlo.- guardo silencio.- Soy la persona que está a cargo de ti.-

- Hillary.- me sentía mal, ¿y si yo si era una carga?

- Drew, por favor, disfruta de esto.- me dio un repentino abrazo.- No te preocupes por el dinero, eso es lo de menos.-

Ella seguía viendo ropa, seguía escogiendo, pero al final, ni compraba nada al ver mi cara. Yo quería irme de ahí, se me revolvía el estómago de sólo pensar que mañana voy a ir a la escuela. Su teléfono de ella empezó a sonar, era una llamada.

Ella salió rápido de la décima tienda de ropa a la que habíamos entrado en la tarde. Miraba las repisas o más ropa mientras la seguía a paso lento.

- Ya deja de mirarla, pareces idiota.- escuché detrás de mi.

Quería ver quien había dicho eso pero no quise voltear, además no me lo decían a mi, eso es seguro. Tal vez se lo decían a otra chica.

- Drew, tenemos que irnos.- entró Hillary casi corriendo.

- Hola Hillary.- hablaron dos chicos detrás de mi. Vaya, creo que todos conocen a Hillary.

- Hola chicos.- saludo y yo seguía sin voltear, mierda Drew, eres muy estúpida. Me tomó de la mano y salimos casi corriendo de la tienda, llegamos al auto y ella empezó a conducir algo más rápido de lo que conduce normalmente.

- ¿Vas a decirme cuál es la prisa? - le pregunté a ella burlona.

- Perdón, no es grave, ni importante, o bueno no lo sé.- dijo hablando rápido.

- Tranquila, sólo dime que sucedió.- vaya, ahora yo parecía ser la mayor.

- Salió una consulta de por medio, la Sra. Oleff me dijo que su hijo se siente mal.- me dijo ya más calmada.

- ¿Sra. Oleff?- pregunté.

- Jennifer, era amiga de tu mamá.- dijo en voz baja, mierda ¿por qué cuando quiero olvidarla siempre la mencionan?

- ¿Entonces tienes que revisar al hijo de la Sra. Oleff?-

- Si, que bueno que no baje la maleta.- dijo ella nerviosa. Enserio se ponía nerviosa.- Te dejaría en casa, pero me tardaría más y Jennifer sonaba preocupada, muy preocupada.-

- ¿Voy a ser tu ayudante?- le pregunté incómoda. Si ella estaba nerviosa, yo siendo su ayudante estaría aún más nerviosa.

- No, sólo voy a revisarlo, espero que no sea nada grave o tendré que llevarlo a la clínica.- dijo seria.

Me quedé callada durante todo el camino y volví a pensar en la escuela. ¿Qué haría en el descanso?
Obviamente necesito amigos, a veces se me facilitaba hacerlos pero estaba nerviosa. Era un lugar nuevo, escuela nueva, personas nuevas. Todo cambió, nunca me había imaginado que todo cambiaría, al menos, no así.

Habíamos llegado, estábamos afuera de una casa grande, era blanca, tenía un lindo jardín que igual parecía que era muy cuidada. En la puerta ya esperaba una señora, la Sra. Oleff.
¿Ella era amiga de mamá?

- Vamos, Drew.- bajó ella rápido del auto y bajó una maleta. Creo que allí tenía los medicamentos y eso.

- Perdón, Hillary.- fue lo primero que dijo la señora al llegar frente a ella.

- Está bien, no hay nada que disculpar Jennifer. ¿Dónde está el enfermo?- dijo Hillary burlona, al final rieron.

- Espera, ¿ella quién es? - dijo con una sonrisa y señalándome.

- Oh, ella es Drew.-

- Un gusto Señora Oleff.- dije incómoda, era nuevo. Se supone que era callada.

- El gusto es mío Drew y dime Jennifer.- me dijo con una sonrisa.- Él está en su habitación.

Nos guió a Hillary hasta la habitación del niño. Subimos las escaleras y me sorprendió ver que no tenían casi nada de decoración, era simple, simple pero elegante.

- Es hija de Rose.- dijo Hillary murmurando.

- Lo sé.- dijo ella melancólica.- Se parece a ella.-

Abrió una puerta y allí estaba el niño en su cama. Bueno, no tan niño.

f l a w l e s s; jack grazer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora