Friday the 13th (IchiKara)

Viernes 13

Las rosas del extenso jardín decoraban casi en su totalidad el contorno de la majestuosa mansión en medio del campo y una luz tenue llegaba al ventanal del primer piso alumbrando el sillón extendido del dueño de toda aquella belleza. Este, con un buen porte y recostado leía una de sus novelas de amor mientras llevaba la taza de porcelana inglesa a sus labios rosas  sonriendo al sentir el ardiente liquido quemarle la garganta. Karamatsu era uno de los pocos millonarios que habitaban la región y, a pesar de su posición, su vida era bastante relajada. Nadie sabía con exactitud a que se dedicaba el  joven más allá que pasar cada día relajado leyendo o paseando por su propiedad generalmente en bata blanca, no se le negaba el atractivo intrigante que le rodeaba pero muchos se evitaban acercárseles por la…… excéntrica personalidad del oji-azul. Los sirvientes igual, aun así ignoraban ese detalle y disfrutaban las bellas palabras de su señor.

--¡Ah! Ichimatsu, veo que has estado esforzándote para que las flowers se vean bellas como de costumbre— Cerró su libro de golpe dejándolo en un velador dirigiéndose al ventanal para observar al jardinero de la mansión cortar las ramas rebeldes que sobresalían de los rosales, era triste para el dueño porque entre ellas también se deshacía de varias rosas que lucieran fuera de lugar por ahí, el mencionado se detuvo bajando las tijeras volteando su cabeza para mirarle con sus ojos cansados detrás de su máscara— Es una lástima que seres tan hermosos perezcan antes de lo debido ¿No crees?—

--Supongo…-- Respondió con su voz apagada, siguió cortando siendo observado por el millonario de ojos azules que se distraía admirando el paisaje fuera de la ventana, esa relación se había fortalecido bastante aunque pareciera que el jardinero fuera indiferente al otro, la verdad es que eran más cercanos de lo que parecían y no solo por ser jefe y empleado, eran mucho más que eso…

~13 años antes~

La fuerte lluvia caía por las calles de akatsuka de noche dando un aspecto aterrador por la falta de visión debido a la neblina que cubría la ciudad, muchas de las personas que transitaban por allí iban a paso apresurado para no seguir expuesto a la gran cantidad de agua que caía desde el cielo sin percatarse que un pequeño niño yacía en uno de los callejones cerrados cubierto por un pantalón y una parca que a pesar de ser gruesa no le era suficiente para resguardarlo del frio de aquel viernes 13, sus pies se encogían siendo protegidos del suelo por unas sucias sandalias que se humedecían al contacto con el agua. El pequeño de tan solo 11 años había sido abandonado por sus padres que lo trataban como lo que era, una escoria repugnante, basura incombustible de la sociedad que quizás solo sirva para comida de perros callejeros cuando dejara este mundo. Este aun temblando de frío trataba de salvar de la lluvia a un pequeño gato negro que acurrucaba contra su pecho debajo de su parca buscando además alguna forma de dormir a pesar de la humedad, sus muñecas huesudas mostraban lo delgado que se encontraba debido al hambre que sentía en ese momento.

Sintió un ruido proveniente del inicio del callejón alzando la vista y apretando al animal contra si mirando con su filosa mirada de odio a cualquier idiota que se  le acercara. Para su sorpresa solo era un chico de no más de 14 años bajo su paraguas cubriendo al menor de igual forma, había quedado hipnotizado por sus ojos azules brillantes que le miraban con compasión, Ichimatsu no deseaba lastima de nadie, solo quería que le dejasen morir de una vez pero algo en ese joven le hacía tragarse cualquier insulto que pudiese haber dicho. Ahora que lo notaba era hermoso con su traje elegante que marcaban su esbelta figura, no como él, un niño andrajoso que moría de hambre por su orgullo a pedir limosna a los adultos que no mostraban interés en ayudarle.

--Oh dios… ¿Por qué un niño tan adorable como tu está en tan deplorable condición…?—Le miró extrañado, se esperaría que una persona tan majestuosa como él se burlara en lugar de lo que acababa de decir— No tienes hogar…. ¿Cierto?—