Capítulo V: Analizando lo conocido.

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No tuve opción. Si quería respuestas, entonces debía ceder ante su juego para obtenerlas. Le alcancé en unos cuántos pasos, encaminándonos a lo que a mi parecer era hacia el edificio A. No pronunciamos palabra alguna por un largo rato; solo en ocasiones le observaba por el rabillo del ojo siendo atrapada a los pocos segundos por él, regalándome una sonrisa sincera y gentil, que sólo ocasionaba en mí el querer borrársela. Ya divisando el complejo, fué cuando sus labios volvieron a moverse.

-¿Puedo saber el porqué me buscaba con tanta desesperación?- ahora era él quién me miraba por el rabillo del ojo.

-Bueno, quería darte las gracias por advertirme sobre las intenciones de Agata...- solté en un leve suspiro antes de continuar- aunque sinceramente he tenido demasiadas interrogantes desde ése día...- desviando la mirada.

-¿Ah sí? Bueno, supongo que le debo una parcial explicación respecto a aquella noche... pero preferiría esperar a estar en un sitio más privado-.

-Bien- refunfuñé- ¿almenos me dirás ésta vez tu nombre?.

-¿Ésta vez? Discúlpame, pero jamás hemos entablado una conversación desde aquella noche, ¿sabes?-.

- Mientes, hablamos bajo el árbol cerca del lago, inclusive me paralizaste.- deteniendo el paso mirándole fijamente con recelo-.

-¿Eh? Amri, siendo sincero, no sé de qué estás hablando...- sin dejar de andar.

-¡No juegues conmigo!- tomándole del cuello de la camisa con fuerza-.

-Amri... - su mirada se enfocaba a algo que no era ninguna parte de mi rostro, poco a poco sentía miedo por alguna razón.

- Lo...lo siento...- soltándole mientras hacia una profunda reverencia arrepentida, sea lo que sea, perdí el control sin motivo.- No volveré a molestarle, y nuevamente gracias por aquella noche.- dije terminando la reverencia para retirarme de vuelta a mi sede, pero su agarre en mi brazo me lo impidió.

-Espera...- acercándome a él con delicadeza- no he mentido y siento ser tan m-misterioso y d-dis...tan...te...- su mirada se había perdido nuevamente en la nada-.

-¿Te encuentras bien? Luces... perdido...- ladeando la cabeza.

-¿Hmm? Sí, sólo divagué en mis pensamientos unos segundos.- suspira- ¿damas primero?-.

-¿Eh?- no me había percatado que habíamos llegado a la entrada del edificio A, donde al mencionar la trillada frase, había tomado el pomo de la puerta para abrirla ante mí seguido de un ademán invitándome a pasar.

Al entrar, por algún motivo las miradas se centraron en nosotros; supuse que era por lo extraño e inusual que es ver a un Mirose y un Cheva siendo amigos... pero los murmullos que lograba escuchar con nitidez apuntaban a otra razón...

Al adentrarnos en la biblioteca ubicada en el segundo piso de los cubículos del fondo, me guió hasta un extremo solitario con libros de temática psíquica, al parecer no del agrado de muchos.

-Aquí no merodea nadie prácticamente...- soltando un leve suspiro mientras dejaba sus libros sobre un escritorio cercano a los estantes para irse en búsqueda de un libro a pocos pasos de mí- Bien Amri, pregunta lo que desees e intentaré responder lo más sinceramente posible...- susurró apenas audible para mí-.

-¿Cuál es tu nombre chico de la parada del autobús?- imitando su susurro para no ser amonestados por la bibliotecaria.

-¿Todavía sigues con ese horrible apodo? Ya te dije que si me pondrás, que sea uno más creativo y lindo.- refunfuñó tomando un libro de pasta lila dispuesto a abrirlo.

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