Prólogo

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❮❮Noticias❯❯

A la tierna edad de ocho años, Ink pierde a su familia en un catastrófico accidente aéreo, siendo él uno de los pocos y afortunados sobrevivientes. Muchas fueron las personas que le enviaron sus bendiciones y regalos al hospital, al igual que unas buenas donaciones de dinero para demostrarle su alegría, pues él había sido catalogado como un rastro de esperanza entre toda la oscuridad que la terrible noticia dejó en los corazones de cientos. Sin embargo, todos esos obsequios no eran bien recibidos por el menor, quien sentía una gran apatía por cada nuevo juguete que caía en su regazo. Todas las monedas eran vistas con desprecio, y lanzadas con furia al suelo, ocasionando que, en más de una ocasión, doctores y enfermeras tuviesen que darle algún medicamento para calmar la imponente actitud del niño.

Las visitas del psicólogo comenzaron a ser constantes, siendo que, en un comienzo, sólo asistía una vez por semana, pero eso ya no era posible, pues la salud de Ink empeoraba por cada día que transcurría sin comer ni beber. Los especialistas ya habían recurrido a medidas desesperadas, dándole de comer mediante tubos, o aprovechando la anestesia que le era aplicada para que pueda dormir tranquilo.

Un mes después, el más joven superviviente de aquel accidente estaría abandonando el hospital en el que fue ingresado, aquel que, hace no más de dos horas, le habría dado el alta.

La acumulación de cámaras no fue de sorprender, montones de noticieros en la entrada del centro médico, intentando colarse directo a la habitación del menor para ser los primeros en presentar una entrevista, y los detalles de lo ocurrido bajo la perspectiva de un pasajero.

No obstante, la mirada del pequeño de ocho años ignoraba aquellos destellos que molestaban su vista, y lo obligaban a cerrar sus ojos para no recibir el flash directamente. Su rostro era inexpresivo, y parecía buscar algo en la lejanía.

-Todos apártense, por favor.-Pide Geno, el psicólogo más reciente de aquel chico con cabello desaliñado, y grandes ojeras bajo su pálida piel. Los otros tres especialistas que trataron con él, debieron ser asignados a otros pacientes ante la nula respuesta que recibían por parte del menor.-El muchacho debe descansar, lo están esperando en casa.

"En casa." repetía en su mente, completamente perdido, algo mareado por la cantidad de voces a su alrededor.

-Vamos, Ink, te están esperando.-No se permitiría perder más tiempo entre la molesta multitud, en sus brazos cargó al mencionado, guiándolo directo al auto negro que esperaba por él, dentro se encontraba un hombre de traje, un mayordomo, para ser más exactos.-Buenos días, señor, mi nombre es Geno, un gusto. -Saludó una vez que aquella persona salió a recibirlos.

-Un placer, soy Reaper. Así que éste es el famoso Ink, ¿no? Es más pequeño de lo que pensé.

-Aún es un niño, no tardará en crecer.-Responde, dejando al menor en el suelo para que ingrese al automóvil.-Traeré sus maletas de inmediato.

-No, para nada. Ese es mi trabajo, no me vayan a despedir porque no hice nada.-Intentó aliviar la situación frente al psicólogo, pues se veía bastante incómodo ante el silencio del nuevo habitante de la mansión en la que ejercía labor.

Unas cuantas risas y algunas indicaciones antes de que cada uno pudiese retomar camino a sus vidas. En todo ese tiempo, Ink no había dicho palabra alguna.

-Debe venir a mi consulta la próxima semana, primero dejemos que se adapte a su nuevo hogar. -Finalizó Geno, como despedida para que los otros dos restantes se marcharán en aquella bella y fina limusina.

El viaje fue largo e incómodo. Aunque Reaper intentaba sacar algún tema para entablar vínculos con quien, algún día, podría ser su nuevo jefe, éste no daba respuestas, hasta parecía ignorarlo, mirando por la ventana el paisaje lleno de árboles, dejando los edificios atrás.

"Iré a casa. Me están esperando en casa." Recordaba, jugando con sus dedos. "Entonces, ¿por qué no puedo sonreír?"

Ante su pregunta, una respuesta inmediata surgió en su mente, apagando el poco brillo que sus ojos conservaban.

-Mañana te llevaremos al cementerio.-Comenta el hombre de elegante vestir, sin apartar su rostro del frente.-Tienes derecho a ver a tu madre.

Y con eso, sólo pudo asentir, guardando en su interior, todos sus deseos de llorar.

Porque no pudo despedirse de su madre.

Porque lo último que hizo a su lado, fue discutir por una estupidez totalmente infantil.

Porque no pudo detenerla cuando lo protegió con su cuerpo, abrazándolo con fuerza y lágrimas.

Porque no pudo asistir a su funeral, y aún así, estuvo molesto con ella, porque lo abandonó a tan temprana edad.

"No iré a mi hogar." aclaró, una vez que pensó la situación. "Hogar es donde esté mamá. Hogar son las personas a quienes amo. Mi mami ya no es parte de éste mundo, ella está en el cielo, junto a papá."

Debió limpiar su nariz con su sucia manga, sorbiendo su mucosidad nasal tras realizar ésta acción.

"Ya no tengo un hogar."







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No porqué hago esto xD. Pero hace tiempo me emocionaba hacerlo(?

Undertale-Toby Fox©
Error-CrayonQueen
Ink-Comyet/Myebi

→Todos los personajes corresponden a sus respectivos creadores.

⟪C o n t e n i d o⟫

➣InkError/ErrorInk.
➣Fluff.
➣Capítulos cortos.
➣Personajes humanos.

『✿-Cxnni-❀』

Voz Silenciosa. ⟪InkError⟫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora