Capítulo 8 "Mente y corazón"

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No podía parar de sonreír. Me sentía feliz. Sabía que esta felicidad duraría toda la navidad hasta que Pet regresara a la universidad, por eso decidí disfrutar cada minuto a su lado.

Cuando despertamos me dispuse a hacer desayuno, Peter comió lo más rápido que pudo para marcharse porque tenía más de veinte llamadas perdidas de su papá. Antes de irse le escuché mentir, aún no se a quién, solo se que dijo que se había quedado en la casa de su abuela porque se le hizo tarde. En ese momento no sabía qué tan bien le había salido la mentira pero en la noche me llamó mientras yo me encontraba en mi cama leyendo.

~~~Llamada telefónica~~~

-Hey, estás bien? -preguntó contento.

-Estoy bien, y tu?

-Bien. -contestó -Le mentí a mi papá y sin yo pedirlo mi abuela ya me estaba cubriendo.

-Cómo así? -pregunté con una risita.

-Cuando estaba saliendo de la casa de tu papá llamé a mi padre, tenía muchas llamadas perdidas. Me gritó y me preguntó que por qué no le había llamado y le dije que fui a visitar a la abuela y se me hizo tarde. No especifiqué qué abuela era pero la mismísima madre de mi padre me cubrió sin yo pedírselo. Habrá pensado que estaba con Des o algo así. -no comenté nada al respecto así que el continuó hablando. -Cuando salí de tu casa fui a visitarla de verdad, desayuné y fui a mi casa.

-Estas loco Pet. Tienes una suerte...

-Lo se. -dijo aparentando arrogancia. -Te tengo una pregunta.

-Aja...

-Cómo te sentiste anoche? -esa pregunta me hizo tartamudear un poco.

-Yo... pues yo me sentí... me sentí bien. Por qué lo preguntas?

-Pues porque tengo que saber como te sentiste. Esperaba no haberte echo daño. -dijo tímido.

-Pet, tu eres la persona que menos me ha echo daño. -dije con rapidez.

-Estoy feliz por eso. -dijo soltando un suspiro.

-Cómo te sentiste tu? -pregunté tímida.

-Sentí como si hubiese sido mi primera vez.

Pude sentir como mi corazón se infló por tanta felicidad. Yo solo esperaba que el tiro no nos saliera por la culata.

***

Habíamos olvidado el regalo que le tenía. Por no habérselo dado cuando nos vimos me molestaba con que lo ilusioné y que estaba jugando con sus sentimientos. Es un dramático. Cuando el tuvo tiempo decidimos salir a la capital a pasar un rato. Su cara cuando vio el detalle valía todo el oro del mundo.

-Tanya, esto es algo hermoso. Gracias. -dijo y luego plantó un beso en mis labios.

Nos bajamos del auto, comimos en uno de los restaurantes y pasamos una noche increíble hasta que me encontré con quien menos esperé encontrarme. Emmanuel estaba a pasos de nosotros. Yo sabía que era capaz de formar un espectáculo aquí frente a todos. Lo mas que le suplicaba al cielo era que no sospechara nada de nosotros dos.

-Hey Peter, cómo estás? -dijo con una enorme sonrisa. Aparentemente luego de que Peter se fue su comunicación disminuyó mucho hasta que ya no hablaron más.

-Hola! Estoy bien y tu? -preguntó Peter igual de feliz.

-Bien gracias a Dios. -respondió mientras me saludaba con un beso en la mejilla. -Qué hacen por acá? Y Des, dónde está? -preguntó mientras miraba alrededor de nosotros.

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