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Trabajar medio turno era toda una maravilla, sobretodo a sabiendas de que lo hacía por una buena causa. Jimin era una persona muy noble cuando quería, y sentir que estaba ayudando a Hoseok era bastante gratificante. Se hallaban en el supermercado, consiguiendo lo necesario para la cena que el mayor planeaba hacer.

-Pensé que sólo sería un postre -musitó, ojeando los productos con una pequeña mueca en sus labios. Al menos Hoseok se veía alegre, más que de costumbre-. ¿Pasta carbonara?

Hoseok se asomó detrás de las cajas de salsa que tenía en sus manos, para sonreír como un niño. Se le veía bastante animado en realidad, y eso teniendo en cuenta que Hoseok solía ser una bolita de alegría incesante.

-¡Síp! La favorita de mi mamá y mi hermana -el pelirrojo le pasó un brazo por los hombros, jugando con su cabello. La acción lo hizo tensarse un poco, aún poco acostumbrado a lo afectuoso que era el chico, hasta el punto en que algunas personas en el pasillo fijaron sus mal disimuladas miradas en ellos-. Quiero complacerlas.

Asintió, caminando sin alejar al pelirrojo pero aún así encargándose del carrito. -Tampoco soy el mejor cocinero, Hoseok...

-Anda, es que... -Hoseok suspiró, posicionándose frente a él y parando el carrito. Ofuscado, arrugó sus labios en un mohín de fastidio-. Tae quiere verte, en serio le agradas. De hecho, es gracioso, quiere emparejarte con Dawon.

Terminó enarcando una ceja, apretando sus dedos contra el plástico del carrito, y sintiendo como el roce contra su piel ardía un poco. A la única Dawon que conocía, era a la chica que había estado detrás de Taeyang durante casi todo su noviazgo -y lo consiguió al final. Pero aquella se llamaba Im Dawon, distante a ser familiar de Hoseok, un Jung.

(Recuerda vagamente haber sido abofeteado por ella. Estaba ebrio, absteniéndose de tomar su medicina, y terminó gritándole a la pareja mientras lloraba.

La chica se acercó y le abofeteó sin decoro, y una vez intentó abalanzarse sobre ella para defenderse, fue cuando recibió una paliza por parte de los hombres que estaban por allí, incluido Taeyang.

Al menos había sido consolado por Chanyeol, quien susurró frases dulces en su oído mientras lo abrazaba como cuando eran niños, luego de que había vomitado todo el licor que había ingerido.)

Solo esperaba que no fuese la misma.

-¿Tu hermana, no?

-Sí, es la mujer que más amo, después de mamá -dijo Hoseok con una sonrisa, volviendo a arrastrar el carrito desde la parte de adelante, ahora rumbo al cajero-. Se verían muy bien, tiene mucho carácter. Estoy seguro de que te agradará.

Infló sus mejillas. Quería disfrutar de ayudarle con la cena y hasta quedarse -porque la invitación había sido algo directa, a decir verdad. Pero era difícil cuando pensaba constantemente en Jungkook, en que estaba traicionandole de alguna forma, y en que le había prometido que no ayudaría a Hoseok sino que estaría ayudando a Jin en algunas cosas.

Cuando llegó al departamento de Hoseok, lo primero que vio fue a Tae bailar alguna canción pegajosa de grupos femeninos, para luego voltearse avergonzado y saludarles con una sonrisa similar a la de un niño.

Y él no pudo evitar sonreír, viendo como el pelirrojo ponía voz de bebé mientras chillaba sobre lo lindo que era Taehyung. No lo negaría, el menor era tan puro y adorable.

-Será la primera vez que la mamá de Hobi me conozca como su pareja -le contó Taehyung mientras lo ayudaba a limpiar su habitación, al parecer la madre de Hoseok era algo enferma con la limpieza.

JUEGO TÓXICO | kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora