Sign of the Times

I.

Aquí vamos de nuevo... 1, 2, 3, 4, 5... por fin.

Un suspiro sale de mis labios y continúo con mi dibujo, Rose tiene tocando lo mismo en su chelo desde hace una hora y está comenzando a ocasionarme dolor de cabeza. Paro de
dibujar cuando comienza de nuevo la melodía; es increíble que después de todo el concreto que nos separa aún pueda seguir escuchándola como si la tuviese frente a mí.

Deseo subir el volumen de la música que estoy escuchando, pero no tengo la paciencia de soportar a la vecina que siempre se queja por el ruido que algunas veces llegamos a hacer.

Me levanto de mi escritorio y camino hacia mi ventana para abrirla, el clima de hoy está de maravilla. Me recargo en el alféizar y observo hacia la calle, es fin de semana, muchos de
los estudiantes que viven por aquí cerca están disfrutando del día, algunos comenzando alguna parrillada. Hago una mueca deseando estar haciendo alguna actividad de ese estilo, pero necesito terminar el dibujo para presentárselo a Oliver en el trabajo.

Miro el reloj y decido regresar al escritorio, debo terminarlo.

Ato todo mi cabello en un moño desordenado para que no me moleste mientras dibujo. Me toma un tiempo darme cuenta que Rose ha dejado de tocar pero justo cuando creo que seguiré trabajando tranquila, ella continúa tocando de nuevo. Trato de ignorarlo pero sé que ella no parará hasta que lo escuche cien por ciento perfecto aun cuando yo lo he escuchado perfecto las otras cien veces que lo ha tocado.

Me encuentro tarareando la canción de Our house cuando escucho la terrible nota desafinada que ha hecho Rose.

—¡Oh por Dios, Eleanor! —la escucho gritar y después entra como un torbellino a mi habitación asustándome y haciendo que una gran línea gruesa marque la mitad de mi dibujo. Intercalo mi mirada asombrada entre ella y el trabajo que había estado realizando durante toda la mañana. Rose sigue gritando totalmente emocionada —o tal vez en shock—, y cuando estoy a punto de preguntarle qué rayos sucede, es cuando noto su celular en su mano derecha y en la izquierda su grabadora de donde se escuchaba la voz de un hombre que intentaba que Rose le prestase atención.

—¡Así es! —se escuchó a través de la grabadora—, eres la ganadora de un pase doble al backstage del concierto de One Direction —grita el locutor para ser escuchado a través del celular y que también logren escucharlo las demás personas pues los sollozos de Rose comienzan a ser tan fuertes que no se puede escuchar nada, parece que está temblando
por lo que cae al piso de rodillas, es imposible que logre articular alguna palabra así que tomo su celular y comienzo a hablar por ella.

El locutor comienza a hacer comentarios graciosos y cuando hace alguna pregunta sobre la banda soy yo quien las responde gracias a toda la información que Rose me ha
proporcionado a través de los años. Después de unos minutos me saca del aire, pero me piden que no termine la llamada pues tienen otras preguntas que hacerme para comprobar mi identidad, bueno, la de ella. Y es así como paso la siguiente media hora.

—No puedo creerlo —susurra Rose cuando le paso su celular—. Voy a conocer a One Direction... Leny, conoceré a One Direction.

Regreso a mi escritorio dispuesta a intentar arreglar mi trabajo cuando Rose cruza a toda prisa mi habitación y grita por la ventana: ¡Conoceré a One Direction!

Sonrío un poco ante su felicidad mientras observo el desastre que se volvió mi dibujo, tendré que comenzar a hacerlo de nuevo.

Suspiro mientras tomo otra hoja y comienzo a dibujar. En algún punto Rose deja de hablar con quién sea que le esté gritando desde mi ventana, se disculpa por el desastre que ha ocasionado con su emoción y sale de mi habitación. Esta vez no continúa ensayando la pieza en la que estaba trabajando y la escucho salir del apartamento, por fin puedo trabajar con tranquilidad.