Te amo

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Elsa limpiaba tranquilamente el piso de la sala de visita, era un arduo trabajo ya que era muy grande, pero no tenía prisa así que lo hacía con suma paciencia, hasta que...

- ¿¡Mira lo que haces, no sabes pensar o qué!? ¡¡Ese era mi jarrón favorito!! - se escuchó algo romperse seguido de aquel grito que al parecer era de Mérida, Elsa dejó lo que estaba haciendo y fue donde ellas.

- ¡Respondeme! ¿Qué vas a hacer? ¡Era un jarrón muy caro! No creo que alguien como tú pueda pagarlo - empezó a reprochar la peli roja.

- ¡¡¡Lo siento mucho... No fue mi intención, señora Mérida... Yo!!! - empezó a pedir perdón la menor.

- ¡¡¡Señorita Mérida me oye!!! ¡¡¡Señorita!!! ¡¡¡No me vengas a sermonear con tus excusas tontas niña... Tal vez no sirvas para nada!!! - gritó enojada, la pequeña solo bajo su cabeza.

- ¡¡¡Basta!!! - gritó la platinada en enfrente de Mérida. - ¡¡Señorita, por favor vasta!! - pidió la platinada.

- ¿¡Tú defiendes a tu hermana en vez de darle la razón a tu ama!?... Pues claro ustedes dos son de la misma clase... Ambas son un par de muertas de... - la platinada gritó fuerte que se callara, la pobre Anna lloraba y pues Mérida la miro con cara de indignada por su acción, pronto llegaron Moana, Kristoff y Mawie, quienes se quedaron atónitos por la escena.

- ¡¡¡Cómo te atreves a callarme... quién te cres que eres!!! - se acercó la pelirroja levantando la mano, la platinada cerró sus ojos esperando aquel impacto... Pero nunca sucedió.

Elsa abrió sus ojos y vio como Mérida miraba atónita a su prometido, quien agarraba su mano impidiendo que golpe a la platinada.

- No te atrevas a golpear a mis empleados, te recuerdo que ellos son parte de mi familia - dijo de una forma tan fría y distante el castaño.

- Pero... mi amor, yo solo... - intento excusarse.

- Una más y verás las consecuencias - dijo el castaño soltando de golpe la mano de su prometida, quien con lágrimas en los ojos salió corriendo en dirección a su cuarto. Hiccup suspiro cansado y miro a sus empleados.

- Elsa, ven conmigo - dijo Hiccup igual de serio que antes, la platinada asintió y fue con él, los demás sólo miraron preocupados a la platinada.

***

- Dime, ¿Por qué Mérida te quería golpear? - preguntó el castaño, parando en seco en el patio trasero de la casa.

- Le juro que yo solo estaba defendiendo a mi hermana de la señorita Mérida... Ella la estaba insultando y no quería que la lastimara... Lo lamento señor Hiccup - dijo cabís baja Elsa.

- Oh vamos Elsa, estamos solos, no me trates como si fuera tu jefe... Además me parece bien que hayas defendido a tu hermana de Mérida - dijo con una bella sonrisa en su rostro, Elsa imitó su gesto, Hiccup la miró cautivado y se acercó poco a poco a la platinada, hasta rozar ligeramente sus labios, pero Elsa se separó rápidamente, haciendo que Hiccup la mirara extrañado.

- No... No puedo - se negó la platinada.

- ¿Por qué no? - preguntó serio.

- Aquí no puedo, sabiendo que este es su casa y que aquí se encuentra su prometida y mi hermana... simplemente no puedo - de excusó la oji azul, el castaño río.

- Ok, ok respeto tu decisión... Pero - el castaño en un ágil movimiento le robó un fugaz beso francés a la platinada, haciendo que está se sonroje. - No me quedaré con las ganas - le dedicó una tierna sonrisa, haciendo que está se sonroje aún más...

YO NO ELEGI MI DESTINO (hiccelsa +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora