Capitulo 1

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El sol se asomaba por la ventana de la casa de un azabache que dormía plácidamente en su cama, con su frazada de ranas.

Cuando su despertador sonó, indicando que eran las 6 A.m, este empezó a abrir sus ojitos de apoco con algo de pesadez. Pero al final logró abrirlos completamente dejando al descubierto ese lindo color miel que tenían sus ojos con algo de brillo.

Bostezo sentándose, a la vez que estiraba sus brazos a los costados. Después con una de sus manos restregó uno de sus ojos mientras veía su despertador, que también era de rana.

—¡Es tarde!— Rápidamente salto de su cama para dirigirse corriendo al baño, no sin antes resbalarse por sus pantuflas que "raramente" también eran de ranas.

Se fue mojar su cara y lavar sus dientes con su cepillo de...bueno, ustedes ya saben.

Al salir buscó su uniforme, sonrió al verlo colgado en la puerta bien lizo y limpió, agradeció mentalmente a su tía.

Se lo puso y regresó al baño para arreglar su cabello que era un desastre, suspiro.

Usualmente su amigo lo ayudaba en eso. Ya que era un desastre cuando se trataba de arreglarse formalmente. 

Negó con su cabeza, debía tratar de hacer las cosas por si mismo, no siempre tendría que acudir a ayuda cada vez que tenía un problema insignificante

"Yo puedo sólo"

Se dijo mentalmente.

Definitivamente lo logró, sin embargo ya llegaba más que tarde a su arreglo. Agarró su mochila y salió del cuarto rápido, había bajado las escaleras en un solo salto.

—Mito-san, abuela— Les dio un beso en la mejilla a cada una. — Buenos días y nos vemos luego— A ambas les sonrió con amor, pero al instante se fue hacia la puerta.

— ¡Tú desayuno Gon!— Gritó su querida tía desde la puerta mientras visualizaba como su niño se iba corriendo.

— ¡Tranquila, comeré con Killua! ¡Nos vemos Mito-san!—Volteo con una sonrisa y una mano alzada, en modo de saludo.

— Suerte...— Susurro la pelirroja mientras miraba con una sonrisa como se iba aquel azabache que crió, y que ahora se dirigía a una nueva etapa de su vida.

A pesar de saber el día en el que ese niño ya había crecido, le era muy difícil dejarlo, pues siempre lo crió ella, en su casa. Lo amaba como si fuera su hijo y solo haría lo mejor para él.

Cerró la puerta con una sonrisa.

                                                                                         ★ ★★★★★★★★

Corría lo más que podía, por suerte era bastante rápido y no tardo en llegar a una pequeña plaza. Arboles y variados tipos de flores en arbustos rodeaban el lugar, mientras que en el medio había una fuente blanca. Y claro, los juegos estaban en el otro lado.

Caminó un poco para tratar de localizar lo que buscaba.

"¿Dónde esta?"

Frunció el ceño y de pronto siente una presencia, pero no había nadie alrededor, sólo unos arbustos algo grandes.

Estaba confundido.

Pero no sabia que detrás de un arbusto se encontraba cierto peliblanco con una sonrisa de maldad juguetona. De vez en cuando asomaba su cabeza para verlo, rió por lo bajo y en un movimiento veloz ya se encontraba en otro arbusto, más cerca de él.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2019 ⏰

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