XLIX

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"Cuanto me gustaban los libros de tierras bellas... Iluminadas por un sol encarcelado...
Creía que los cuentos enseñan que los deseos se cumplirán... Creyendo... entre la luz y la sombra..."


Un par de lágrimas escurren por sus mejillas al ver el cuerpo de Atem en su mullida cama, él ha muerto, esta vez la edad le ha llevado a tal destino, no tuvo hijos, como siempre nace y muere solo, no quiere una familia y lo ve ilógico aún más se ve a sí mismo como un esperpento de lo que fue al venir a la Tierra para verle morir una vez más.

Cada vida que tiene le ve nacer y morir, no puede evitarlo aquel que está dentro le ama con la misma devoción como él mismo amo a Osiris.

La pena le invade, aquello que no debía existir, aquella sucia y estúpida existencia denominada Yugi ha tenido mejor suerte que él, su amor ha sido correspondido.

Se gira verle, ha sentido su mirada desde un inicio, pero no comprende como aquel disparatado Dios ha podido guardar silencio siendo que siempre debe hacerse notar sin importar a qué lugar vaya.

Siente su abrazo, no se aparta, se siente sin fuerzas, sabe que esto está mal, si siguen así las cosas él pronto dejara de existir, y le aterra porque si eso pasa estará aún más lejos de Osiris su único amor.

—Tu ojo —habla después de unos segundos— Cuándo el volvió a ti ¿Qué sentiste al verle con aquella forma?

Los segundos pasan, al final Amón Ra responde —Me sentí feliz —Anubis ríe ante lo dicho, joder solo Amón Ra podría reír ante aquella extraña situación, se había sacado un ojo para vigilar a Nut y Geb, pero para cuando su ojo volvió en la cuenca vacía otro ojo había crecido.

—Eres horrible, solo tu reirías entre la pena, tu ojo lloro a mares ¿Sabes cuánto debió dolerle ser reemplazado?

—Juzgas demasiado pronto —levanta su mentón sin apartar su vista de él— ¿Me pides sentir tristeza cuando una parte de mi ha creado vida? ¿Cómo podría? Mi ojo había obtenido vida propia y de su pesar creo a la humanidad ¿Cómo sentirme triste ante tal proeza?

—¿Y debo alabarte? Amón Ra deja de hacerte el tonto —exclama— no es como si fuese la primera vez que lo haces, en el NUN ¿Qué fue lo que creaste entonces? Por qué no te vanaglorias de ello A...

—¡Isis! —tapa su boca con la mano, mientras Anubis le mira arqueando la ceja.

—Isis no me ha dicho tu verdadero nombre Amón Ra —afirma después de soltarse, el Dios del Sol le mira perplejo, solo Isis y el faraón de Egipto deberían ser los únicos en saberlo, sin embargo Anubis lo sabe y eso le ha hecho perder la compostura de una forma deplorable debía admitir.

—Tú... —le mira.

—Soy la manifestación de la unión de Isis y Nefthys a pesar de haber sido engendrado por el Meliloto de Osiris —rio— aun así, yo un Dios que no debió existir ha creado el caos al dar vida.

—No eres el único —sonríe Amón Ra más tranquilo— Osiris hizo lo mismo.

—Entonces porque solo mi...

—¿Acaso no lo comprendes aun? —le toma de los hombros.

El silencio se establece en el cuarto, unos segundos después ambos desaparecen dejando el cuerpo solo.







NT/A: Isis, de una gota de baba de Ra que obtuvo ocultamente concibió una serpiente que mordió al propio Ra, quedando este envenenado. El dolor se apodero de su cuerpo, y urgiendo su salvación, convocó a Isis, su sanadora, para que le curara. Esta admitió hacerlo siempre que le descubriera su verdadera deidad: "Si me dices tu nombre secreto podré usar mis poderes mágicos" dijo Isis, Ra entonces contesto: "Yo soy Kphera por la mañana, Ra al medio día y Tum al atardecer, el que creó el cielo y la tierra, el agua, el viento y la luz, el que creó el Nilo..."

Pero Isis siguió, Ra al final dijo "Prométeme que no se lo dirás a nadie, sólo a tu hijo, al que pondrás por nombre Horus, y que éste tampoco se lo dirá a nadie, salvo a su hijo..."

The Soul →【Blindshipping】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora