Viena (Sebastian Stan - español)

19.

Desperté con una sonrisa. Una bendita sonrisa. No creo que nadie de verdad despierte de esa forma, a menos que esté profundamente enamorado como yo lo estoy, o sea parte del elenco de una comedia romántica. Supongo que ese es el sentimiento que tengo, porque es tan extraño que ni yo lo puedo explicar... Así que debe de ser amor.

Llevábamos una semana viviendo bajo el mismo techo y mi estado de ánimo era tan positivo que ni yo lo creía. Si me hubieran dicho que al venir a Viena encontraría tanta felicidad, me hubiera mudado desde hace mucho tiempo. Me di la vuelta en la cama y aspiré el aroma de Victoria que estaba impregnado en la almohada, no hace mucho tiempo se había levantado. Podía escuchar el leve murmullo de la regadera aunque la habitación tuviera la puerta cerrada. Se estaba bañando. Empecé a imaginar su cuerpo desnudo, pero reprimí esos pensamientos de inmediato. Estaba demasiado cansado como para siquiera levantarme de la cama, entrar al cuarto de baño y hacerla mía. Sólo me permití pensar en su belleza mientras luchaba por no quedarme dormido de nuevo.

Cuando por fin me pude levantar de la cama que me abrazaba, fui a la cocina y saqué algunas cosas para el desayuno: pan, mermelada, huevo, etc. Llené una pequeña olla con agua y la puse a hervir. De pronto escuché a Victoria salir del baño y entrar a la habitación de nuevo. Nuestra habitación. Definitivamente, el vivir con alguien era un mundo completamente diferente, y esto apenas empezaba... Coloqué los huevos dentro de la olla cuando el agua empezó a hervir, un minuto después sentí como me abrazaba por detrás.

-Buenos días- dijo dándome un beso en la mejilla. Pude imaginar cómo se ponía en puntillas para alcanzar mi cara.

-Buenos días hermosa.

Ella sonrió, antes de alejarse de mí para verter agua en la cafetera. Cuando todo estuvo listo nos sentamos uno enfrente del otro, lo que me gustaba de sentarnos así, era que solo con levantar la mirada podía verla. Normalmente en los restaurantes te tienes que sentar de esta forma, es como ser cortés con la otra persona. Aunque creo que con ella nunca he ido a un lugar así… Repasé rápidamente los lugares a los que habíamos ido desde que estábamos juntos, fuimos a algunas cafeterías pero...

Oh no.

¿Será posible?

¿Lo habré olvidado por completo?

No.

No puede ser.

No hemos tenido una cita.

¿Cómo es posible?

-¿En qué piensas?- preguntó de pronto.

-¿Uh?

-Tienes algo en la mente, ¿estás preocupado por algo?

-No, no. Uhh…

-No tienes que decirme, sólo preguntaba porque te veías muy inmerso en tus pensamientos.

-No es eso, es que...estaba pensando en…

-Respira Sebastian.

-¿Te-te gustaría ir a algún lugar este fin de semana?

Vómito verbal.

Sus bellos ojos se abrieron ligeramente.

-Uhh, ¿como ir al cine?- preguntó.

-Uh, sí, podría ser.

-No sé qué películas hay en cartelera aquí, pero podríamos revisar.

¿De verdad eso quería para una cita? Bueno, ella no sabe que estoy pensando en salir en una cita...

-O podemos salir de Viena- dije en otro vómito verbal.

Puso una expresión pensativa mientras masticaba un pan tostado.