El rozar de unos dedos totalmente ajenos a los suyos, un suave suspiro de éxtasis resonando en el excitante ambiente y una breve, casi brusca, pero a su vez delicada caricia que lo hacía temblar solo por el hecho de que era su toque.
Todoroki ni en sus más alocados sueños -cosa que en verdad nunca creía que nadie podría superar-, se imaginó en una situación similar como la que acontecía justo en estos instantes.
─ Todoroki-kun, ¿se siente bien? ─soltó su compañero peliverde en un semi-jadeo, intentando lo más posible hablar con el gran miembro, que aún se encontraba degustando con su lengua.
Él semi-albino no le respondió, sin embargo, tampoco es que él se viera en el caso de poder dar una respuesta. Simplemente, cerró sus ojos rápidamente y mordió con fuerza la tela que se encontraba entre sus labios, reprimiendo un gruñido al sentir a Midoriya rozándole la punta con insistencia como si esperara a la llegada de algo.
Sus ojos volvieron a abrirse después de sentir aquel delicioso escalofrío. Sus muñecas aún amarradas volvieron a dolerle un poco debido al brusco movimiento, pero se hallaba agradecido de que el impulsó no le hubiera hecho caer de aquella silla donde se encontraba apresado. Su mente se sintió confusa y sin querer divagó entre sus recuerdos.
«¿Qué está sucediendo?
¿Cómo rayos terminamos Midoriya y yo en esta situación?
¿Por qué Midoriya me está...?»
Cuando ya estaba por terminar su tercera frase, sus ojos se abrieron por la sorpresa. No cabía duda, eso tenía que ser.
Ahora sabía que ya tenía la respuesta a su duda.
Todo comenzó aquella misma mañana. Él se encontraba como siempre en su distintivo asiento en la parte trasera de clase, escuchando el cotidiano sonido de las charlas, risas y peleas de sus compañeros de aula. Sus ojos sin llamar la atención iban de un lado a otro, buscando a través de la ventana, esa divertida melena verde que ya tanto conocía.
Cuando por fin la intercepto en la puerta principal de la escuela; su corazón comenzó a latir apresuradamente y una suave sonrisa se reflejó en él, al notar la expresión problemática en su rostro y la desesperación con la que Izuku corría hacia su aula, probablemente, sabiendo que ya llegaban unos cuantos minutos tarde a clase.
No tardó mucho en llegar al aula y dar un fuerte portazo sorprendiendo a unos cuantos.
─ ¡Deku-kun! ─chillo brevemente Uraraka debido a la sorpresa, pero se le paso rápidamente y sonrió─ ¡Buenos días! ¡Parece que estás lleno de energía hoy!
─ U-U-Uraraka-san, b-buenos días ─el peliverde como pudo cogió aire mientras sus manos se hallaban en sus rodillas─ ¿Aizawa-sensei... ?
─ Aún no ha llegado, ─respondió esta vez Tsuyu, quien se había encontrado hablando con Uraraka e Iida─ parece que fue convocado por el director, así que tenemos estudio libre por ahora.
─ Menos mal. Gracias, A-
─ Llámame Tsuyu-chan
─ S-Si, gracias Tsuyu-chan ─respondió un tanto avergonzado. Midoriya soltó un suspiro de alivio y se levantó para ingresar al aula sin antes corresponder el energético saludo de Iida.
Camino hasta su sitio para organizar sus cosas. Cuando sus ojos se elevaron de su maletín sin evitarlo se encontraron con los de Todoroki, quien ya llevaba tiempo desde su llegada mirándolo. Ambos intercambiaron una mirada, mas a Midoriya, lejos de molestarle, una adorable sonrisa apareció en sus labios acompañada de un: ─Buenos días, Todoroki-kun
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¿S o M?
Fanfiction¿S o M? ¿Cuál prefieres tú? - Prohibida cualquier copia o adaptación de este one-shot. - S o M hace referencia a S (sádico) y M (masoquista) para quien no comprenda.