Capítulo XXI Más allá del cielo

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_ Casa Malfoy Granger — 7 años después _

Sin descanso nos habíamos dedicado por completo a nuestros hijos durante los días y las noches que conformaron los últimos 7 años. Aunque, siempre intentábamos pasar algunas horas solos los dos aquello se nos hacía totalmente imposible, nos amábamos con la misma intensidad de siempre, pero ya no era igual y eso en parte, en buena parte me dolía. Además, no ayudó para nada el hecho de que casi obligué a mi marido a que volviera a su trabajo y con eso conseguí que en las noches llegara tan cansado que tan solo cenara, repartiera besos y finalmente durmiera. Yo fui incapaz de volver a retomar mi puesto de Profesora en Hogwarts porque si lo hacia ¿Quién cuidaría de mis pequeños? Habían varias opciones, pero simplemente me negué y Draco estuvo de acuerdo cosa que me ayudó mucho más a tomar aquella decisión.

Dumbledore, por otra parte, aceptó todo aquello no muy contento, pero no dijo nada que me lastimara o me hiciera dudar sobre la decisión que había tomado, más bien me hizo otra propuesta.

Sin embargo, la preocupación sobre el asunto de mi marido y su trabajo finalizó hace tan solo 8 días atrás al recibir una grata visita...

FLASH-BACK

Aquella fría y torrencial mañana de agosto Draco se encargó de recoger la mesa donde habíamos desayunado con ayuda de los niños mientras yo preferí lavar los platos.

— ¡Oh!

Un grito me sobresaltó de tal forma que el vaso de vidrio que lavaba cayó de mis manos y al tocar el lavaplatos se rompió en varios pedazos. Saqué a toda velocidad la espuma de mis manos con ayuda del agua y rápidamente me arrodillé frente a mi hija, Draco había hecho lo mismo mientras Scorpius nos miraba de cerca algo asustado.

— ¿Mi amor estás bien? — Pasé las manos por su rostro quitando de esa forma los lisos mechones castaños que lo cubrían.

Mi hija asintió aun algo sobresaltada.

— Solo fue un trueno, princesa — Le susurró ahora mi marido mirando lo mismo que yo, sus ojos grises comenzaban a inundarse en lágrimas.

La abracé con fuerza.

— Ya pasó, ya todo pasó — Y otro molesto trueno sonó haciendo que mis palabras perdieran credibilidad.

Daphne comenzó a llorar en mi hombro.

— No tienes porqué asustarte, papá y mamá están aquí contigo y por si fuera poco tu valiente hermano también — Draco le hizo señas a nuestro hijo para que se acercara y no dudó en hacerlo.

— Daphne, solo son...

— Sí, ya lo sé Scorpius, son truenos los cuales no son más que el sonido producido por la expansión del aire al paso de la descarga eléctrica, es decir, al paso de los relámpagos, pero de igual forma no me gustan.

Mi hijo resopló y Draco colocó una mano en sus rubios cabellos y se los alborotó aun más evitando reír. Por alguna razón le gustaba llevar el cabello despeinado por más que su padre y su abuelo, Lucius, le insistían que mejor le quedaba con un poco de gomina y peinado para atrás. Como Draco, precisamente, solía llevarlo en Hogwarts.

— Tienes toda la razón, eso que has dicho ha sido la definición perfecta de los truenos, pero te repito yo también, no hay nada por lo cual asustarse. Todo está bien, la lluvia en cualquier momento cederá, más bien porque no aprovechas este clima para leer uno de tus libros frente a la ventana ¿No te gusta la idea?

Los ojos de mi hija brillaron con entusiasmo mientras una sonrisa comenzaba a asomarse en sus labios.

— Lo haré — Me besó en la mejilla luego hizo lo mismo con su padre. Tomó la mano de su hermano con fuerza — ¡Acompáñame! Mamá me regaló un libro de pociones avanzado que sé que te encantará — Expresó segura y mi rubio hijo no dudó en seguirla muy emocionado.

Nunca dejamos de sorprendernos de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora