Engaño de terror

La noche más sombría de todo el año estaba cercas, la luna recién proclamaba su lugar en el cielo, estando en su máximo brillo y esplendor, iluminando el manto más obscuro para llevar algo de iluminación a las pobres almas que anduvieran solas entre senderos abandonados. El lobo conocía la realeza del hermoso astro en lo alto en el cielo, cantando a modo de aullido y proclamando una noche de caza entre la jauría que seguramente tendría la oportunidad de cazar una jugosa cena en un bosque desolado y maldito donde los espíritus del mal llegarían a despertar para atormentar a las personas que pasaran por ahí. Por desgracia un trio de amigos se dieron el valor de dirigirse a dicha zona por el simple hecho de demostrar su valentía. O quizás la tontera pura de la cobardía en vivo.

Uno era más alto que el otro, Un joven de 18 años con vendajes simulando ser una momia aunque su traje no era ese en lo mínimo si no la de un diablillo de traje negro con capucha sus cuernitos sobresaliendo y la capa cayendo por su espalda, tenía la costumbre de llevar cubierto el ojo derecho con vendas por el hecho que se lastimaba constantemente, así como el cuello y las muñecas, el segundo de 22 años en destacar con un traje de bufón que no se encontraba en lo mínimo contento por esto, caracterizándolo por su cabello negro relamido y un sensual lunar por encima del labio superior y por ultimo un hombre de cabelleras guindas quien con un buen porte, destacaba por un bello y elegante traje de vampiro y su actitud relajada y monótona, mejor dicho inexpresiva. De entre los tres, quien más emocionado estaba era el jovenzuelo, quien fue el de la idea de ir a este reto. Caminaba de espaldas viendo a sus dos compañeros.

-¿Me dirán que tienen miedo de pasar por aquí? Es un simple bosque nee~-

Esas muletillas que para algunos era molesta, era lo que realmente lo hacía ser Osamu Dazai. Quien replicaba para variar era Sakaguchi Ango.

-Es contra las reglas llegar a estas zonas Dazai, podría haber animales en estos momentos que...- Y no acompleto la frase culpable de unos cuantos matorrales en movimiento alrededor de la zona, Oda Sakunosuke, Quien era el mayor, despreocupado observaba a los lados, tenía una curiosa habilidad que lo hacía bastante confiado, a comparación de su compañero de lentes y lunar. Quien inconscientemente, se había apegado al más mas alto por inercia del miedo.

Dazai, aunque no fuera tan miedoso como Ango, se ha quedado estático y paralizado.

-¿Q-...Que ha sido eso?-

El maldito silencio provocaba una tensión tan horrible para los tres, que incluso podría asegurarse que los árboles se acercaban y bajaban sus ramas para acorralarles en una prisión llena de asfixia. Un gruñido fue lo que rompía el ambiente, y provoco en el bufón su piel terminara de gallina, tenso, y sus cabellos erizarse. –O-odasaku- El gruñido lo escuchaba detrás de él, era claro que estaba como gato asustado, así que, comenzó a girarse sobre su propio eje sin saber que se le vendría encima un cuerpo de grandes garras.

-AAAHH!!!- Soltó el grito de terror cayendo al suelo con un alguien encima más que un algo mientras se retorcía –QUITALO!!- Y al instante risas estallaron viniendo de parte del menor quien no soporto la broma a su burócrata amigo, provocando que sus ojos se agrandaran entonces viendo que no era ninguna criatura, si no Chuuya, quien había optado por seguirle la broma al vendado vestido de lobo. –Je, ¿te asuste gatito?-

-Maldita seas DAZAI!!!!-