–¿Piensas despertar algún día?– Micaella rodó los ojos meciendo a su hermana, otra vez.
–No– murmuró amargada.
–¡Tienes audición!
Eso bastó para que Alena saltara de la cama y corriera a arreglarse, lo cual hizo a su hermana mayor suspirar de alivio. Llevaba media hora tratado de despertarla.
Si bien las hermana Heber compartían ambos padres y veinticinco años juntas, eran completamente diferentes. Desde el primero de sus cabellos hasta la punta de sus pies, era difícil para la mayoría de las personas encontrar alguna semejanza física, y era mucho más complicado hallar una semejanza psicológica.
Micaella era la mayor: la más querida, la más guapa, la más popular, la más agradable y la más inteligente. Alena era la menor, y todo lo contrario; Micaella estaba a punto de casarse con un millonario, Alena seguía batallando para volverse una cantante conocida. Tenían propósitos diferentes.
Aún así, se llevaban bien, más de lo esperado de dos chicas completamente opuestas quienes competían por todo.
–¡Voy tarde!– chilló Alena.
–No irías tarde si es que te hubieras despertado antes– canturreó Micaella.
–¡Cállate!
Micaella le pasó un poco de papel higiénico a su hermana, para que lo pusiera debajo de su corpiño. Alena alzó una ceja.
–¿Es necesario?
–Sí, ¿no ven a las chicas que contratan? Necesitas hacer una buena impresión.
–Bien... y si me aceptan, ¿iré todos los días a trabajar con papel higiénico bajo el corpiño?– Micaella suspiró.
–¿Vas a probarte el vestido de dala de honor hoy?– preguntó, para cambiar el tema.
–Sí– Micaella sonrió radiantemente.
Micaella estaba por casarse con Mats Hummels, un millonario y perfecto hombre con el que esperaba pasar el resto de sus días. Estaba dispuesta a renunciar a sus sueños personales para pasar a ser una ama de casa. Amaba a Mats, o eso creía.
***
Alena analizó a todas las chicas que, tal como ella, esperaban su turno para pasar a la sala de audiciones para decir un par de líneas y cruzar los dedos para que este fuera su despegue al estrellato. Ella estaba consciente de que sería muy difícil ser descubierta como cantante, pero era su pasión y no se iba a rendir al respecto, incluso si todas esas chicas eran más guapas y más calificadas para el trabajo. Alena era, sin lugar a duda, la que más estaba dispuesta a dar para ese puesto en un concurso-reality que probablemente nadie vería. Era extraño, porque ella era muy valiente para todo, excepto para decirle a su mejor amigo que lo amaba.
–¿Alena Heber?– preguntó una señora de cabello rubio y tomado que vestía un traje formal al salir de la sala.
Alena se levantó de su asiento con un suspiro y entró a la sala con la mujer.
Fue la peor audición de su vida.
Tuvo que hacer el ridículo para que le prestaran atención: cantó «estrellita dónde estás» en una forma muy bizarra y vergonzosa, y desde el minuto en que salió del edificio supo que el rol no iba a ser suyo.
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Cásese quien pueda // Marc Bartra & Marco Reus
FanfictionMicaella estaba dispuesta a todo por casarse, Alena estaba dispuesta hasta a casarse por su mejor amigo. HISTORIA CORTA Portada by @MrsDurmi