El príncipe

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Mi galaxia, de puertas infinitas, algunas cerradas esperando ser abiertas. Otras abiertas esperando ser cerradas o al menos exploradas.

De recuerdos cambiantes, tristes y alegres, hasta perdidos.

El todo es el principio, la casualidad es destino, el final nunca está tan mal y del orden se pasa al caos. La locura se abraza y la cordura es lo que menos que abunda.

En mi galaxia nuestras vidas estuvieron entrelazadas. Se encontrarían en algún punto. Tú no lo sabias, pero yo sí.

Al final es mi galaxia. Y lo que no se sabe se conoce desde siempre, y lo que se conoce se olvida. Es una ironía. ¿Entonces cuál será el propósito?

Mi galaxia es una contradicción.

La soledad es sólo parte de un fragmento de tiempo en el que me podría encontrar atrapado, un momento inmerso en la oscuridad absoluta de mis pensamientos, en el que ya no puedo sentir lo que se podría sentir, en el que ya no puedo pensar en lo que se podría pensar, más que la soledad, sólo puedo sentir la nada, ese instante sublime que me hace ser lo que no soy o lo que pretendía ser.

Mi tristeza va más que sólo pensar en que te he perdido, en que esa pudo ser la última vez.

Por mucho tiempo busqué en cada rincón de esta galaxia, sin saber que estaría más cerca de mí de lo que yo imaginé, pero ahora no sé a ciencia cierta si la imaginación sea posible ya que mi realidad de este momento es arrebatada por mí mismo amor, porque sé que te alejaste, porque sé que no volveré a tener esa seguridad de pertenecerte, ni de poder crear ese imperio que solía estar en mis sueños más profundos.

Hoy me encuentro en el planeta 17-08, llamado así por mis padres, debido a que en esa fecha especial nací hace más de 5 millones de años en el principio de la creación de este universo; ya que existen infinidad de universos conocidos en este espacio que ahora nos pertenece. Me encuentro aquí, rodeado de 12 mil millones de personas que coexisten en un planeta lleno de vegetación y prosperidad, sin embargo aunque tenga un propio planeta y sea el gobernante, me hace falta una sola cosa, tener un compañero con quien compartir, tantas historias que a lo largo de este tiempo he logrado. Así como apareciste así te fuiste y sin querer te convertiste en mi nueva galaxia, en mi universo desafiante que sin temor quise explorar.



Esta mañana me he levantado solo nuevamente, solo sin entender el significado más grande en este universo, algo que puede provocar un tiempo sublime como la felicidad, lo mágico, lo esencial o algo tan perverso como la guerra y la maldad, una maldad que he conocido gracias a que conocí la felicidad con la persona la cual pensé que sería eternamente feliz, pero a estas alturas he conocido el significado no infinito del amor eterno, gracias a que la guerra continua.

Después de levantarme y ver el lado de la cama donde ahora no te encuentras, decidí ponerme ese atuendo que siempre te encantaba de mí, por ser negro con tonos azules. Lo veo con una sonrisa fingida como si aún estuvieras aquí conmigo.

Quisiera poder seguir solo.

Mis días se han vuelto monótonos, entran los sirvientes a querer que mi vida siga igual como antes pero no puede ser así, toman las prendas de la armadura que dejaste; me la pongo sintiendo que siempre protegerás este corazón triste, este corazón que no tiene límites, porque ya no conoce límites, porque tú lograste enseñarme que en la vida después del tiempo existe algo más fuerte e inmenso; el amor, más que las riquezas y gobernar todo el universo, es el amor.

Giro mi vista al balcón recordando aquel día, ese cielo lila cuando las aeronaves militares diseñadas para la guerra invadieron mi planeta, todo el reino entró en pánico ya que mi mundo se caracteriza por ser pacífico y no entrar en conflicto con ninguna galaxia. Pensé que sería el fin de todos, me estresé y grité sin parar jalando de mis cabellos rubios, corrí en busca de ayuda hasta que mi atención fue atraída por alguien.

En la entrada del palacio vi aquel cuerpo moldeado con simetría, mis padres hablaban con él. Venían huyendo, tenían a varios hombres heridos y el combustible de sus naves dañadas se agotaba por lo que decidieron descender a mi planeta en son de paz.



Me acerqué analizando su presencia como si se tratase de una escultura. Nunca había visto a un militar galáctico con uniforme azul tan ajustado, de cabellos negros  con marcas de guerra en el rostro. 

El príncipe de Andrómeda - [Craig x Tweek (Creek)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora