Suspiró levemente, y antes de apretar tal botón, tomó la mano de su pareja con fuerza, y le dedicó una pequeña mirada a la rubia a su otro lado.
—Residencia Leyton ¿Qué se le ofrece?—Se escuchó, una vez que Golden presionó dicho botón
—Ah... Hola, Jeffrey, soy yo, Golden—Habló al micrófono
—Joven Golden, ¿gusta en pasar? Su padre lo espera dentro.
—Claro ¿Puedes decirle que Joy y Foxy vienen conmigo?
—Como guste.
Y tras unos segundos, se escuchó un pitido, así que fue Joy quien se adelantó por abrir la alta reja de negro, dejando que los otros dos pasaran primero.
—A-Ah... N-No te preocupes mucho, Golden—Habló Foxy a medio camino del enorme patio delantero, algo nervioso—T-Todo va a salir bien.
Una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Golden, y besó con dulzura la mejilla de Foxy
—Gracias, mi amor.
—Son muy lindos—Rió Joy, recalcarlo era una de las cosas que más le gustaban.
Entraron los tres a la enorme mansión, siendo recibidos por Jeffrey.
—Bienvenidos, joven Golden, joven Joy, y... Fox—Habló no muy seguro con este último
La última vez que había estado allí, Foxy había insistido en que le llamara así, pues no se sentía cómodo siendo llamado "Joven Foxy", y Jeffrey respetó su petición -Como le exigía su trabajo-.
—¿Papá está arriba?
—Así es, joven Golden, lo espera en su oficina, y ya está enterado de que viene acompañado, tal como usted pidió.
—Gracias—Sonrió
Golden guió a los otros dos, seguido de Joy, que también conocía esa casa a la perfección, y por último Foxy, quien apenas sí había estado en el salón y en la vieja habitación de Golden -Sí, se aguantaba el ir al baño solo porque le daba vergüenza preguntar dónde estaba-.
—Ah... Permiso—Dijo Golden, golpeando levemente la puerta con sus nudillos
—Adelante—Escuchó esa voz que lo había atormentado durante años
—Hola, tío Matt—Sonrió Joy, una vez que se encontraba dentro de aquella callada y sombría oficina.
Foxy miró al rededor. Vio muchas fotos de cuando Golden era niño, también veía a Joy y gente que se notaba que era vieja, fotos en blanco y negro, y muy pocas a color. Las de color eran mayormente de Golden, antes de dar conciertos. No vio ninguna foto de Samantha.
—Hola, papá—Dijo Golden
Foxy solo saludó con una mano.
—Bien... Golden, no vienes aquí a menos que necesites algo—Dijo seriamente—Así que vayamos al grano ¿Qué se te ofrece?—Estrechó las manos propias por sobre el escritorio
—Yo...—Suspiró—Quiero saber sobre mamá.
El silencio reinó la habitación durante unos segundos, antes de que un profundo y largo suspiro se escuchara por parte del hombre.
—Sobre tu madre...—Dijo lentamente—Ella era una mujer maravillosa...—La mirada oscura del hombre yacía sobre sus dedos pálidos y masculinos
—Lo sé—Interrumpió Golden—Pero quiero saber qué pasó con ella después de que le prohibieras verme.
—No buscas verla de nuevo ¿O sí?
—Es exactamente lo que quiero hacer, después de todo, la orden de restricción ya no me lo impide, mis dieciocho ya pasaron hace unos años.
—... Pensé que nunca llegaría este día, pero está bien... Si quieres saber qué pasó con tu madre, te diré lo que sé.
Se levantó de su asiento, y se acercó a los tres jóvenes que tenía en frente. Aquellos ojos tan profundos que tenía atemorizaron a los tres, y claro, atemorizaría más si fuese increíblemente alto, y lo era si no contamos a Foxy.
—Después de que se le pusiera la orden de restricción, siguió preguntando por ti—Comenzó—Volvió a casa de sus padres, donde se quedó hasta que consiguió su propio dinero para tener su propia casa.
—¿Sabes dónde está esa casa?
—Estaba, después ella se fue de allí, y como la casa nunca más fue comprada, se demolió y se construyó una nueva, más moderna—Explicó—Pero estaba en el centro, luego de que su padre muriera, ella se hizo cargo de su empresa.
—¿Cómo demonios sabes eso?
—... Yo seguía enamorado como un adolescente—Suspiró—Tengo claro que debido a la empresa, tuvo que irse a vivir a la capital, pero no sé qué ha hecho con su vida desde entonces—Dijo—De igual modo, no creo que sea buena idea que vayas a verla, no en este punto, quiero decir... La última vez que la viste, tenías nueve años.
—Eso lo sé, pero yo solo te pedí información, no tu opinión respecto a ello, gracias—Habló cortante, la relación con su padre no era la mejor
—Hm... ¿No gustan una taza de té? ¿No, Fox?—Sonrió
—Ah... Y-Yo...—Rió nervioso el pelirrojo—Sabe que me encantaría, señor Golden, pero creo que ya nos vamos ¿No?
—Sí—Dijo Golden, algo cortante, no quería alargar la conversación con el hombre
—Ehm... Adiós, tío Matt—Dijo Joy, con una sonrisa nerviosa
Los tres salieron, y fueron acompañados por Jeffrey hasta la reja de afuera.
No era demasiada información, pero era un buen comienzo.
Adivinen qué pasó mientras editaba este capítulo.
Iba a escribir "miró" pero sin querer puse una U.
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