7-Cap/ Nueva vida

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*Narra Thomas*

-No lo voy a negar, no he olvidado a la pelinegra, ella me cautivo, su sonrisa era lo más hermoso, aunque todo en ella era hermoso, como arruga su nariz cuando algo le disgusta o como la misma se pone roja cuando lloraba, su dulce voz era un cántico angelical, pero la mejor parte de ella era su sencillez, Cloe era una chica despampanante, a simple vista se veía lo segura que era de si misma, lo inteligente que era y lo bondadosa también, la inocencia en ella la hacía ver mejor persona, era una especie de perfección, su comportamiento serio y despreocupado eran algo que la hacia única, ella no era como las demás chicas, no, ella era eso, era única, y eso me gustaba de ella. Tenía un carácter, la sumisión y ella no se llevaban de la mano, tan capaz y sin límites, arriesgada y en busca de nuevas aventuras, era una temeraria, eso lo pude notar esa noche. Ansiaba verla de nuevo y demostrarle que cumplí mi promesa, pero eso tomaría tiempo y trabajo.

El día que me fui de su casa me dirigí hacia la casa de un amigo, Temuti me había ayudado con lo poco que podía, por desgracia el se había ido de viaje y yo no tenía trabajo para sustentar los gastos, me quedaba en su casa para no pasar las noches frías en la calle, mientras durante el día salía a buscar que comer, le agradecía a mi amigo por ese gesto, sin el no tendría donde dormir

Me dirigí con la intención de buscar lo poco que tenía, decidí por irme a mi antiguo hogar, mi antiguo pueblo donde todo empezó, ahí estaba la iglesia donde mis padres me abandonaron, y la casa de mamá Olga, ella fue quien se hizo cargo de mi cuando escape del orfanato, Olga era la madre que nunca tuve, me cuido sin pedir nada a cambio y me dio amor, el amor que le da una madre a su hijo, ella me enseño lo que es amar, el ser querido. El día de su muerte sufrí mucho, Olga tenía una casa, era grande, solo tenia un hijo el cual falleció un año antes de que yo llegará a sus brazos y había enviudado unos meses después de la muerte de su hijo. Cuando ella murió dejo todos su bienes a mi nombre, pero el dolor de perderla era tan grande que decidí escapar de el pequeño pueblo.

Después de haber escapado llegue a esta ciudad, los primeros días me quedaba en un hotel de mala muerte ya que no tenía mucho dinero para algo mejor, decidí no tocar ni un peso de los bienes de mamá Olga, busque trabajo, pero no conseguía, el dinero se acabó y así fue como empecé a vagar por las calles.

Me faltaban solo unas cuadra para llegar a la casa de mi amigo, Temuti, cuando pase por un callejón, me pare en seco y mire el lugar, este callejón me traía recuerdos

*Flashback*

Después de haber estado vagando por esta ciudad, con hambre, sin dinero y sin empleo, opte por la desdicha de dormir en la calle ya que el dinero lo había gastado todo entre comida y hotel. 

Ya no recordaba lo que era una cama suave, o una ducha, la vida en la calle era dura, tenías que buscar para sobrevivir. Cansado por el ajetreado día de mendigo, opte por dormir en un callejón sobre unos trozos de cartón, la noche era fría, el horrible lugar igual, pero debía conformarme con lo poco que había conseguido.

Estaba por irme a dormir cuando escuche unos pasos acercarse a mi, de seguro sería alguien de paso, escuche como los pasos se detenían, abrí los ojos y estaba frente a mi, me levante y lo mire a la cara, era un chico de no más 25 años, rubio de ojos grices, llevaba un simple abrigo, jeans holgados y unos tenis. El chico me miraba con una sonrisa y saco algo de una bolsa y me lo extendio, enarque una ceja y lo mire con el ceño fruncido.

-Vamos, tómalo, tu lo necesitas más que yo- dijo mirandome.

Lo pensé unos segundos y lo tome con cierta desconfianza, el chico solo sonrió y se sentó a mi lado sin decir nada.

-¿Como llegaste aquí?- pregunto después de varios segundos.

-Escape- respondí después de haber terminado la comida

-¿Por que?- dijo mirandome

-No lo se- dije cabizbajo.

Sonrió, miro el cielo y no dijo más nada, luego de varios minutos de tranquilidad el chico rubio decidió romper el silencio

-Mi nombre es Temuti, Temuti Lorconvat- dijo mientras se levantaba y me daba su mano.

-Thomas, Thomas Wislie- dije tomandola y así fue como empezó una nueva amistad.

*Fin del Flashback*

Sonreí por el recuerdo, ese día conocí a Temuti, Temuti era aún chico alegre, siempre se preocupaba por los demás, con lo poco que trabajaba, compraba comida y le daba a alguien de la calle, después de esa noche Temuti venía al callejón y me daba de comer, luego de varias semanas me dijo que debía irse de la ciudad, pero que necesitaba que alguien se quedará en su casa, así fue como empecé a quedarme en su departamento.

Llegue al umbral de la puerta y entre al departamento, no era muy grande, solo era una planta, con un cuarto, sala, cocina y baño, el lugar era acogedor con sus paredes de un blanco hueso, en la sala había una televisión pequeña vieja, sobre una pequeña mesa de madera y un sofá cama color verde. Me dirigí a la habitación donde sólo había un closep con pocas prendas desaliñadas, una cama pequeña donde por suerte cabían dos personas, no había mucho, pero lo que hacía a esta habitación la mejor de todas era el gran ventanal que tenía, uno donde se podi ver toda la ciudad iluminada por pequeñas y grandes bombillas, era una vista increíble. 

Decidí acostarme en la cama, pensando si estaba bien lo que había hecho mientras miraba el techo, luego de unos minutos, caí en un profundo sueño.

-o-o-o-o-o-o-

Me levante y vi la hora de un pequeño reloj que estaba en la pared, eran las 8:32am, decidí ir a lavar mis dientes y darme una ducha, quería estar bien para ir a conseguir empleo, esa era la primera parte de mi plan para ser una mejor persona, quería ganar dinero y ahorrar para irme al pueblo donde nací y creci, allá administrará los bienes que me dejo mamá Olga, pero debía ir paso a paso, lo primero es ir y conseguir un empleo temporal, conseguir algunos ahorros para la travesía del viaje, luego vendría lo demás. 

Ya listo me mire en el espejo del baño y decidí a cumplir mi promesa

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