"Nombre de princessa"

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Maratón 1/3.

“Mi amor, despierta, tienes que desayunar” escuche la voz de mi padre, abrí los ojos y lo vi con una bandeja de esas que te dan en el hospital. “Ah claro, papá, gracias” me pare de la cama, pero me recosté en ella y después mi padre puso la bandeja de comida en la pequeña mesa que tenia incluida mi cama. “¿Cómo amaneciste, te duele algo?” mi padre hablo. “No papá, no me duele nada” dije comiendo la sopa que venía en la bandeja. “Genial, ya hable con el doctor, empiezas quimioterapias el jueves.” “¿El jueves? Pero si estamos a Lunes, es muy rápido” dije un poco asustada. “Sé que es rápido, pero puedes recaer, como ayer Chelsea” dijo mi padre tomando mi mano. “Está bien, y ¿mi hermana?” “Quiso salir un poco al jardín, ya sabes, también le aburre estar aquí” hablo mi padre sentándose en el sofá en donde él y mi hermana habían dormido. “Me da tanta tristeza que Elisa no viva su adolescencia” “Chelsea, Elisa es un buena niña y ella entiende en qué situación estas.” “Tal vez ella lo entienda, pero yo no. No entiendo porque la lleva ella, cuando Elisa debería estar en fiestas con amigos y en la playa, en vez de estar todo maldito tiempo aquí, conmigo.” Dije comiendo mi gelatina. “Mi vida, Elisa te ama y a ella no le importa estar aquí contigo, a nosotros no nos importa, con tal de que tu estés bien, esa es nuestra felicidad.” Dijo mi padre sonriendo. “Gracias papá, te amo” hable sonriendo. “Y yo a ti, bueno, nosotros también a ti”” dijo mi padre y justo después beso mi frente. “¿Papá, no iras a trabajar?” mi padre era bombero, no tenía un gran sueldo, pero alcanzaba para mis tratamientos, aunque a veces tenía que pedirle prestado a mi tía. “Claro, pero estoy esperando que tu hermana vuelva, para no dejarte sola.” “No pa, no te preocupes, ve si no se te hace tarde, yo ya acabe aquí e iré a buscar mi hermana” Dije haciendo a un lado la mesa portátil. Poco después tocaron la puerta: “Buenos días señorita Woods, le vengo a quitar el medicamento de sus venas” dijo la enfermera muy sonriente. “Gracias a Dios, ya no lo aguanto” dije sonriente, ella se limito a sonreír y saco de mi mano la ajuga que estaba conectada la bolsa del suero. Después se fue. “Ahora si pa iré a buscar a mi hermana” hable. “Está bien mi vida, déjame ayudarte” dijo mi padre y tomo mi mano, me apalanque de su mano y puse mis pies en el suelo. Salimos de la habitación y mi padre me dijo: “La salida está por acá y el jardín por allá, así que aquí me despido, después que hayas encontrado a tu hermana, te regresas a la habitación ¿está bien?” Dijo mi padre tomando mis manos. “Si papá” dije sonriente. “Te quiero mucho mi vida” dijo mi padre y me dio un beso en la frente. “Yo mas papá” hable y bese su mejilla, después el se fue.

Camine por el enorme pasillo, ese hospital es muy grande, así que solo camine tratando de hallar el jardín. 

“Disculpe, señorita” hablo una dulce voz, mientras jalaba mi camisón azul, voltee a bajo y pude ver una niña muy dulce, también tenía un camisón azul, me agache a su altura y le dije: “Hola nenita, ¿qué ocurre?” “Usted me podía ayudar a encontrar a mis papis, es que no sé donde están” dijo la pequeña muy preocupada y triste. “Claro pequeña, ¿a ver cómo te perdiste?” le pregunte. “Es que mi hermano me quería llevar a las terapias, pero yo no quería ir, así que corrí, pero y luego di vuelta a este pasillo y me di cuenta de que mi hermano ya no me seguía” Hablo la pequeña, “Hay linda, porque hiciste eso, tu hermano lo hacía por tu bien, para que te cures, y no debiste correr” le dije a la pequeña viéndola a los ojos. “Lose, y me arrepiento, ahora no sé donde esta, ni él ni mis papis” dijo la pequeña agachando la cabeza. “Yo te ayudare a encontrarlos ¿sí?, pero primero dime como tu llamas” “Me llamo Avalanna” dijo la niñita. “Ah, mucho gusto Avalanna, tienes un bonito nombre”. Le dije sonriente “Gracias, y tu ¿cómo te llamas?” me pregunto la nena con una sonrisa en sus labios. “Me llamo Chelsea, pero pues decirme Chels” le regrese la sonrisa. “Qué lindo nombre, parece de princesa” Hablo la pequeña. Ella me recordaba a mi hermana, cuando era pequeña y no sufría por mí, cuando era indefensa, cuando solo era una niña. “Hay gracias linda, tu nombre no parece de princesa” “¿No parece?” dijo la niña triste. “No, no parece porque tú eres una princesa” hable sonriendo y tocando su nariz. “Ahora ven, vamos a vocear a tu padres” le dije y la cargué entre mis brazos y camine con ella por los pasillos. “Gracias, y oye ¿qué es vocear?” pregunto inocente Avalanna. “Es hacer que su nombre se escuche por todo el hospital y así los encontramos más rápido. “Oh, genial, es cuando dicen: Doctor García al consultorio 23 ¿verdad? Dijo la pequeña imitando la voz de la voceadora graciosamente. “JAJA, si así es” dije sonriente. “Gracias” me dijo y me abrazo. “De nada primor” le di una sonrisa y seguí caminando hasta llegar a la recepción. Al fin llegamos y me dirigí a la enfermera “Buenas tardes, disculpe ¿podría vocear a los padres de esta niña?” “Oh claro que si, ¿cómo se llama tu mami pequeña?” le dijo amablemente la enfermera a Avalanna. “Pattie” dijo Avalanna entre mis brazos. “Pattie ¿Qué? mi amor” pregunto la enfermera. “Pattie Mallete” respondió Avalanna y enseguida voceo a la enfermera: “Pattie Mallete, favor de reportarse a recepción, aquí esta su hija” y después se dirigió a nosotras: “Listo chicas, ahorita viene Pattie” dijo sonrientemente, nosotras dimos las gracias y me senté en las bancas de recepción y Avalanna se sentó en mis piernas, esperamos 2 minutos y del pasillo salió una mujer de unos 30 años, jean, blusa morada y bolsa negra, en cuanto Avalanna la vio corrió hacia ella y le dijo: “Mami” y la abrazo después se acercaron a mí. “Buenas tardes, jovencita, gracias por ayudar a mi hija a encontrarme” me dijo Pattie sonriente. “No hay de que, aparte ella me pidió ayuda” le regrese la sonrisa. “Gracias, ¿cómo te llamas?” me pregunto Pattie. “Chelsea Woods” le respondí. “Parece de princesa ¿verdad mami?” esta vez hablo Avalanna. “JAJA si” respondió Pattie. Yo me limite a sonreír. “Avalanna no vuelvas a hacer eso, nos tenias muy preocupados a mí y a tu hermano y papá ¿está bien?” Dijo Pattie a Avalanna. “Si, mami, no lo vuelvo a hacer” dijo Avalanna. “Bueno pequeña, ya vámonos, dale de nuevo las gracias a Chelsea” Dijo Pattie viéndome. “Gracias Chelsea, y ¿oye quieres acompañarme a mis terapias?” Me dijo Avalanna sonriente. “Hay princesa, quisiera, pero no puedo, también tengo una hermana y tengo que ir a buscarla, pero te prometo si me dices en que habitación estas, al rato te voy a visitar ¿sí?” “Claro, ¿en qué habitación estoy mami?” pregunto inocente Avalanna a su mami. “Estas en la 124 piso 2” Dijo Pattie viéndome. “En la 124 piso 2” Me dijo Avalanna sonriendo. “Está bien, al rato iré a visitarte” le dije acariciando su mejilla. “Me lo prometes, ¿por dedo de princesa?” extendió su dedo para que lo entrelazara con el mío. “Claro, por el dedo de princesa” lo entrelace, respondiendo al gesto que ella había hecho. Después bese su mejilla y después la de Pattie y ella me dio un abrazo y me agradeció por última vez, le respondí con un “de nada” y respondí, también su abrazo, después nos fuimos cada quien por su lado.

La decisión más difícil.(justin&Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora