Masquerade

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Yoon Jeonghan, 20 años, amante del dinero y la buena vida, de cabello castaño, alto, cuerpo seductor, rosto perfecto, buenos modales y hermosa voz: cualidades perfectas para conseguir una pareja millonaria que lo pudiera mantener por el resto de su existencia y darle los lujos que amaba. Pero, aunque a lo largo de su vida había recibido excelentes proposiciones de algunos hombres y mujeres de mucho dinero, amaba su libertad. Y la única forma de mantener los lujos que deseaba, era arrebatándoselos a otro. Porque sí, Yoon Jeonghan no era un chico apuesto cualquiera. Él era un ladrón de profesión, el mejor de los últimos tiempos. Eso le había permitido llevar la vida de rico que siempre deseó cuando niño: una casa lujosa, automóviles últimos modelo, ropa de calidad, y por supuesto, libertad. Y hoy haría el trabajo que le permitiría retirarse para siempre del negocio: El hombre más rico de la ciudad celebraría su duodécimo quinto cumpleaños con un baile de máscaras en su lujosa mansión, y todos los hombres y mujeres más ricos de la ciudad estarían ahí. Y eso significaba muchas joyas y dinero. Pero lo que más deseaba Jeonghan, estaba en la caja fuerte de la habitación del dueño de casa: Un diamante que valía millones de dólares. Si lo conseguía, podría vivir tranquilamente por el resto de sus días. Y tenía un plan. Sabía que el hombre aquel era un mujeriego incorregible, y que en cada fiesta que daba, terminaba enredado en la cama con alguna mujer. Debido a su aspecto, Jeonghan había sido confundido con una chica en muchas ocasiones, así que solo debía hacerse pasar por una, seducirlo, asegurarse de llevarlo a la cama, dormirlo con alguna droga lo suficientemente fuerte y rápida para dejarlo inconsciente durante al menos una hora, y el diamante sería suyo.

Preparó todo cuidadosamente. Falsificó una invitación para hacerse pasar por la hija de un millonario que por supuesto no existía, preparó su "vestido" en color escarlata, y una hermosa máscara dorada que hacía juego con su cabello. Nadie pondría en duda de que se trataba de una dama distinguida. Y la voz, solo debía susurrar de forma seductora y nadie notaría que en realidad era un chico. Todo arreglado.

El gran día llegó y Jeonghan se veía perfecta

— ¡Guau! - Dijo sorprendido al verse en el espejo —¡Realmente luzco como una dama de alta sociedad! ¡Ni yo mismo me reconozco!

Sonrió satisfecho de su trabajo. Luego cogió la cartera, el abrigo de piel, y se marchó en su hermoso Jaguar a tono con su vestido escarlata.

Cuando llegó a la fiesta, esta ya había comenzado. Ni siquiera hizo falta mostrar la invitación, pues los guardias apostados en la puerta de entrada, no dudaron en darle la bienvenida. Dentro, el ambiente estaba realmente animado. Máscaras por todos lados, champagne, caviar, música, y ahí, en el balcón, admirando el esplendor del salón, el cumpleañero: Choi Seungcheol.

—Si que es bien parecido —Murmuró Jeonghan para sí, mientras observaba al dueño de casa, cuyo smoking negro y máscara plateada se robaba las miradas de más de una chica.

La noche transcurrió con calma. Jeonghan había captado la atención de bastantes hombres, más no había tenido ocasión de acercarse a la presa que deseaba. Necesitaba que fuera natural, si no, su plan no funcionaría. Su oportunidad llegó luego de apagar las velas. Seungcheol dio el discurso y la banda inmediatamente comenzó a tocar, invitando a quienes estaban en el salón, a bailar al ritmo de la música. Fue entonces que Jeonghan vio el camino libre hacia Seungcheol. Esa era su oportunidad. Así que se acercó lentamente a la zona en la que el pelinegro bailaba con una chica rubia y, simulando que se resbalaba, cayó sobre la espalda del cumpleañero.

—¿Estás bien? —Preguntó Seungcheol, cogiéndolo por la cintura antes de que cayera.

Inmediatamente, Jeonghan se aferró al cuerpo de su salvador, acercándose lo suficiente como para que el otro oliera su dulce perfume a vainilla

MASQUERADE [TERMINADA]Where stories live. Discover now