Y, en mitad del arcoíris,
apareciste.
Como una sombra sin color,
como una rosa sin olor.
Eras de tonos grises,
pero que grises más bonitos.
Y yo, aquí,
siendo un color cualquiera,
y tú de gris.
No sabes las ganas
que tuve
de salirme del arcoíris.
Pero resultó,
salir otro color
y lo mío fue solo dolor.