✘Capitulo 2✘

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Suena el despertador. Dios, como odio ese sonido. Me levanto y me visto sin poner mucho empeño, a las siete de la mañana no dan ganas de arreglarse mucho.

Después de desayunar y despedirme de mi madre me dirijo al instituto. Y como siempre, llego tarde. No sé cómo lo hago, pero siempre acabo llegando con el tiempo justo.

Estoy en el último año de bachillerato, en el último curso lo que significa que pronto tendré que mudarme a la universidad. No me preocupa, pero tampoco me entusiasma. Por ahora solo quiero evitar el tema.

Cuando llego me encuentro con mis amigos en la entrada. Me reúno con ellos y no tardo en darme cuenta de que ya están hablando de la próxima fiesta, son insaciables.

-¿Te vienes? - pregunta Reese, solo pregunta porque sabe que lo último que me apetece es ir.

Todos centran su atención en mi. La maldita zorra de Reese no me puede caer peor. Va con nosotros porque a nuestro querido amigo Eyden le a dado por tirarsela más de una vez. Casi echo de menos al Eyden que cambiaba de chica a diario, casi.

-Claro. - le dedico una sonrisa tan falsa como ella misma.

Tras entrar a clase medio dormida todavía, me siento con Alis y dejo la vista fija en un punto de la pizarra. Mi amiga, como siempre esta girada hacia atrás hablando con los demás. Me dejan tranquila, saben de mi carácter por las mañanas y yo agradezco que no me incluyan en los preparativos para la siguiente fiesta.

-¿Habéis visto al nuevo? Diooooos está para comérselo. - casi grita Reese con voz pastosa.

Pongo los ojos en blanco, siempre dice eso de todos. Ahí donde haya un tío está ella babeando. Es asqueroso. Aún no entiendo por qué Eyden se empeña en aguantarla, a veces pienso que es pena. O simple masoquismo.

- Pues si, la verdad es que llama mucho la atención. Pero Reese guapa, si sigues diciendo eso de todos la gente empezará a creer que eres una mala puta, y tú no quieres eso, ¿cierto? - suelta Alis con tranquilidad. Resee se muerde una uña y pone los ojos en blanco. Amo a mi mejor amiga, Alis dice la verdad con tanta facilidad que da envidia.

- Bueno el chico tampoco es nada del otro mundo. - Paul interviene intentando sonar casual.

-Ohh Paul por dios, el chico está increíble, es guapo y tiene un aire misterioso. Parece sacado de una película. - le replica Alma. Paul y Alma están locos el uno por el otro, pero a nuestra edad meterse en una relación seria como la de Alis y Dan es tabú.

Los chicos bufan. Sonrío, están hiriendo sus grandes egos. Nill empieza a hablar pero no lo oigo.

La sonrisa se me esfuma. No sé cómo explicarlo, pero noto unos ojos clavados en mi, como si me quemaran y todo mi cuerpo reacciona a ello mucho antes de darme la vuelta. Me giro lentamente y lo veo. Me está mirando fijamente sin ninguna expresión en la cara. En ese momento es como si no existiera nada más, solo sus ojos grises fundiéndose con los míos verdes. Todo mi ser se acelera.

La conexión se rompe cuando el profesor de latín entra y nos obliga a prestarle atención. Hago lo que puedo por concentrarme, pero cada célula de mi cuerpo está muy pendiente del chico de ojos grises sentado en la última fila.

Cuando la clase se acaba, todos se apresuran a marcharse, mis amigos intentan esperarme pero soy torpe y tardo bastante en recoger mis cosas. Al final deciden esperarme en la cafetería. Les aseguro que estoy bien y que enseguida me reúno con ellos. Se van no muy convencidos y es que están paranoicos desde que pasó lo de mi padre. Cuando se emborrachó como de costumbre y tuvimos una gran pelea donde yo decidí irme. Estuve tanto tiempo sin hablar, sin reír y sin salir que todos creían que no saldría de esa. Y es que aún no estoy segura de haber salido del todo.

Estoy tan absorta en mis pensamientos que no noto que no estoy sola. Me giro ya con la mochila en la mano y me lo encuentro tan cerca que debería asustarme, pero al parecer hoy a mi cuerpo se le ha ocurrido comportarse al contrario y en vez de alejarme me quedo plantada en el sitio, perdida en esos ojos otra vez. Mi respiración se torna pesada. Tiene el ceño ligeramente fruncido e inclina la cabeza hacia un lado mientras me mira con curiosidad.

- ¿Interrumpo algo? -  la voz de mi mejor amigo interrumpe la extraña escena. Está molesto, lo sé. Sé lo que siente por mi y lo que está pensando pero soy incapaz de apartar los ojos del chico que tengo delante.

Entonces él se separa un poco sin dejar de mirarme y dice - No, nada. - se da la vuelta y me deja ahí casi sin respiración y con el corazón a mil.

Que. Acaba. De. Pasar.

InfernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora