fútbol en el rio

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Caminaron a lo largo de la cordillera y cada 10 minutos descansaban porque Haden se sentía mareado por la altura. Entre más lejos caminaban, más tranquilo se volvía el rio. Ya habían pasado los rápidos y cada vez se veía más claro el fondo del rio por lo que cada vez el nivel del agua bajaba, hasta que llegaron a un lugar donde el agua no les debería llegar más arriba de las rodillas.

Bajaron por la quebrada. Cuando los dos estuvieron abajo se sentaron en la arena, hacía calor, el invierno ya había pasado y dio paso drásticamente a la primavera, el clima cambió de un día para otro. El día anterior se habían tenido que poner doble capa de ropa para dormir y este día estaban muriéndose de calor, bajo el pleno sol, caminando por los cerros.

Haden estaba pálido, aun más pálido de lo normal, respiraba rápido y fuerte pero se le notaba un poco mejor desde que habían bajado hasta los pies del rio. Dylan se percato del estado de Haden, dedujo que era por la altura, a ella le había pasado muchas veces. Mojó un pedazo de paño en el rio, hizo que Haden se acostara en la arena y le puso el paño en la cabeza, le dio un poco de agua y rápidamente él se sentía mejor.

Se arremangaron los pantalones, se sacaron los zapatos y metieron los pies en el agua tibia mientras miraban el paisaje tomados de la mano.

Cuando Haden se sintió totalmente recuperado sacó de su mochila una pelota pequeña de futbol invitando a Dylan a jugar. Fue una idea que hacía tiempo que él venía guardando. Una vez vio una película en la que más o menos 8 personas jugaban futbol americano corriendo en el rio que apenas les llegaba a las rodillas, se hacían tacles y se pasaban la pelota sin ningún objetivo, solo por diversión y después de que fue con Dylan al rio por primera vez, busco una pelota y la guardó en su mochila y nunca la sacó.

Se empezaron a tirar la pelota entre sí y cada vez tomaban más distancia entre sí . Y antes de que se dieran cuenta ya estaban jugando futbol americano con una pelota pequeña de futbol clásico. Ambos estaban empapados, Haden se había sacado la camisa y se sorprendió a si mismo más moreno y más durito. Dylan estaba tan mojada que tenía la camiseta pegada al estomago y se le notaban lo cuadraditos de los abdominales a través de esta, tenía el pelo suelto totalmente mojado. Ella parecía estar en su territorio, se movía en la arena como si esa fuera la pista de baile de un bailarín. Era muy rápida y fuerte tiraba la pelota diez metros sobre sus cabezas sin ningún problema. Estaba hermosa incluso más que antes, tenía el pelo suelto café claro más largo y sus ojos también café claros que resaltaban con su tono de piel, brillaban a la luz del sol y cada vez que sonreía hacía parecer más que era como pez en el agua o ave en el cielo, ese era su lugar.

Haden atrapo la pelota y esperaba un tacle de parte de Dylan pero no la veía por ninguna parte hasta que de repente ella salto por la espalda de Haden y se agarro como caballito (era muy liviana para los musculos que tenía), abrazó a Haden y se aferro a él. Haden empezó a correr con Dylan montada en su espalda, ella se agarraba tan fuerte que se hacía aun más liviana. Cuando él se cansó de correr, se detuvo pero Dylan no se soltó, a él no le molestaba, era liviana y lo estaba abrazando, es más, no quería que se soltara. Se rieron por algunos minutos de todas las veces que casi se cayeron mientras Haden corría, cuando pararon de reírse Dylan seguía montada en Haden y el ya se estaba cansando pero no quería que ella lo dejara de abrazar y en ese momento no tenía otra ya que si lo soltaba se caía. Haden dijo con Dylan aun sobre él:

―Dylan.

―¿Sí?

―Te quiero ― dijo.

Ella respondió dándole un beso en la mejilla, lo cual según él significaba un "yo también"

Haden empleando toda la fuerza que tenía, agarró los brazos de Dylan y los intento separar hasta que con dificultad logró que se soltaran, dio una media vuelta y Dylan cayó en la arena mojándose hasta el cuello. Ambos se rieron y ella en forma de venganza, enredó sus piernas con las de Haden, las giró y lo botó al agua. Y así siguieron jugando hasta que fue hora de comer.

Comieron sándwiches de queso crema con aceitunas y unas uvas. Mientras comían no paraban de reírse con chistes tan aburridos que eran dignos de reírse de lo aburridos que eran. Se empujaban entre sí constantemente y más de una vez escupieron bebida de risa o se les cayo pan de la mano de tanto empujarse.

Ese día fue calificado por ambos como el mejor día desde que se conocieron y desde que descubrieron el bosque y lo anotaron en la libreta.

Y sin darse cuenta cada día cumplían un deseo de la lista de Haden que no existía sin embargo que se iba haciendo con el tiempo.

Antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora