Morir es una fiesta final.

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En  el instante que cerré los ojos sentí la urgencia de salir de aquella caja en donde mis pensamientos me agobiaban y decidí salir de la autopista aparcar en un pequeño lugar parecido a una plaza, solo, un ambiente de paz para sentirme de la misma manera, en paz. Todo aquello sucedido en las últimas horas me ha dejado sin aliento ¿Quién pensaría que aquellas jovencitas quisieran ese tipo de relación conmigo? Un hombre entrando en la vejez la cual me vuelve loco, la idea de que mi muerte está cerca es frustrante.

Pasaron los minutos, luego pasó una hora todo tenía apariencia de que el tiempo no tuviera lugar en su cabeza, el reloj y la brújula que lo mantenía en equilibro se habían perdido en el profundo mar de pensamientos. Ernesto se arrecostó en las barandas de un puente, se dejo llevar por sus ideas y pensamientos hasta caminar sin rumbo en el que las luces le parecían invisible y el sonido no podía percibirlo, su corazón latía de forma desigual pero él no presto atención su cabeza estaba en otra dirección, en esta noche casi día que pasó con Lucy, Mina y su amada Sylvia. Un fuerte dolor invadió su pecho y los latidos de su corazón cesaron, su visión se nublo agarro sus manos a la barandilla no muchos carros circulaban quiso pedir ayuda con una mano pues la otra sostenía su corazón del dolor, estaba sufriendo un segundo infarto, veía de forma figurada la muerte pasar por sus ojos que no dejaban ver más allá de unas luces blancas de un auto, decidió ir a ellas sin razonar del resultado. El auto casi lo arroya, en el intento de Ernesto para esquivarlo cayó y se dio un gran golpe en el momento que su cabeza encontró el suelo.

En suelo estaba, mi vista no iba más allá de las luces de aquel carro, mi pecho dolía demasiado la sensación era igual a llamas emergiendo de el todo se vio negro y desde allí no recuerdo más.

La habitación número 7 del piso 5 del hospital universitario era en donde se encontraba Ernesto ya inconsciente por 1 día desde aquella noche. Un chico de baja estatura fue el que lo llevó. Ingreso con un pre-infarto y golpes en sus brazos, cabeza y piernas los doctores no conocían las causas de tales golpes y del infarto pues él era saludable.

Desperté los doctores dicen que estoy mejor pero ¿Por qué no dejan irme? estar acostado no es algo productivo para mí está bien descansar pero ya esta verga me está jodiendo. Estoy conversando con mi esposa por tercera vez y convenciéndola de que luego de la reunión con mis amigos escritores aquella noche conducía y solo me bajé a caminar y ocurrió todo eso fuimos interrumpidos por el doctor que trata mi caso el doctor no sé el nombre se me olvida el apellido es común seguro es Fernández, Hernández, González y esos apellidos que al menos 60% de la población mundial los tiene y no es por exagerar.

-Buenos días señor Navarro ¿cómo se encuentra?- dice él.

-Bien bien, ¿Cuándo puedo irme? Mejor dicho ¿Por qué no me he ido? Me siento de maravilla no encuentro razón para quedarme- le digo con cortesía.

-Disculpe no puede irse es que hemos descubierto algo raro, puede parecer que está bien pero no es así como usted lo ha dicho tiene apariencia de que está todo magnifico sin embargo las causas de su estadía aquí son las siguientes: tiene síntomas de una enfermedad que todavía no sabemos su procedencia, ni nombre casos como los suyos solo ocurren 1 cada 10 años y los síntomas de esta enfermedad son pre-infartos continuos, perdida de la realidad e imaginar cosas que no han sucedido, nervios y problemas con la respiración.

No pude imaginar aquello que me había dicho ¿Yo? Pensé que moriría pero no de esta forma.

Dije: -¿No hay medicamentos para esto o decirme las causas de todo esto?, maldita sea.

Estoy empezando a pensar que toda la desgracia a mi vida llego por vos Sylvia, te maldigo y espero que la pases peor que yo, no me has hecho pasarla mal pero mis paranoias y mi estado de salud es todo culpa tuya.

Fui a la facultad a la semana de que me dejaran ir de ese Hospital que me causaba vértigo y desespero busco a las tres chicas por todas partes para hablar con ellas sobre lo sucedido esto no quedará como encuentro casual todo será aclarado ahora mismo.

Voy a el comedor las veo, a las tres hablar como locas, brollando de seguro me acerco mis nervios comienza a atacar me digo a mi mismo que debe ser por la enfermedad rara que ataca mi cuerpo y sigo.

-Necesito hablar con ustedes Lucy, Mina y Sylvia.

Ellas quedan con caras algo extrañadas y la gente que está sentada en la misma mesa se retira quedamos los cuatro.

-¿Por qué habéis hecho eso aquella noche de la fiesta en tu casa Lucy?- Miro a Lucy, ellas tienen cara de confusión se miran entre ellas.

- Disculpe profe-dice mina- Nosotras no hemos hecho ningún tipo de fiesta y no sé de qué noche nos habla.

-No se hagan las pendejas –dije- la fiesta del juicio final estábamos los 4 luego de que todo termino, Sylvia te lleve a aquel hotel ¿no recuerdas?-le digo mirándola a los ojos.

-Disculpe profesor -dice Sylvia- ¿De qué está hablando? Sinceramente primero nunca hemos salido a parte de estar aquí en la universidad nunca hemos tenido un lazo de amistad ni mucho menos amoroso disculpe.

Todas se van y yo quedo perplejo, ¿Será que todo me lo he inventado yo? ¿Todo aquel mes me lo inventé? ¿Entonces que estuve haciendo realmente? Me estoy volviendo loco.

A 15 días después El profesor Ernesto Navarro luego de padecer una enfermedad que al parecer es terminal ya que no se sabe nada de ella murió por una hemorragia cerebral producida por un infarto. Los peores temores de este hombre se hicieron realidad. Tememos de lo que no sabemos y el quiso conocer más allá de sus horizontes sin saber a dónde se dirigía. Luchando por encontrarle sentido a todo conocer a Sylvia, una fiesta ficticia y aquella enfermedad rara fueron el final aquel cuerpo que pensaba que todo podría gozarse menos morir.

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⏰ Última actualización: May 05, 2014 ⏰

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