Caminando y pensando me encuentro en el lugar donde cada mañana te veía...
Con cada paso recuerdo lo que sentí por ti en un tiempo pasado, las locuras que hablamos, las risas y esos malos cuentos que sabías de una época anterior. El distante sentimiento que conservo aún, mantiene la esperanza de verte de nuevo, aún sabiendo que nuestros destinos se han alejado.
Sentada en espera de que el tiempo pase, viendo cómo las mariposas juegan alrededor de las flores que han crecido junto a nuestro banco preferido, añoro tu presencia, aún así, sé que tú también recuerdas esta fecha tanto como yo, porque un día cómo hoy, hace más de 10 años, nos encontramos por primera vez.
Quién lo iba a decir, que dos desconocidos serían amantes de pensamiento y vida sin ni siquiera tocarse, tuvimos una intimidad como ninguno, nos conocimos, nos despojamos de todo lo que nos rodeaba y desnudamos nuestra alma, conocíamos nuestros miedos y anhelos, pero ninguno quiso saber más allá de lo que compartíamos en ese banco, tanto que al ser las 9 am cuando cada uno debía partir, lo único que nos decíamos era gracias, nunca hubo una nueva hora de encuentro, ni acuerdo de llegada, sólo al día siguiente llegábamos a contemplar el paisaje, coincidiendo en hora y lugar.