"Ariel's pov"
- No me toques. - Dije desesperada. - Por favor, déjame. - Lloré sin parar intentando apartar sus manos de mi, pero él seguía tocándome.
- Vamos a divertirnos, nena. - Decía a mi oído mientras besaba y mordía mi cuello haciéndome daño. Yo grité pero era inútil, nadie me oiría nunca.
Miré su cara y de repente vi como comenzó a gotearle sangre desde su frente. Las gotitas de sangre cayeron en mi camiseta poco a poco, hasta que más tarde, esta estuvo empapada de la sangre de Adam, que salía a gorgotones de su frente. Grité desesperada intentando apartarle de mi, pero él no dejaba de sonreírme y tocarme, mientras la herida de su frente cada vez sangraba más.
- Para, por favor, para. - Grité sin parar, mientras cerraba los ojos con fuerza.
- Ariel. - Dijo Adam dejando de tocarme. - Ariel, despierta. - Volvió a repetir. ¿Qué?
- Ariel, despierta, cariño. - Escuché la voz de Harry muy cerca de mi oído por lo que di un salto en la cama. Abrí los ojos sobresaltada y asustada, ya que creía que encontraría a un sangriento Adam encima de mi. Pero lo único que vi, fue la habitación oscura y Harry mirándome con cara de preocupación.
- Él.. él estaba encima de mi, y había mucha sangre, yo.. - Dije sin poder seguir hablando, ya que rompí a llorar sin poder evitarlo. Me estaba convirtiendo en una llorica de mierda y en una chica débil y eso me molestaba muchísimo.
- Eh, tranquilízate, amor. Solo a sido una pesadilla. Ven aquí. - Dijo Harry, haciendo que me sentara en su regazo y así lo hice.
- Necesito.. necesito hablarlo contigo. - Dijo mientras miraba el reloj para ver la hora que era. Joder, las 5 de la madrugada. Solo habíamos dormido una hora y yo ya quería ponerme a confesar todo lo que había pasado. Pero es que lo necesitaba.
- Hablemos entonces. Pero no llores más, por favor. - Me pidió Harry, mientras acariciaba mi mejilla.
No se por que lo hice, pero por acto reflejo me aparté de su agarre asustada. Joder, joder y más joder. ¿Por qué había echo eso? ¿Por qué había evitado la caria de Harry? Él me miró con el ceño fruncido y yo aparté la mirada de la suya. Estaba muy avergonzada, no entendía que me pasaba.
- Harry.. Lo siento, no se por que he echo eso. - Dijo disculpándome, y mirándolo de nuevo. Él simplemente negó su cabeza, para restarle importancia pero sabia que le había dolido mucho ese gesto, y le comprendía perfectamente.
- Dime, ¿de qué quieres hablar? - Preguntó él intentando cambiar de tema.
Tenía que ser rápida y concisa, sin dar rodeos. Cuanto antes lo soltara mejor seria.
- Adam intentó violarme. - Dije rápidamente mirándole a la cara. El rostro de Harry palideció al instante y me miró con los ojos abiertos como platos. - Por eso he tenido una pesadilla.. - Expliqué y en ese momento también me di cuenta del por qué había reaccionado así. Estaba en shock, después de lo que Adam me había intentado hacer, por eso, cualquier acercamiento me producía terror. - Y por eso he reaccionado así antes tu caricia. - Dije, reconociéndolo en voz alta.
- Sirena.. - Dijo Harry mirándome con tristeza. - Lo siento muchísimo. Todo esto a pasado por mi culpa. - Joder, ahora había echo que se sintiese culpable. Era una novia de mierda de verdad.
- No, Harry. No tienes culpa de que Adam haya sido tan hijo de puta. - Dije yo, e intenté acariciarle la mejilla, pero no se por que, no pude hacerlo. No quería tener ningún contacto físico.
En ese momento tomé una decisión que me dolía muchisímo pero que era la más correcta. Yo estaba en shock y no podía soportar que nadie me tocara. No quería hacerle daño a Harry, rechazándole todo el tiempo.
- Harry. - Llamé su atención para que me mirara a los ojos. Esto iba a ser muy duro, pero en este momento era lo mejor.
"Harry's pov"
En el momento en el que Ariel pronunció mi nombre, supe que algo malo iba ha pasar. La conocía demasiado bien y sabia que tono usaba cuando tenía que hablar de algo malo, y era exactamente este.
Me había quedado boquiabierto cuando me contó que Adam había intentado violarla. Lo primero que pensé fue en matarlo, pero después recordé que ya estaba muerto, y era exactamente lo que merecía. Pero yo no podía borrar los sucesos traumáticos que tuvo que vivir Ariel. Y eso me mataba. Me mataba que mi sirena sufriera por mi culpa y me mataba la reacción que acaba de tener por el simple hecho de que intentase acariciarle la mejilla. Ariel me miró muy seria, y me asusté aun más.
- Necesito un tiempo. - Dijo sin más para después levantarse de mi regazo y salir de la habitación. ¿Qué? No, por dios, esto no podía estar pasando. Me levanté corriendo de la cama, demasiado aturdido como para creer lo que había salido de su boca.
Ella se encontraba en la cocina, bebiendo un vaso de agua. Desde el marco de la puerta podía oír sus sollozos. Solo quería ir hasta allí y abrazarla.
- No hagas esto.- Dijo desesperado, pero guardando las distancias entre los dos. Ya que sabia que no estaba preparada para ese contacto aun. Al principio, cuando la rescatamos, pareció actuar con normalidad antes mis caricias, pero tras esa pesadilla, había cambiado completamente.
- Ahora mismo no puedo estar contigo. - Dijo ella, sin volverse a mirarme. - No.. no puedo dejar que nadie me toque. Me entra pánico ¿entiendes? - Dijo con la voz rota, mientras se volvía hacia mi con los ojos llenos de lagrimas. Como siguiésemos llorando nos quedaríamos secos los dos.
- Ariel, me da igual no poder tocarte. Te daré el espacio que necesites pero por favor no me dejes. - Supliqué desesperado y bastante impotente de no poder acercarme a ella, ni tan si quiera para abrazarla.
- Lo siento.. Harry.. - Dijo ella, para después volver al cuarto. Yo me quede en la cocina mirando la pared de azulejos pensativo. Sabía que había tomado una decisión y no la haría cambiar de opinión pero tenía una duda muy importante que resolver. Fui a la habitación para buscarla de nuevo y vi como estaba metiendo su ropa en una maleta. El corazón se me paró del pánico que me daba la imagen que estaba viendo en estos momentos.
- ¿Esto significa que no te casarás conmigo? - Pregunté aguantando las lagrimas de nuevo.
Ariel levantó la vista y clavó sus preciosos ojos en los míos. Volvió a mirar la maleta que tenía sobre la cama, y cuando la hubo cerrado, miró hacia mi de nuevo.
- Adiós Harry. - Dijo mirándome fijamente por unos segundos más para después salir de la habitación y del piso. Dejándome con el corazón destrozado.