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En el verano de 1999 Maggie estaba muy emocionada por su cumpleaños número cinco, no dejaba de saltar por toda la casa y recordarle a su madre que al siguiente día sería su cumpleaños, si no era suficiente emoción por su cumpleaños además vendrían sus tías lejanas y le dijeron que le traían un regalo.

Horas y horas de fastidio después finalmente era el día, Maggie se despertó primero que todos y salió disparada a despertar a sus padres, brincó hasta su respectiva alcoba y al abrir la puerta se dió cuenta que sorprendentemente no se econtraban, confundida toca la puerta del baño y después revisa la sala y la cocina.

Estaba sola, en su cumpleaños estaba sola.

Se devuelve a su habitación y llora desconsoladamente, ya habían echo eso varias veces, dejarla sola en la casa. Ella no entendía por qué, si pueden llevarla con ellos, pero le duele más ahora que es su cumpleaños. Sentada en su cama se quedó, escuchando el cantar de los pajaritos hasta que sus lágrimas cesaron.

Unos treinta minutos después escuchó la puerta abrirse, por las voces que escuchó eran sus padres con sus tías.
Como siempre ha hecho, con un mechón de cabello tapa un poco su pequeña carita, para no hacer tan evidente que estuvo llorando. Sí, ella pensaba que sus padres la mirarían como patética si se llegaran a dar cuenta.

Salió de su cuarto y corrió a abrazarlos.

-Feliz cumpleaños pequeña, te despertaste temprano ¿Eh?- dijo papá tomándola en sus brazos, mamá le da un beso y las tías hablaban de lo grande que estaba.

Ellas no se veían malas personas, tampoco entendía porque su padre decía que no estaba de acuerdo en que vinieran y aunque si traían vestidos oscuros y raros eran lindas. La inocencia tan inmensa que tenía en ese momento le hace reír en el presente.

Después de felicitaciones y una aburrida charla de cosas de adultos papá se fué a trabajar y mamá fue a la cocina a preparar algo de desayuno.

-Mijita, te trajimos un regalo- dijo una de ellas.

La pequeña Maggie se acercó mas a ellas viendo como la de la izquierda sacaba algo de su bolso, mamá observaba atentamente.

Sacó una muñeca, y las otras dos también. Tres muñecas, ¿barbies? Parecían barbies pero con el estilo de ellas. Con ropas oscuras y greñudas, le resultaba genial que no fueran como las otras muñecas que tenía, rubias, maquilladas, tacones, ropas...La típica barbie.

-Gracias, estan muy lindas- la nena respondió.

-Te encantarán, ellas serán tus mejores amigas- pronunció la del medio.

Mamá dejo de observar tanto y sonrió, la pequeña llevó a las muñecas a su cuarto, y las puso junto a las otras 8 barbies y ken que tenía.

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Eran las seis de la tarde y la reunión de cumpleaños ya había empezado, feliz con sus regalos y amigos pero mamá aún no había dejado que le echara un vistazo al pastel. Su amiga Stephany le había dicho que sus tres nuevas muñecas eran feas, sin estilo y no huelen a juguete nuevo. No entendía por que aveces era tan mala con ella, pero no le importaba, ella las apreciaba principalmente porque sus tías se las habían regalado.

Maggie entró a su cuarto para guardar un nuevo regalo, en eso escucha -hola Maggie- ella mira a todos lados.

-aquí, pequeña Maggie- mira a las muñecas.

-seremos tus mejores amigas- se escucharon las tres voces, al principio se asustó pero segundos después le simpatizó.

-¿hablan de verdad?- pregunta fascinada la niña.

-Sí, pero...- las expresiones de las muñecas cambian repentinamente- mas te vale que no le cuentes a nadie, dejaremos de ser tus amigas si eso pasa- sus cabezas se torcieron bruscamente.

-Tranquilas- pronunció.

-Anda a disfrutar de tu fiesta y no le hagas caso a los comentarios de Estephany- pronunció una de las pequeñas mujeres de plástico.

-Wow, esta bien- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Salió de su cuarto como si nada, y miró atentamente a sus tías, quienes le dieron una sonrisa cómplice y le guiñaron el ojo al mismo tiempo.
En ese momento no entendió del todo pero después de unos años se volvió algo obvio.

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Maggie: Dulce, paciente, la gente la considera introvertida, suelen juzgarla, subestimarla pero ella es muy inteligente, desde pequeña ha sido muy complicada de entender desde el punto de vista de las amigas de su mamá.

Papá: Siempre metido en su computadora, no toques su carro, come muy poco y le gusta el vino.

Mamá: El chisme por teléfono en la tarde no falta nunca, con tal de que Maggie este tranquila, todo esta bien.

Dollhouse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora