Tomo mi maletín tras haber metido dentro de él los exámenes que debo corregir en casa para mañana muy temprano entregárselos a la clase y la caja alargada color negro envuelta por una cinta roja que en la superficie forma un lazo casi perfecto que me esmeré haciendo. Miré nuevamente el despacho, todo está tranquilo, afuera el sol está más que deslumbrante y cómo no si apenas era mediodía. Justamente decido caminar hasta la única ventana de la estancia para colocar el seguro que la mantendría cerrada y con las cortinas evitar que siga entrando aquella bendita luz del día para no desperdiciarla, pero inevitablemente antes de hacer aquello último mi mirada se pierde en el frondoso verdor del jardín donde vislumbro a más de un estudiante transitar libremente por él. Todo está bajo control, todo lo que veo trasmite tranquilidad y eso me hace sentir viva. Debo reconocerlo.Estaba dispuesta a girar nuevamente, pero dos figuras que caminaban muy juntas llamaron mi atención. Con una sonrisa los reconocí, él con su traje negro característico llevaba amablemente su mochila rosa a cuestas mientras su cabello oscuro se alborotaba por el viento apuntando así hacía todos lados, sin embargo ella con su túnica con los colores de Slytherin ondeando al compás de la brisa prefería como siempre tomar su mano y apoyar su cabeza cubierta por lizos y largos cabellos castaños en su hombro mientras de forma entusiasmada se adentraban en el jardín, precisamente hacia el árbol que una vez vio crecer el amor entre su padre y yo y ahora al parecer veía el de ella.
— La historia se repite...
Finalmente giré y fijé ahora mi atención en la chimenea que ardía con vigor. Caminé sin detenerme hasta ella pensando en todas las cosas que habían pasado aquellos años. Inevitablemente una sonrisa se había pintado en mis labios...
Aun me sorprende el hecho de que llegamos a decir que odiamos algo o a alguien sin saber realmente por qué ¿O será que no existen motivos para hacerlo? Me extraña además que apropósito o no nos hacemos los ciegos para así evitar mirar lo evidente, lo que flota por nuestras narices libremente. A pesar de los años reconozco que hacemos cosas sin detenernos a pensar un segundo en los pro y en los contra, sin embargo están otros momentos, otra acciones que son pensadas de forma analítica suponiendo que al hacerlas lograremos hacer lo mejor para todos cuando sin darnos cuenta produce todo lo contrario, aun no sé cómo llamar a esto ¿Descuido? Aunque debo reconocer que aprendí que aun cuando muchas personas de forma errónea piensan que tras transitar por algún problema deben superarlo de forma individual alejándose hasta tal punto de sus seres queridos comenten un gran error, al contrario, al estar con personas valiosas, que nos amanan y valoran los problemas simplemente pasan a un escalón de menor importancia hasta pueden llegar a solucionarse con mayor facilidad convertirse en bendiciones, quizás.
Estos años aprendí que dos amantes pueden decirse a través de un silencioso cruce de miradas lo mucho que se aman y desean mientras otros al divulgar el amor que se sienten hasta tal punto de jurar pierden fuerza y esto se evidencia al terminar a la primera discusión. Es por esto que aprendí que aun cuando los gestos, las miradas y en los hechos pueden llegar a demostrar todo los que una persona siente, las palabras nunca están demás, por esto es bueno mantener un sano equilibrio. Aprendí además que lo que hace que una relación siga de pie, superando cada obstáculo es la dichosa comprensión, el respeto y la tolerancia mutua. Draco y yo hemos basado nuestra relación en esos valores particularmente, por eso se los digo.
Justo, Draco y yo comprendimos que el tiempo vuela aun no teniendo alas ni escobas voladoras. Es que aun nos sorprende que en un abrir y cerrar de ojos estábamos en Hogwarts, los volvimos a abrir y cerrar y ya estábamos diciendo el tan sincero y esperado Sí, acepto. ¿Quién lo diría? Volvimos a abrirlos y estábamos en el presente yo aquí y él allá en donde habíamos acordado para celebrar nuestros 22 años juntos, contando los de noviazgo. 22 años, tal vez se digan fácil, pero no, no es así, tuvimos que aprender a ceder cuando nuestros alegatos subían de tono al discutir por cosas mínimas, aprendimos a cambiar pañales, bajar fiebres a media noche, a comprender en silencio cuando uno de los dos necesitaba un abrazo para poder seguir... Sin duda, han sido los mejores años de nuestra vida, de mi vida y no me arrepiento de nada. Los he disfrutado en su totalidad y justamente de eso se trata, de reconocer que el tiempo pasa veloz por eso debemos aprovecharlo en su máximo esplendor.
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Nunca dejamos de sorprendernos de la vida
FanfictionHola esta historia no es mia pero me gusto mucho y por eso se la quiero compartir "...Existe una hermosa unión entre Hermione y Draco, se aman como a nada en el mundo, pero un día ella recibió una carta que dio comenzo a la peor pesadilla para ambos...