¿Sueño o realidad?

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Huir. Era la única acción que involucraba la totalidad de mis sentidos en aquel momento. No recuerdo cuándo ni cómo, tampoco de quién huía. Sólo entendía que debía seguir corriendo pues de ello dependía mi vida.

La universidad estaba sumida en el más profundo silencio y el único sonido apenas perceptible en los pasillos, era el eco de mis apresuradas pisadas.

Hasta que las escuché: voces. Aquellas que eran la causa de la tortura mental a la que cada día era sometida. Voces que no reconocía, voces que una y otra vez me perseguían, y «¡Asesina! ¡Asesina!» era lo que constantemente repetían.

La desesperación, el terror de no saber el motivo de todo aquello; frustró mis ansias de encontrar la ya tan cercana salida, llenándome de la valentía que ya creía perdida, para enfrentarme a lo que diariamente vivía.

Giré e inmediatamente todo cambió. De un momento a otro ya no estaba en la universidad sino que yacía al pie de una montaña, acostada en la tierra y en la más absoluta calma.

¿Es que acaso todo había acabado? ¿Fue real lo vivido? Preguntas que solas se respondieron al escuchar nuevamente las voces que tanto temor en mi ser infundieron.

Mental IllnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora