Abrí la ventana para darle la bienvenida a la magnifica ave de plumaje color oro que reconocí al instante. Se trata de la lechuza del Dr. Conner, la cual yo misma le había obsequiado unos meses atrás.— Tenía días esperándote, me alegra que estés aquí — Le notifiqué al animal entregándole un trozo de tostada que me permitió tomar con mayor facilidad la carta que tenía sujeta a una de sus patas, sin causarle daño.
Examiné el sobre detalladamente, al tiempo que me acercaba a la mesa ocupada por el desayuno para llenar en un vaso un poco de jugo que con señas le ofrecí a la sedienta ave, la cual no dudó en mojar su pico varias veces en el dulce líquido. Por otra parte, en el dorso del pergamino leí:
Centro Clínico Virgen del Valle
Dr. Robert Conner
Destinatario: Hermione Malfoy Granger
Casa Malfoy Granger
Sí, lo que tengo en mis manos son los resultados de los análisis mensuales. Antes de abrir la carta, me dirigí nuevamente hacía la ventana, pero esta vez para cerrarla ya que el ave, un poco más recompuesta del largo viaje, tomó el camino de vuelta a su lugar de origen. La miro a cada segundo alejarse hasta convertirse en un fino punto negro, pero sorpresivamente divisé otro, un poco más alejado y grande. La distancia no me permitió reconocer de que se trataba por más que entrecerré los ojos para lograr aquello. Repentinamente, un escalofrío recorrió mi cuerpo. No podía ser lo que estaba pensando...
— Un Mortifago — Susurré en voz baja, pero al instante deseché aquella alocada idea.
Estoy en la casa más segura después del propio Hogwarts, la Mansión y la Casa de Playa Malfoy. No había nada por lo cual temer. El punto, finalmente, se desvaneció dejando a la vista un cielo radiante debido a los rayos solares que cálidamente se reflejaban en el cristal. Respiré hondamente y fijé toda mi atención en el sobre que desde hacia unos minutos sujetaba.
— Vamos a ver como está nuestra salud — Musité sonriente mientras acariciaba mi vientre de forma fugaz para proseguir con la lectura de los resultados de los exámenes médicos que ya se habían vuelto cotidianos.
Mis ojos recorren cada palabra, cada punto, cada coma y cada línea con una rapidez inusual. Necesitaba leer la parte donde me indicaban que todo aquello es una broma, una muy mala broma.
— Esto no puede ser cierto, no puede ser... real — Gemí con una voz inaudible mientras mis ojos comenzaban a arder con vigor. Mi mano libre detiene un sollozo que pretendía salir de mi boca — No puede ser verdad...
Un fuerte mareo me sacudió produciendo que cerrara los ojos con fuerza y me sostuviera de la pared para no derrumbarme en una sola pieza. Lo poco que había pellizcado del desayudo al cocinarlo se conglomeraba en mi garganta con intensiones de salir de mi cuerpo. Las nauseas y el mareo que aun no cesaban lograron que me olvidara por completo de Draco, de Narcissa, mis padres, Dumbledore, TODOS. Solo mis hijos, aquellas pocas lineas y yo existíamos. ¿Una carta podía llegar a destrozar una vida? Sí, en este caso no solo una.
— Debe haber un error... — Numerosas lágrimas salían de mis ojos, así que con la mano que continuaba a altura de mi boca traté de eliminarlas, pero aquella acción era imposible — ¡Seguramente leí mal! — Me digo con una fuerza y credibilidad ficticia. Ojeé por segunda vez el pergamino — ¡No! — Un desgarrador gemido salió de los más profundo de mi ser.
Continuo mirando fijamente los resultados de los análisis esperando verlos desaparecer. Deseaba borrar cada linea, despertar de esta pesadilla, pero no, no pasaba nada por más que lo deseaba con todo mi ser. La carta seguía ahí y yo continuaba destrozandome, mientras las lágrimas me imposibilitaban mirar con claridad y respirar se volvía una tarea muy difícil.
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Nunca dejamos de sorprendernos de la vida
Hayran KurguHola esta historia no es mia pero me gusto mucho y por eso se la quiero compartir "...Existe una hermosa unión entre Hermione y Draco, se aman como a nada en el mundo, pero un día ella recibió una carta que dio comenzo a la peor pesadilla para ambos...