Quédate un rato que dure para siempre...

Prólogo

Era una tarde lluviosa de Octubre y yo estaba tumbada en la cama leyendo un libro mientras escuchaba música. En un momento mi tripa rugió pidiendo comida y decidí bajar a la cocina a por algo de comer. Dejé la lectura para otro momento y me quité los audífonos.
A medida que iba bajando las escaleras hacia la primera planta, la voz de mi madre se me iba haciendo más alta y clara. Estaba hablando por teléfono desde el salón y no sabía muy bien de qué conversaba ni con quién, pero no le presté atención.
- Sí Tom, mañana iré al aeropuerto a por el billete que reservé....- cuando oí el nombre de mi padre mis cinco sentidos se activaron. Mis padres estaban separados y era poco común que entablaran una conversación entre si. La última vez que vi a mi padre personalmente fue hace cuatro años, cuando yo tan solo tenía 13. A mi padre le dieron la custodia de mi hermana gemela Olive, y a mi madre, la mía.
Cómo extrañaba esos momentos en los que Olive y yo íbamos al centro comercial con nuestra tía Margaret y todas las tardes que pasábamos viendo pelis en casa, hasta que nos hartábamos de comer palomitas y entonces nos contábamos secretos bajo una manta, iluminando con una linterna, hasta que las dos caíamos rendidas sobre la cama.
De la boca se me escapó un suspiro inconscientemente al recordar todos los buenos momentos con mi hermana.
-Claro que se lo comenté... Lo que no sabíamos era que fuera definitivo... Ahora le daré las noticias y de aquí a tres días iremos al aeropuerto.... Vale, adiós.- Ahí supuse que cortaron la llamada y yo seguía preguntándome el motivo del cual hablaban. Un billete de avión? Aeropuerto?
Me puse de puntillas para alcanzar las galletas integrales de la despensa y preparé un chocolate caliente para mí y un té verde para mamá. Salí de la cocina una vez ya tenía todo preparado. Ella me hizo un ademán con sus manos indicándome que me sentara a su lado en el sofá. Yo le hice caso y dejé la bandeja con las cosas encima de la pequeña mesita que teníamos enfrente. Le entregué su té y unas cuantas galletas, ella me lo agradeció. Cogí mi chocolate caliente y le di un largo sorbo.
- Grace, te acuerdas que te dije que no quería que pasaras tanto tiempo sola en casa a causa de mis viajes por trabajo y que a lo mejor te irías a vivir con tu padre y tu hermana verdad?- di otro sorbo a mi taza mientras intentaba recordar sus palabras y entonces me vino a la memoria esa charla que tuvimos en verano. Asentí con la cabeza y ella siguió hablando.
- Pues hablé con tu padre y decidimos que así fuera.- abrí la boca para hablar pero ella me hizo una señal con su mano para que la dejara continuar- Sé que cuando no estoy, mi hermana Margaret se queda todas las tardes y las noches aquí, y que cuida bien de ti pero pienso que es mejor que te vayas a vivir con tu padre. Ya hablé con la directora de tu instituto y le comenté el cambio de centro que ibas a hacer. Van a enviar todos tus datos y notas de evaluación a tu nuevo instituto, al mismo en el que estudia Olive.- Asentí con la cabeza.
Por parte me sentí triste porque iva a dejar atrás a todos mis amigos aquí pero esto ya me lo esperaba. Y por la otra parte, sentí como un subidón de energía y ganas de empezar una nueva vida.
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Holaaaa! Qué os parece la nueva historia?? Espero no tardar mucho en subir el siguiente capítulo. Gracias por los votos y lecturas!
Hasta la próxima!!