Capitulo XXIII Hogwarts: "El Sombrero Seleccionador"

213 5 0
                                    

Por más que no podía leer y que tampoco tenía el más mínimo interés en hablar tuve que hacerlo porque un Neville entusiasmado me preguntaba sobre mi familia y poco a poco sin notarlo ambos habíamos entablando una conversación que había logrado distraerme. Nos reímos recordando nuestros años en Hogwarts como estudiantes.

Miré mi reloj y supe que faltaba ya poco para llegar.

Por el corredor pasaban estudiantes con sus túnicas ya puestas, sospeché que aquellos eran los Prefectos que realizaban una de sus obligaciones: Mantener el orden dentro dentro y fuera de Hogwarts.

Sorprendida vi una cabeza rubia y otra castaña entrar en el vagón que mi viejo amigo y yo compartíamos.

— Buenas Profesor, permiso — Dijeron al unísono antes de acercarse a mi.

— ¿Cómo están? — Les pregunté sintiendo una emoción inmensa en mi pecho al verles con sus túnicas negras aunque aun sin insignia.

— Muy bien, mamá — Palmeando el asiento vacío a mi lado les pedí que se sentaran y así lo hicieron — Pasamos por aquí solo para ver cómo estabas — Aunque las palabras de mi hija sabía muy bien eran ciertas me parecía que algo más faltaba, sus ojos me lo gritaban.

— Estoy muy bien, aunque debo reconocer que ya extraño a tu padre.

— ¿Mami, puedo hacerte una pregunta?

— Claro Scor, la que quieras.

— ¿La única manera de ver a mi padre es en vacaciones?

Ahora si comprendía el verdadero motivo de su visita. Ellos sentían lo mismo que yo.

— ¿Son cosas mías o ya lo extrañan también? — Ambos sonrieron y asintieron — Tranquilos, él podrá venir a visitarlos los fines de semana y como yo no trabajo esos días podré venir con él si lo desean, además no olviden que por algo les regalamos una lechuza a cada uno.

— ¡Por supuesto!

Las sonrisas en sus rostros se veían menos angustiosas, saber que podrían ver a su padre antes de lo que pensaban les alegraba en demasía.

El Tren de pronto comenzó a bajar su velocidad notoriamente.

— Lo mejor es que regresen con sus primos para que de esa forma bajen juntos — Asintieron — Recuerden que no hay nada a lo cual temer, ustedes tan solo disfruten y estudien mucho que siempre los estará observando desde cerca — Les guiñé un ojo con picardía y ellos sonrieron. Finalmente, deposité un beso en sus frentes — Los amo.

— Y nosotros a ti — Respondió mi rubio hijo tomado la mano de su hermana para salir del vagón no sin antes despedirse del Profesor que aun no conocían.

— Parecen unos buenos chicos — Observó cordialmente Neville.

— Lo son — Le sonreí como agradecimiento y juntos salimos del Tren.

Los Profesoras seguían un camino totalmente distinto al de los estudiantes que nos llevaba directo al Colegio en pocos minutos, sin dudar, Neville y yo subimos a los carruajes que nos esperaban. Sabiendo que de acuerdo al año que cursaban en Hogwarts los chicos eran guiados por diferentes rutas y de distintas maneras, no me preocupé pensando en mis hijos porque sabía muy bien que tanto ellos como Albus y Meliza estarían ya a estas alturas con Hagrid. Él guiaba a los de primero.

Sin contratiempos llegamos al Castillo siempre tan imponente y majestuoso como lo recordaba. Ya estaba preparado todo para recibir a los nuevos y viejos estudiantes que sabía tardarían más tiempo que nosotros en llegar. Emocionada vi en la entrada principal una muralla humana formada por el Director y los demás Profesores que nos esperaban para unirnos a sus filas.

Nunca dejamos de sorprendernos de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora