Capítulo 28

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Narra Shawn
Me desperté con la idea de decirle una vez por todas a Emma sobre lo que me viene comiendo la cabeza hace un par de días. Anoche me desvelé pensando si era buena idea o no decirle, sobre cómo se lo iba a tomar, y lo más importante de todo, necesito saber sobre nosotros. Claro está que ella me atrae, y no solo físicamente, también mentalmente. Todo de ella me atrae. Desde el día uno hasta ahora. Emma con tan solo una simple sonrisa provoca un terremoto de sensaciones que desestabilizan mi cuerpo. Tal vez suena algo cursi, pero eso es lo que ella logra provocar en mí.
Tomé coraje, agarre mi celular y le escribí con miles de dudas en mi cabeza, traté de marcar con los dedos que me temblaban como nunca antes. ¿Por qué me sentía tan nervioso? Es que Emma tiene algo que me vuelve loco, no es su físico, la cosa va más allá de ese ámbito, se trata de sus hermosos ojos cafés, de su sonrisa, de su manera de ser, de esas cosas tan sencillas que yo amo tanto de ella.

Bajé a desayunar ya listo para ir a la escuela. Si llego tarde no podré hablar con Emma, y para ese entonces todos -incluyéndola- estarán en sus respectivas clases.

Saludé a mi madre y a mi padre, quienes, estaban desayunando.
-¿Dónde esta Aaliyah?- pregunté mientras preparaba mi desayuno.
-Está enferma, hoy no irá a la escuela- respondió mi madre haciendo un ademán.

Un café, huevos revueltos y panqueques. No soy un experto cocinando pero los huevos revueltos me salen muy bien.

Revisé mi celular por si tenía un mensaje de Emma, y así era:

De: Emma
Claro, Shawn! Te veo allí.

Bloqueé mi celular y empecé a devorar mi comida.

{...}
Me encontraba en la escuela caminando hacia la cancha de hockey.
Esperé unos 20 minutos, hasta que Emma apareció en mi campo visual. Se veía hermosa con esos jeans ajustados y su remera ligada. ¿Qué estoy diciendo? Se veía perfecta, usara lo que usara igual se veía perfecta.

-Hola Shawn- me saco de mis pensamientos lanzándome una sonrisa. El diseño de sus labios tan acertado que hasta parecían dibujados, bellísimos.
-Que suerte que viniste- solté con la cabeza gacha, algo tímido.
-¿Qué es lo que me tienes que decir que es tan importante?- inquirió colgando su mochila en su hombro.
Agarré una bocanada de aire, conté hasta 3 y tomé valor.
-¿Recuerdas cuando te dije que no podía hablar contigo porque sino me sacarían el puesto de capitán en el equipo de Hockey?- asintió- Y ahora el capitán es Nash... pues, si me ven hablando contigo me sacarán del equipo- la miré a los ojos, estos expresaban una mezcla de confución e indiferencia. Sus labios se encontraban en una línea recta, tenía ganas de probarlos otra vez.
-No... no sé que decir- soltó, ahora con una pizca de culpa en sus ojos.
-No tienes porqué decir algo. Por eso te cité aquí- tome sus manos y la acerqué a mí- Y no te preocupes, no les voy a hacer caso. Están locos si piensan que voy a dejar de hablarte, no soporto un día sin ti- ¡No puedo dejar de mirarla! Y ella tampoco a mí, como si nuestros ojos estuvieran conectados. Y de un momento a otro, me encontraba abrazado con Emma. Sus cálidos brazos rodeaban mi cuello, mientras que los míos se encontraban posados en su cintura. Me sentía tan cómodo y feliz entre sus brazos, quería quedarme de esa manera para siempre.

-Me gustas, Emma- le susurré en el oído. Esperaba ser correspondido. Y ya no aguantaba más, necesitaba que supiera que estaba loco por ella. Ni podía aguantar ni un minuto más.
-También me gustas, Shawn- respondió encontrándose con mis ojos, los suyos brillaban irradiando ese brillo tan peculiar que tiene.m. Yo la miraba... y puedo juror que no me quedaban ganas de mirar a nadie más.

Luego, nuestros labios se fusionaron en uno. Ella me correspondió el beso y rápidamente su lengua buscó la mía. En ese momento, mis emociones provocaron un terremoto en mi interior, y no pensaba en otra cosa. Todos mis sentidos seguían el ritmo que nuestros labios lograban al chocar entre sí una y otra vez de manera rápida, pero lo estaba disfrutando.
Nos separamos por falta de aire y nos miramos. Llevé mi mirada a sus labios, los cuales se encontraban al rojo vivo y carnosos.

-¿Esto qué significa?- preguntó sin quitar la vista de mis ojos.
Me arrodillé ante ella, tome su mano y la miré a los ojos:
-Emma Brown, ¿quieres ser mi novia?- probablemente actuar como lo estaba haciendo parece muy cursi o extraño, pero no me importa nada mientras esté con Emma. De alguna forma me sentía libre con ella.
Estaba esperando que respondiera, pero en un abrir y cerrar de ojos sus brazos se encontraban entrelazadas en mi nuca y los míos en su cintura. No paraba de besarme la mejilla, sin duda repetiría este momento toda la vida.

-Pero... ¿qué pasará con Nash? No quiero que te saquen del equipo por mi culpa- con la voz preocupada, enarca las cejas y se separa lentamente de mi.
-Tienes razón, pero no me voy a alejar de ti nunca más- Miré hacia el cielo, tratando de que así me surgiera una idea.- ¿Y si soy Secretamente Tuyo?- propuse sonriendo levemente -Cuando estemos a la vista de todos podemos actuar como si no fuéramos nada, pero nos podremos ver fuera de la escuela.
-¿Estás seguro?- preguntó sonando insegura- ¿Y si nos descubren?
-No tienes de que preocuparte. No nos van a descubrir- dije tratando de tranquilizarla. Pero, también estaba tratando de convencerme a mi que todo irá bien... Eso espero.

-¿Te veo a la salida de la escuela?- le pregunté segundos después de que tocara el timbre dando comienzo a las clases.
-Claro- respondió. Le di un dulce beso y la ví marcharse.

Narra Emma
Era inexplicable lo feliz que me sentía. Literalmente no podía creer que Shawn y yo tuviéramos algo. Se supone que tendría que estar preocupada o algo por lo que Nash y Jessica le advirtieron a Shawn, pero mi cerebro solo pensaba en él.

Me encontraba caminando directamente hacia mi salón. Genial, tenemos Historia. Esa materia me viene siguiendo desde que empecé la secundaria. Siempre aprobaba con 7, no sé cómo me sigo salvando.
Entré, y me senté en mi asiento de siempre: al final en el medio, junto a Danielle. Cuando la vi hice un debate interno sobre si tenía que decirles o no a Sara y Danielle acerca de mi relación con Shawn. Creo que tengo que esperar unos días hasta que todo esté más tranquilo.
Cuando me senté, recibí un mensaje de Shawn, en el que decía: "No veo la hora de abrazarte otra vez". Y ahí fue cuando supe que ya estamos saliendo oficialmente.
Sonreí y bloqueé el celular.

Al tocar el timbre, guardé mis cosas rápidamente y salí del salón dirigiendome a la cafetería.

Me encontraba haciendo la fila para poder servirme la comida. Tenía mucha hambre. Pero no había algo que me apeteciera, en realidad nunca había algo que me apeteciera en ésta cafetería, así que terminé eligiendo por unas papas fritas y agua.
Me giro sobre mis talones, y me encuentro con esos intensos ojos miel posados en mí. Un sentimiento de desesperación e incredulidad se apoderan de mí, y siento que mis mejillas se tornan coloradas a medida que pasa el tiempo.
Cuando me observa de esa manera tan especial suya siento como las mariposas cobran vida dentro de mí. Los latidos de mi corazón se aceleran hasta el punto de que podría colapsar.
Se quedó mirandome y no supe que hacer, mis manos sudaban y mi cuerpo entero temblaba. No sé muy bien lo que Shawn hizo conmigo, pero que no deje de hacerlo.
Trataba de resistir y no correr hacia donde estaba él y abrazarlo. Tomé una bocanada de aire y fuí a sentarme junto a Danielle y Sara.

-¿Me pareció a mí o Shawn y tú se estaban mirando muy dulcemente?- ¡Genial! Es imposible que Danielle no se diera cuenta. No tardé en ruborisarme.
-¿Siguen con eso?- me quejé dejando caer mi cuerpo en el asiento.
-No sé si te diste cuenta o no, mi amiga, pero son muy obvios - agrega Sara antes de mirar de forma cómplice a la rubia sentada al lado mío.
-O almenos tú- le sigue Danielle, que por cierto, se estaba comiendo mis papas.
-Bueno... Tal vez sí tenemos algo...- dije casi susurrando haciendo el intento de que no pudieran escuchar, pero fallé.
Mi respuesta fue doble:
-¿Shawn y tú están saliendo?- Sara automáticamente se baja los lentes y abre los ojos como platos. En cambio Danielle, deja caer una papa en la mesa.
-¿Y cuándo pensabas decírnoslo?- espeta Sara enarcando ambas cejas. Tenía pensado decirles luego de un tiempo, pero bajo las insistencias de Sara y Danielle, me veía obligada a contarles.
-Shawn y yo acordamos no decirle a nadie hasta que estemos seguros, pero me estaban cansando- expliqué.
-¿Cómo pasó?- era más que obvio que no iban a dejar el tema tan rápido, entonces empecé a narrarles todo lo que había sucedido anteriormente entre Shawn y yo, y aún así no lo puedo creer.

Secretamente tuyo (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora