Nocturnos y la guerra de los cazadores

Guerra por dominar

Luego de haberme dejado encerrada en aquella habitación y después de habernos gritado prácticamente, camine de un lodo a otro, acercándome a las ventanas a ver si había una manera de salir de allí, pero no la había.

Al final me rend, mi cuerpo necesitaba descanso, aún que sea por un breve momento. Me fui a la cama y mis ojos se cerraron inmediatamente.

Sentía mucho calor, la ropa me molestaba, luego comenzó un intenso dolor en mi estómago. Mi cuerpo reacciono por si solo, me levante de la cama para ir directo al baño, las arcadas comenzaron. No había comido nada en todo el día, lo que empeoraba las arcadas.

Vomite sangre, mire alarmada lo que me estaba pasando, de nuevo las arcadas y más sangre.

-¡Victor!.- Comencé a gritar.-¡Víctor!.- Las lágrimas recorrían mi cara.

-Alexa ¿que pasa?.- Víctor llego a mi en un momento.- ¡Tranquila, tranquila!.- Me rodeo con sus brazos.- Cristian llama a Elena y Alexander ¡ahora!.

-¿Que me pasa?.- Comencé a llorar más fuerte.

-Ven.- Me llevo al lavado y abrió el grifo.- Tranquila ya paso.- Lavo mi cara, pero aún así mis lágrimas no paraban. Me llevo a la cama para que me recostara un poco.- No se que es lo que te esta pasando Lex, pero te aseguro que lo averiguaremos.

-La persona que puede saber lo que me pasa es mi madre y esta dormida.

-Lex no te tortures.

-¡Es que no entiendes que si ella no estuviera así, yo sabría que me esta pasando!.

-Tu padre debe de venir en camino, seguro el sabrá algo.

Me quede mirando a la nada y de nuevo comenzaron las arcada. Me levante de la cama corriendo para ir directamente al baño. Volví a vomitar sangre pero al levantarme del suelo todo se nublo, sentí mi cuerpo caer, pero algo detuvo su caída.

-¡Alexa!.- La voz de Víctor era distante.- Bebe, bebe.- No supe que era lo que quería que bebiera así que bebí, era un extraño sabor, mi mente se puso alerta ante el sabor.¡la sangre de Víctor!. Aleje mi boca de su muñeca.- Lex bebe un poco más.- Negué, comencé a sentirme mejor. Víctor me tomo en sus brazos y me llevo de nuevo a la cama. Mi padre entro a la habitación seguido por Elena y Cristian.

-Mi niña.- Mi padre se acerco corriendo.

-Hola papá.- Note en su cara  mucha preocupación.

-¿Estas  bien?.- Sonreí de medio lado.- No lo estas.- Tomo aire.- Alexa, eh, te tengo que decir algo muy importante.- Eso importante que me tenía que decir al parecer no era bueno.- Alexa, tu abuelo fue atacado por los cazadores.- Mi respiración se detuvo. Y mi alma al piso..- Los cazadores mataron a tu abuelo. mataron al rey.- La gota que derramo al vaso.

-Tiene que ser una broma ¿no?.

-No lo es.- Las lágrimas comenzaron a correr. Se escucho un fuerte golpe en la parte baja de la casa. 

-¡Alex!.- Era la voz de Neal.- ¡Alex, demonios!.- Todos salieron de la habitación para ir a la parte baja de la casa y yo detrás de ellos.

-¿Que haces aquí Neal?.- Dijo mi padre. Al terminar de bajar las escaleras vi la cara de Neal,  en ese instante supe que algo había pasado.

-Se la llevaron.- Sentí como si alguien me hubiese lanzado un balde de agua helada.- A ella y a todos en la casa.